Olivia's POV.
❝Hay personas que están destinadas a encontrarse.❞
Olivia Grace se cruzó de brazos.
—Vale, ¿qué quieres? Estoy ocupada.
James Smith respiró hondo.
Estaban escondidos en una de las estantería, para que nadie pudiera verlos ni escucharlos. No quería molestar a la gente que estaba ahí para estudiar (cosa que debería estar haciendo ella) ni que la gente se pensará que tenían algún tipo de relación (prefería cualquier cosa menos eso). Y sobretodo, porque había visto a llegar un grupo de siete chicas de segundo, conocidas por enterarse de absolutamente todo lo que pasaba en los muros de las escuela. Y Olivia tenía claro que no iba a ser un caso más, no tenía tiempo para bulos sinsentido.
—Solo quería pedirte perdón.
—¿Y eso por qué?
—Pues... por lo que pasó en la misión. Bueno, ya sabes... Lo del beso —la última frase la dijo casi para sí mismo. Pero estaban lo suficientemente cerca el uno del otro como para que ella pudiera escucharlo.
Olivia no pida creer lo que acaba de oír. ¿De verdad estaba interrumpiendo su importante sesión de estudio por semejante tontería? Seguro que era algún tipo de táctica para distraerla, que no pudiera estudiar todo lo que quería y fuera él quien acabará con el mejor expediente de Eternal.
«Ni en tus mejores sueños», pensó.
—¿En serio, James? Eso pasó hace mil años. Y solo fue un pico, no es para tanto.
El chico arrugó la nariz en respuesta.
—¿Ah, no?
—No.
—Pensé que te habías enfadado conmigo por eso...
—Mira, no estoy cabreada contigo. Lo que pasa es que me caes mal —declaró harta—. Lo siento, pero me pareces insoportable. Así que ahora, con tu permiso, volveré a hacer cosas más importantes que aguantarte a ti y a tus tonterías. Gracias, y adiós.
Se marchó de ahí volviendo a su asiento, bastante molesta. James se quedó parado donde estaba un par de segundos, para luego empezar a caminar entre las estanterías hasta perderse en ellas.
Cuando la chica se hubo sentado, notó que había un clicle pegado en su mesa. Asqueada, lo quitó e inmediatamente se deshizo de él. En aquel momento, deseó tener los poderes de Lucy para quemarlo con sus manos.
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El Renacer del Fuego.
FantasyLucy Evans siempre consideró que tenía una vida afortunada. Exceptuando el hecho de los constantes accidentes que solían suceder cuando estaba cerca de un fuego y/o sus emociones se disparaban. Con el tiempo, se acostumbró a ello y los inevitables t...