Dylan's POV.
❝Nunca te dejes corromper por la sensación de poder.❞
Unos fuertes golpes que no dejaban de sonar despertaron a Dylan Blake de su sueño. Alguien estaba llamando a la puerta repetidamente.
—¿Quien diablos se atreve a despertarme en mitad de la noche? —gruñó somnoliento.
No se molesto en encender la luz, pues planeaba mandar a la mierda a quien estaba detrás e irse directamente de nuevo a dormir. Tampoco se molestó en despertar a James, sobretodo porque apenas podía ver donde estaba su cama.
Aún quejándose en murmullos, abrió la puerta de su habitación: encontrándose con una chica pelirroja y otra de cabello castaño, ambas iban en pijama pero lucían visiblemente alteradas.
—Evans, Grace, ¿que diablos hacéis aquí?
Las chicas se miraron entre sí como si decidieran cuál iba a hablar.
—Necesitamos tu ayuda —dijo Olivia Grace.
—Vale, no pienso hacerlo —respondió cerrando la puerta.
Lucy Evans apoyó el pie evitando que él pudiera cerrar por completo y volvió a abrirla.
—Es sobre James —habló la Heredera mirándole.
El chico alzó una ceja y miró justo detrás suya, donde estaba la cama de su mejor amigo.
—¿De qué hablas? Él está durmiendo justo...
No pudo terminar la frase, pues se dio cuenta de que no había nadie en esa cama. Volvió a dirigirse a las amigas.
—¿Qué habéis hecho ahora?
La pareja volvió a mirarse entre sí. La Fuego entró directamente mientras su compañera cerraba la puerta.
—Vas a escucharnos hasta que terminemos sin decir ni una sola palabra, ¿entendido? —le informó la chica de ojos dorados.
Dylan frunció el ceño pero no se negó. Hasta que termino de oír la historia que le contó Olivia.
—¡¿Qué James ha hecho qué?! —exclamó el Heredero.
—La cosa es que tenemos que encontrar una manera de rescatarle —la morena se mordió el labio, parecía aún muy afectada por lo que le acababa de pasar.
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El Renacer del Fuego.
FantasyLucy Evans siempre consideró que tenía una vida afortunada. Exceptuando el hecho de los constantes accidentes que solían suceder cuando estaba cerca de un fuego y/o sus emociones se disparaban. Con el tiempo, se acostumbró a ello y los inevitables t...