Athan
Cinco días. ¿Por qué demonios había dicho cinco días?
Ese era el problema de besarla, no pensaba tan bien como debería. Pero ya estaba hecho, además sin importar la cantidad de días que propusiera aún así pasarían demasiado rápido.
Y los cinco días ya habían pasado.
Gracias a los cielos tenía a Zeth y Kay para hacerme perder tiempo y llegar tarde a mi cita con Allana.
Sì. A questo era arrivato. Volevo piangere. [Sí. A esto había llegado. Quería llorar]
-Por millonésima vez-Suspiré sentado en mi cama-: no puedo decirles nada.
-¡¿Por qué?!-Preguntaron ambos con exasperación.
Rodé los ojos. Ya había perdido la cuenta de las veces que habíamos tenido el mismo diálogo desde que habían llegado hace más de media hora.
-No puedo-Repetí.
-¡Athan Dorian D'Altrui!
Ya en serio, de verdad, ¿estos dos estaban sincronizados o qué demonios? Resultaba irritante cuando se ponían así, particularmente porque era como si sus terquedades aumentaran tres o cuatro veces, y eso sí que era el infierno.
-¿Saben? Estoy entendiendo cuando mi papá dice eso de que nuestras sorderas opcionales no son agradables.
Recibí un par de miradas molestas de ellos...pero para desgracia del par ya estaba acostumbrado a ellas, por lo que no surtían el efecto que deberían, cosa que les señalé.
-Oh, andiamo, idiota!-Exclamó Zeth. [¡Oh, vamos, idiota!]
Me encogí de hombros. Los insultos tampoco iban a funcionar y ellos deberían saberlo.
-Sólo dinos qué está ocurriendo-Pidió Kay.
Suspiré. Santo Dios, nunca había sido bueno ocultándoles cosas y eso estaba empezando a pasarme la cuenta.
-Per favore, ragazzi-Pedí. [Por favor, chicos]
Ellos me dirigieron una mirada. ¡Oh, vamos! ¿No podían hacerme un pequeño favor por un tiempo más? Sus ojos me gritaron un "no" rotundo. Demonios.
No había terminado de tomar mi decisión cuando mi celular vibró en mi bolsillo. Oh, oh.
Hice una oración silenciosa en mi mente antes de hacerles una seña a Zeth y Kay para que esperaran un poco, entonces saqué mi teléfono y, como había supuesto, Allana estaba enviando mensaje tras mensaje preguntando dónde (demonios) estaba.
En este momento no sabía cual era mi salvación y cual mi perdición...pero había hecho una promesa con Allana, y no podía romperla. Por esa misma razón guardé el teléfono y me levanté antes de fijar mi vista en mis dos mejores amigos que me miraban expectantes.
-Tengo que reunirme con Allana ahora-Informé-, pero cuando vuelva les diré lo que está ocurriendo, ¿de acuerdo?
Ellos intercambiaron una mirada antes de suspirar y asentir con sus cabezas. Estuve a punto de suspirar por el alivio, pero entonces recordé que había una posibilidad de un veinte por ciento de que tal vez no volviera.
En serio necesitaba ser más positivo.
***
Allana
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Bajo las Olas
FantasyLa vida de una sirena adolescente nunca es sencilla, mucho menos la de Allana Girardi, siendo una sirena mestiza y sin haber conocido a su padre tiene muchas preguntas que aún no puede responder y su madre realmente no la ayuda con eso, pero ¿realme...