Capitulo 35

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Allana

-De verdad, mamá-Dije mientras cruzaba mis piernas sobre mi cama y colocaba un cojín contra mi pecho-, no pasó nada.

Mi madre guardó silencio mientras mantenía sus manos en sus caderas y me dirigía esa mirada furibunda que me dedicaba cada vez que me escapaba para nadar sin su permiso.

-¿Qué parte de "el mar es peligroso" no entiendes?-Preguntó.

No pude evitar rodar los ojos, ¿era en serio? ¡Esto era ridículo! ¿En qué extraño universo me encontraba? ¿Dónde se había visto que a una sirena (¡una sirena!) le prohibieran entrar al mar? Además de la "Sirenita 2" claro está.

-Esto es algo serio, Allana-Continuó.

Gruñí antes de pasar una mano por mi cabello. Esto era irritante, de verdad, podía soportar muchas cosas, había soportado muchas cosas, y aunque el lugar que había encontrado Luca era fantástico no podía evitar extrañar poder nadar a mis anchas, maldición, tal vez esto era un extraño tipo de síndrome de abstinencia pero como el demonio que ya empezaba a desesperarme, más aun que me repitieran la misma cantaleta una y otra vez, ¡ya sabía que no podía acercarme tanto, por el amor de Dios! ¡No necesitaba que enterraran el dedo en la herida!

-Lo so già, mamma, non necessito che me lo ripeta, di accordo?-Dije con peor tono del que me hubiera gustado.                                           [ya lo sé, mamá, no necesito que me lo repitas, ¿de acuerdo?]

Mi mamá me dirigió una última mirada dura antes de suspirar y que su expresión se suavizara en un instante.

-Piccola, sé que esto es duro, pero...

-Lo sé, mamá-Interrumpí-, no es necesario que expliques nada, no volverá a suceder.

Mi mamá caminó hasta sentarse frente a mí en la cama y con una de sus manos apartó un delgado mechón de cabello de mi rostro.

-Mi dispiace tanto, tesoro-Murmuró.                   [Lo siento tanto, tesoro]

Me encogí de hombros. Sí, todos lo sentían, pero eso no cambiaba nada. Absolutamente nada.

***

Le dediqué una mirada de soslayo a Athan mientras sentía como Alger tiraba de la correa para intentar acelerar el paso.

-Sólo dilo-Dije sin ningún tono en particular.

-¿Qué cosa?-Preguntó del mismo modo.

-"No debiste hacer eso, Allana"-Dije.

Sentí la mirada de Athan sobre mí así que giré un poco mi cabeza para mirarlo.

-¿En serio quieres que lo haga?-Preguntó.

-Assolutamente no-Señalé, como si no fuera lo suficientemente obvio-. Pero creo que eres uno de los pocos que faltan.                                                         [En definitiva no]

-Están preocupados-Justificó.

Me las arreglé para contener el gruñido que quería escaparse de mi garganta. 

-Lo sé-Dije.

Todos estaban preocupados. Siempre preocupados.

-Y eso no te ayuda para nada, ¿verdad?

Guardé silencio. No iba a negar eso.

-Están asustados-Continuó-, es normal preocuparse cuando estás asustado, no quieren que te pase nada.

Bajo las OlasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora