Capítulo 24.

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James' POV.

Quién oculta un pasado oscuro, puede acabar siendo consumido por sus propios secretos.

Al día siguiente, James Smith fue el último de sus amigos en llegar al Comedor para desayunar

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Al día siguiente, James Smith fue el último de sus amigos en llegar al Comedor para desayunar.

—Bueno, a ver si tenemos más suerte con chico esqueleto —habló Fred Miller en cuanto lo vio acercarse a ellos.

—¿Qué ha pasado? —cuestionó extrañado mientras se sentaba al lado de su amigo.

—¿A ti también te han dejado plantado como a Dylan? —le preguntó Michael Green.

—Sí —se giró para ver a su compañero—. Espera, ¿te dejaron plantado?

Dylan Blake se encogió de hombros.

—Eso parece.

James no podía creérselo. Dylan siempre había sido de los dos quien tenía más popularidad entre las chicas, recordaba que cuando estaban en el instituto había teñido varias novias sin ningún problema. En cambio, el moreno siempre había sido el cero a la izquierda, el payaso de la clase y poco más si no fuera precisamente, por quien era su mejor amigo.

—Bueno, seguro que a quien quiera que fuera tu cita: le pasó algo grave y no pudo ir —comentó Mike.

—Ósea, mira a Dylan. Yo creo que cualquier chica hubiera deseado tener a un Heredero como cita de San Valentín —agregó Fred, si no fuera por lo machista que era a veces hubiera pensando que era gay y estaba enamorado de su mejor amigo por la acera en la que lo halagaba.

—Muchas gracias, ¿eh? —respondió James.

—A ver, es que tú de por sí decías que no te importaba, ¿no? Así que no pasa nada —se excusó el rubio.

—Supongo —decidió que era mejor no contar que había pasado la tarde con Olivia Grace—. ¿Y a ti que tal te fue, Fred?

—Yo creo que esa respuesta es obvia. Lleva alegre desde que volvió de su cita —contestó Mike.

—Gracias, gracias. Yo también me noto la piel más brillante y todo —el Talento sonrió ampliamente—. Aunque he de decir que por poco no lo consigo.

—¿Y eso? —quiso saber el de ojos verde mar.

—Pues veréis, resulta que la chica se vino arriba o algo. Pero dijo que yo no podía tratarla como un juguete y otras gilipolleces más. Parece ser que aprendió de Ann Grace o algo así.

—A ver, razón tiene. No puedes tratar a las chicas como si fueran juguetes de usar y tirar sin importarte sus sentimientos —contraatacó Dylan.

—¡Eso es lo que llevo diciendo yo desde el principio! —exclamó James.

—¿En serio aún no os habéis dado cuenta? Fred nunca aprende —respondió Mike.

El Renacer del Fuego.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora