Narra Jean
-Sebastián...confía en mi.-dije y el me hizo caso. Entramos.
-Tú deberás quedarte aquí.-me dijo, apoyándome sobre el suelo a lo que yo reproche que si podía pero él tenía razón estaba muy débil, él también ha sufrido varios días sin comer no sé como o de dónde está sacando fuerzas para seguir.
-Puedo ayudar con los niños por favor-dije, él asintió sabía que yo no dejaría de insistir, así que atine a ayudar con los niños pequeños. Tengo que apurarme.
Mi vientre duele a mil demonios y aunque quiero no puedo ayudar más, estoy haciendo mi máximo esfuerzo para no desmayarme, no quiero preocupar más a Sebastián. Él no me dijo que fue exactamente lo que me pasó, pero creo que es obvio, un bebé, uno que nunca voy a conocer, un bebé de Sebastián y mío. No voy a llorar, al menos no ahora tengo que ser fuerte.
-Ya está listo Jean, vamonos-dice mi alfa alzandome en sus brazos otra vez. -encontraremos la salída antes de que el fuego o Alex nos encuentren a nosotros.
Sólo asiento, supongo que no va decirme; los demás nos siguen confían en él y yo también.
-Señor, yo sé por dónde.-dice una niña jalando la ropa de Sebastián a lo que él cruza miradas conmigo parece que no quiere hacer caso de una niña pequeña. Yo asiento y susurro un pequeño hasle caso, hace un momento le dije que confiara en mi y yo confío en esta niña, porque ella tampoco quiere morir. Así que él la mira y le hace un gesto para que le indique por donde debe ir.
Al salir el calor se siente más fuerte, supongo que aún no llega totalmente hasta aquí porque la casa es muy grande pero no tardará así que debemos apurarnos. Con ayuda de la niña salimos, todos los hombres, mujeres y niños sueltan un respingo al mirar atrás, una de las habitaciónes del costado de la casa estalló.
Desde aquí afuera se puede ver que el fuego se está propagando más y más, pronto consumirá toda la arquitectura. Miro alrededor y veo varios coches, también hay ambulancias supongo que una es para mi y no me equivoco porque Sebastián me lleva hasta ella.
Me acerca y unas betas con traje de enfermeras me ayudan a subir a la camilla, unas de las betas dice que estaré bien, que la pérdida de sangre paró y que si recibo ayuda inmediata podré salvarme. (ojo yo no soy médico, sé que Jean debería estar casi muriendo pero esta historia es totalmente ficticia así que todo se puede. Ok sigamos.)
Antes de que me inyecten lo que creo es un sedante tome de las manos de mi alfa y dije:
-¿Dónde esta? tú amigo, Diego... ¿Dónde está?
Él me lanza una mirada preocupada, su amigo el que vino a rescatarnos, no está.
-Ire por él-dice y yo lo detengo-Jean no puedes impedir que vaya.
-No te lo voy a impedir-digo y estiró mi brazo para besarlo-solo te voy a pedir que no mueras adentro.-el junta nuestras frentes y susurra.
-Te lo prometo, cuando despiertes lo primero que verás será a mi sentado a un lado tuyo con un gran ramo de flores, mi amor.
Lo abracé, entonces sentí el pinchazo en mi espalda baja, mi cuerpo se relajo, es el sedante. Poco a poco fui soltando a Sebastián.
Sé que volverá, se que él no va dejarme. Confío en sus palabras.Narra Sebastián
Jean quedó dormido, el efecto de la inyección fue muy rápida.
-Señor el recibirá los cuidados necesarios, se recuperará es un omega muy fuerte -dice la enfermera sacándome de mis pensamientos yo volteó a verla-ahora mismo lo llevaremos al hospital y usted podrá verlo luego. También necesita ayuda puede ir esta ambulancia si quiere.

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UN OMEGA ESPECIAL
Short StoryJean huyó de su casa cuando su padre intentó prostituirlo, lamentablemente cayó en manos de traficantes quienes no dudaron en ofrecerlo como mercancía fresca. Jean terminó expuesto en una subasta donde es encontrado por Sebastián, un alfa adinerado...