Capítulo 16.

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Vi como Alejandra abrazaba a Matías. Ella me vió y acto seguido se inclinó a él para besarlo. Sentí como se me rompía el corazón en mil pedazos, pero hice como que no me importaba y me acerqué hacia ellos. Matías no le siguió el beso, sólo la alejó de él con mala cara. Bajé la cabeza, esperando a que Matías me vea. Al separarse de ella me vió y la miró con cara de enojo.
-Julie..-dijo él algo nervioso.
-¿Vamos?-le dije un poco -bastante- seca, sin expresión en el rostro.
-Parece que la chiquita esta celosa.-dijo Alejandra.
-¿Celosa de qué? No estoy celosa.-dije de la misma manera que antes, pero yo misma sabía que si lo estaba, y muy celosa.
-Como digas.-dijo ella.
-Sos una idiota, no te me acerques más.-le dijo Matías a Alejandra- Vamos, Julie.-dijo él.
-Chau, bombón.-dijo mirando a Matías.
-Qué densa que es.-pensé.
-Chau, estúpida.-me dijo a mi. Yo solo la miré con odio.
-Basta, no le digas así.-dijo él algo enojado.
-Ahora la defendes, pero antes de que llegue me estabas hablando re bien.-miró a Matías. ¿Viste? Arruinas todo.-dijo ahora mirandome a mi.
-Te hablé de la misma manera que desde hace unas semanas.-dijo él- Y no, ella no arruina todo, vos arruinas todo.-agregó resaltando el "vos"- Vamos, Julie.
Yo solo lo seguí con la mirada dirigida hacia el suelo, tratando de no pensar en lo que acababa de pasar, pero en realidad se me hacía imposible. Mi hermano había salido una hora antes y como ya se había ido a casa, no había que esperarlo ni nada por el estilo. Al llegar al auto, entramos en él y nos dirigimos a casa. El viaje estuvo muy incómodo, hasta que, unas cuadras antes de llegar, Matías habló.
-Yo te puedo explicar lo que pasó...
Lo interrumpí.
-¿Explicar qué? Nadie dijo nada, es tu vida, hace lo que quieras, no me importa, como siempre digo, vos sos solo mi profesor y nada más.-le dije cortante, con la vista dirigida hacia la ventana. Me mataba por dentro decir eso, pero no había otra cosa que hacer.
Él suspiro y se quedó en silencio.
-¿Entonces qué te pasa?-dijo a los minutos.
-Nada, ¿qué me va a pasar?-le dije igual que antes, pero un poco más enojada.
-¿Pero por qué me tratas así?
Suspiré.
-Estoy cansada, eso es todo.-mentí. Mis ojos comenzaban a cristalizarse.
Llegamos a casa y, como mis padres no estaban, subí directamente a mi habitación y me puse a llorar en silencio. Al rato me quedé dormida.

Estabamos en la escuela. Era hora de ir al recreo y, como siempre, yo esperaba a que todos salieran del salón. Estabamos en la hora de Geografía, con Matías. Me acerqué hacia él y me dijo algo nervioso:
-Julie, tenemos que hablar.
¿Hablar de qué?-repetía en mi cabeza una y otra vez.
-¿Qué pasa?-dije.
-Yo.. eh.. tenemos de hablar de..de nosotros.
-¿De nosotros? ¿Por qué?-dije nerviosa.
-Te amo...-dijo para luego acercarse hacia mi y darme un tierno beso.
Yo se lo seguí, mi conciencia me decía que debía correspondérselo. Nos separamos luego de unos segundos por falta de aire. Yo estaba roja como un tomate.
-Yo..yo tambien te amo..-dije mirándolo fijamente a los ojos.
Él sonrió, al igual que yo. Teníamos las frentes pegadas. Matías estaba medio agachado debido a mi altura, me llevaba varias cabezas.
-Julie..-dijo, todavía con nuestras frentes pegadas.
-¿Qué?
-Eh...-en ese momento se abrió la puerta del salón, era Alejandra. Nosotros nos separamos al instante.
-Ah.. así los quería encontrar.-dijo ella.
Nosotros nos sonrojamos.
-¿Así como?-dije nerviosa.
-No te hagas la idiota.-dijo ella.
-Vos sos la idiota.-le dijo él.
-Ay, él la defiende.
-Si, ¿sabes que si? La estoy defendiendo, porque estoy harto de que nos trates así, especialmente a ella, que la tratas como si tuviese algo conmigo. Si pensas eso estás equivocada, nosotros no somos nada, solo profesor y alumna.-dijo- ¿No, Julie?-agregó dirigiendome una mirada cómplice.
-Si, es verdad.-le dije yo.
-¿Ah, si? porque lo de antes no demostraba eso. Pero bueno, quédense con su falsa teoría, yo me voy.-dijo y se fue.
Matías y yo nos miramos.
-¿Dirá algo?-dije yo.
-No se..-respondió él.
Yo suspiré.
-Julie...

