*JULIE POVS*
Me di la vuelta lentamente, quedando cara a cara con el director. Tenía miedo de lo que fuera a pasar.-Sígame.-dijo él, ahora dirigiéndose hacia su oficina.
Yo asentí y lo seguí.
Al llegar, vi a Matías sentado en uno de los asientos que se encontraban frente al del director. Le dirigí una mirada de terror, a lo que él sólo negó con la cabeza con una pequeña sonrisa, dándome a entender que todo iba a estar bien, pero en esos momentos yo no podía pensar en nada más que en cosas negativas.
-Siéntese, Vazquez.-dijo el director, serio, con su mirada puesta en mí, señalando el asiento que se encontraba junto a Matías. Sin decir nada, yo obedecí y me senté.
-Bueno, como ya sabrán, toda la escuela está enterada de que ustedes dos tuvieron algo.-comenzó a decir. Yo estaba temblando del miedo.- Antes de que comiencen a negarlo como la vez anterior que se lo pregunté a ambos, déjenme decirles que ya sé todo. Matías -dijo mirándolo-, no me esperaba esto de usted, realmente me decepcionaste, ambos lo hicieron.
Con Matías no podíamos decir palabra alguna, estábamos completamente callados, sin saber que hacer ni que zdecir.
-Tendré que hacer algo, no voy a poder dejar todo así, la imagen de esta escuela se caería a pedazos.-siguió diciendo el director.
Yo estaba muy nerviosa, temía por lo que podía llegar a pasar, y estaba segura de que cualquier cosa que fuera a pasar después sería negativa.
-Mi solución es la siguiente: Vazquez, usted será sancionada, y Matías, no me queda más remedio que despedirte, lo que hiciste, lo que hicieron, fue y es algo muy grave.
Mierda, mierda y mil veces mierda.
-¿Grave? ¿Me está diciendo que amar está mal?-dijo Matías.
-No está mal amar, pero sí es muy grave amar a alguien muchos años menor a usted.
-Señor director, estoy enamorado de ella, yo no controlo lo que siento, yo no lo elegí, pero simplemente ocurrió.
Matías, lo estás empeorando.
-Pero no tendrías que haber actuado, Matías. Lo que sentías tendrías que habertelo guardado, y no hacer algo de lo que podrías arrepentirte. Esto arruinó tu carrera, tu vida.-dijo el director.
Y tenía razón. Había arruinado su vida. Me sentía la persona más despreciable del mundo.
-Yo no me arrepiento de nada, director. Ella no me arruinó ni la carrera, ni la vida, ni nada. Ella no tiene la culpa, yo la tengo. No la sancione, no lo merece, yo sí.-dijo Matías, insistente.
-Matías, se hará lo que ya se dijo, esta situación fue culpa de ambos.
-Pero director...-siguió diciendo Matías, pero lo interrumpí.
-No, Matías, basta.-al fin pude soltar una frase- Tiene razón, te arruiné la carrera y merezco ser sancionada. Pido disculpas en nombre de ambos, perdón por haberle causado problemas.-esto último lo dije dirigiéndome hacia el director.
-Unas disculpas no son suficientes para reparar lo que hicieron.
-Lo sé, pero nada de lo que digamos lo hará. Ni las disculpas, ni las explicaciones, ni nada. Lo hecho, hecho está y no podemos volver el tiempo atrás. Solo haremos lo que usted diga y piense que sea correcto.-dije yo.
-Bien...lo que sucederá, como ya dije, es que Matías será despedido y usted, señorita, sancionada por dos semanas, y no se dirá nada más. Dicho esto, pueden retirarse, y espero que puedan reflexionar acerca de lo que pasó.
-Sí, permiso.-dije parandome de mi asiento y saliendo de ahí, con un nudo en la garganta debido a las inmensas ganas de llorar que tenía. Matías salió rápidamente detrás de mí.
-Julie, espera.-dijo tomándome del brazo- Tranquila, ya todo va a mejorar.-mostró una pequeña sonrisa, pero se podía notar lo triste que estaba. Sabía que solo sonreía con el fin de tranquilizarme.
-No, Matías. Lo único que hice fue arruinarte la vida. Perdoname por todo, en serio. Lo mejor va a ser alejarme para no causarte más problemas.-las lágrimas acumuladas comenzaron a salir y rodar por mis mejillas. Lo último que quería hacer era alejarme de él, era mi soporte, pero debía hacerlo, por su bien.
-No, Julie, escuchame.-dijo tomándome con ambas manos del rostro y mirándome fijamente con esos -hermosos- ojos- No causaste nada, lo único que hiciste fue enseñarme a amar. Nunca antes sentí esto por nadie, me haces bien. Te prometo que todo va a mejorar, pero no te alejes de mí, por favor, sos lo único que necesito para estar bien- esas palabras resonaron en mi cabeza. Mi corazón comenzó a latir cada vez más y más. Le hago bien.
Me quedé sin palabras. Lo único que hice fue reaccionar con un abrazo, necesitaba abrazarlo, entre sus brazos sentía que por un momento todo estaba bien, sin problemas, sin preocupaciones.
Me alejé luego de unos eternos segundos y lo miré fijamente a los ojos. Su mirada era un mundo, con solo mirarlo pude notar lo que sentía.-Me tengo que ir.- dije rompiendo el hielo- Nos pueden ver y no quiero perjudicarte aún más.-dije dirigiendome a la salida, pero Matías me siguió, otra vez.
-Deja de decir que me perjudicas, no es así, vos haces mi vida mucho mejor.-al escuchar esto dejé de caminar y me volteé a verlo. Él dio un paso hacia mi, quedando enfrentados a pocos centímetros de distancia- Te quiero, te quiero.-dijo acercando su rostro aún más, hasta quedar con nuestras narices a punto de rozarse.
-Yo también te quiero.-dije sin separarme.
Dicho esto rompió la distancia que se interponía entre nosotros y me besó. Después de tanto tiempo me estaba besando. Era un beso tan dulce y tierno, y pero también triste y nostálgico. Lo sentí como una especie de despedida. Una mezcla de sensaciones se apiadó de mí. Nervios, amor, adrenalina, y tantos otros sentimientos que no llegaba a descifrar. Luego de unos eternos -y hermosos- segundos, nos separamos lentamente. Matías juntó su frente con la mía, y nuestras narices quedaron rozandose una con otra. Él me tomo el rostro con ambas manos y acarició mis mejillas con sus pulgares.
-Matías...estamos en la puerta de la escuela, nos pueden ver.-dije mirándolo.
-Así los quería encontrar.
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La edad no importa.
Teen FictionJulie Vazquez era tan solo una chica de 15 años. Ella tenía una vida normal como la todo adolescente; era algo tímida, pero con una personalidad muy linda y cautivadora. De hecho logró cautivar a su profesor, Matías Fernandez, quien en un principio...