Lucy's POV.
❝Entonces, abres los ojos y descubres un nuevo mundo hasta entonces oculto.❞
Lucy Evans se despertó con la cabeza dándole vueltas. No sabía dónde estaba, se encontraba acostada en una cama blanca y la habitación era bastante grande, con varias camas idénticas a la suya puestas en fila en cada lado de la sala, al fondo pudo ver una mesa con un ordenador. Cerca de una camilla blanca donde en arriba en la pared estaba pegado un pequeño armario de puerta transparente donde se podían ver varios tipos de medicinas dentro, además de un perchero donde había varias batas blancas colgadas. Supuso que estaba en una especie de hospital o enfermería.
—Bien, por fin despiertas, pelirroja —le dijo alguien.
Se giró para ver a una chica que estaba sentada en la cama de al lado observándola.
—¿Quién eres tú? —le preguntó a la chica de cabello color miel mientras se reincorporaba en la cama. Sintió un pinchazo en la cabeza al hacer eso.
—Soy Ara —respondió simplemente levantándose de la cama y acercándose a ella.
—¿Y donde diablos estoy? —la miró frunciendo el ceño.
—Eso te lo explicará la directora Morgan, por eso estoy aquí, para llevarte hasta su despacho —dijo como si fuera obvio.
¿Morgan? Al oír ese nombre tuvo un flashback, recordando que después del incendio había acabado en Central Park encontrándose con la misma misteriosa mujer de aquella mañana, quién se presentó como Catherine Morgan. ¿Se estaría refiriendo a la misma persona?
—¿Qué haces ahí parada? Vamos, levántate, no tengo todo el día —le ordenó Ara de una manera borde que no le gustó nada. Nadie le daba órdenes.
Aún así, no le quedo más remedio que moverse de la cama. Al hacerlo, se dio cuenta de que llevaba la misma ropa que tenía cuando salió de su casa, pero no estaba segura de cuando había sido eso.
—¿Cuánto tiempo ha pasado?
Ara la miró extrañada mientras abría la puerta del lugar para salir.
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El Renacer del Fuego.
FantasyLucy Evans siempre consideró que tenía una vida afortunada. Exceptuando el hecho de los constantes accidentes que solían suceder cuando estaba cerca de un fuego y/o sus emociones se disparaban. Con el tiempo, se acostumbró a ello y los inevitables t...