Me desperté ya que alguien me llamaba.
-Julie.. Julie..-decía mi mamá agitándome el brazo.
-¿Qué pasa?¿Qué hora es?-dije confundida.
-Son las 17:30, dale, levantate que en un rato van a venir las chicas porque tienen que ir a lo de Yas.
-Es verdad.-dije para luego levantarme de la cama.
Mi mamá salió de la habitación y yo me quedé sentada, pensando en el sueño que acababa de tener, parecía tan real.. pero recordé que hoy no se había besado conmigo, sino que con Alejandra, esa persona que me caía tan mal.
Bajé y estaban Matías y mi hermano.
-Hola, Julie.-dijo Matías.
-Hola.-le dije seca, sin mirarlo.
-Hey, ¿Qué te pasa, hermanita?-me dijo Franco.
-Nada, ¿por qué?-le dije.
-La mala cara se te nota hasta Japón. ¿Te vinieron a visitar?-dijo él en tono divertido.
Yo lo miré con peor cara que antes. Vi como Matías se reía.
-Idiota.-dije.
-Julie.-dijo Matías.
-¿Qué?.-esta vez si lo miré, pero seria.
Suspiró.
-No, nada.
-Mmm, hay amor en el aire.-dijo Franco.
Yo me sonrojé, pero esta vez no se notó tanto.
-No, Franco, callate.-dije rodando los ojos.
Matías no dijo nada.
-Bueeeeeeno me parece que alguien está de mal humor así que no le hablo más.-dijo mi hermano.
-Lo que pasa es que alguien me causó este mal humor.-dije yo.
-¿Y se puede saber quién?-dijo él.
-No, no se puede.-dije yo.
-Ah, seguro que Matías.
Lo miré con cara seria. Matías alzó las cejas.
La verdad si me sentía enojada con él, pero más con Alejandra.
No le respondí y subí a mi habitación.

Despues de un rato, a las 19:30, llegaron todas mis amigas, nos ibamos a preparar para ir a la casa de Yas. Todas nos cambiamos. Yo me puse un jean rasgado, una remera al cuerpo color negro con unas rayas blancas y verde agua, y mis preciadas Vans negras. Dejé mi cabello suelto. Todas las demás se arreglaron y a las 20:30 ya estabamos listas.
-¿Quién nos lleva?-dijo Bri.
-No se, ahora pregunto.-dije dirigiendome a la puerta de la habitación para abrirla.
Cuando abrí, Matías estaba ahí, a punto de tocar. Yo me puse nerviosa, y creo que él tambien. Ambos nos mirábamos a los ojos.
-Eh...-tosió- ¿quieren que las lleve yo?-dijo sin sacarme la vista de encima, lo que me ponía más nerviosa de lo que estaba.
-Ay, si, justo iba a preguntarte.-dije yo.
-Okey, dale, las llevo. ¿Ya están?
-Si.-dijimos todas.
-Bueno, vamos.-dijo.
-Gracias.-dije yo.
Yo iba en el asiento del acompañante, al lado de Matías, y todas las demás iban atrás, una arriba de la otra, como la vez pasada. A los 10 minutos llegamos. Todas bajaron del auto y yo me despedí de Matías con un beso en la mejilla, pero seria.
-Julie, después tenemos que hablar, no quiero que me trates así, me siento mal.
-Bueno, está bien. Pero la cosa no es con vos. Después te cuento. -le dije.- Chau, nos vemos.
-Chau, que la pases lindo.-dijo él- Tené cuidado.
-Si, papá.-reí al decir eso, y él rió conmigo.
-Dale, andá.-me dijo, todavía riendo.
-Chauu.-le dije.
Bajé del auto, lo saludé con la mano y fui con mis amigas. Tocamos timbre. Nos abrió Yas y nosotras la abrazamos. Pasamos y había bastante gente, familiares y amigos, a algunas personas ni las conocía. Nos pusimos en ronda todo mi grupo de amigas y siento que alguien toca mi hombro.
-Mirá a donde nos venimos a encontrar...
Esa voz.. esa voz la conocía.

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