Capítulo 48.

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Dylan's POV.

Teme el poder del fuego y de quién pueda controlarlo.

Dylan Blake pegó un brinco al escuchar la explosión

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Dylan Blake pegó un brinco al escuchar la explosión. A pesar de estar varios metros fuera de su alcance y siendo ya consciente de que eso iba a pasar. Varias personas más se sobresaltaron de la misma manera que él, pero tras aquello ninguno de los presentes se movió un ápice. Todos esperaban una respuesta, una señal de ataque. Y quien debía darla era la misma persona que se había metido en la Sede de los Cazadores para activar los explosivos.

—Espero que Olivia esté bien... —oyó murmurar para sí mismo a James Smith, quien estaba a su lado mordiéndose las uñas de las manos.

—Ahí está —habló Lucy Evans señalando hacia la puerta de la cabaña, de dónde salía un gesto negro.

Unos minutos después, Olivia Grace, de nuevo en su forma humana, se asomó a la entrada de los túneles donde estaba el trío de amigos.

—Hola —les sonrió.

—¿Cómo has podido vestirte de vuelta tan rápido? —cuestionó Dylan frunciendo el ceño, de todas las veces en las que había luchado con ella usando sus poderes, en ningún momento había visto que no estuviera completamente vestida cuando se destransformaba.

—He dejado mi ropa en los arbustos. ¿O acaso creías que iba a cambiarme aquí delante de todos? Además, al final le coges el truco y lo vas haciendo más rápido —respondió encogiéndose de hombros al final.

De repente, se oyó un fuerte ruido proveniente de lugar que había sido atacado: un cuerpo salió volando por la ventana y cayó al suelo inmóvil, a solo unos metros de ellos. Probablemente muerto al haber estado más cerca de lo debido de alguna de las pequeñas explosiones.

La Metamórfica, siendo la más cercana al hombre, se acercó hasta donde estaba examinándolo unos segundos hasta volver a girarse hacia donde estaban sus compañeros.

—Está muerto y lleva una microgranada en la mano, probablemente fue a cogerla para examinarla antes de que explotara en sus manos —informó soltando un leve suspiro—. Y yo que no quería matar a nadie...

—Bueno, seguro que ese hombre habrá matado a más de una persona. El karma es una zorra, ¿no? —le contestó James.

—Eso no importa ahora. Ha llegado el momento —declaró Lucy y se giró hacia el resto de Prodigios que estaban ahí—. Chicos, ¡atacad!

Inmediatamente después de que pronunciara aquellas palabras, el grupo entero de jóvenes salió corriendo de la red subterránea dirigiéndose hacia la cabaña.

El Renacer del Fuego.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora