Tocaron varias veces el timbre de la puerta pero nadie abrió al otro lado.
—¿Y si no quieren que entremos?—Preguntó temerosa Marilia.
—Marilia por favor, si no quisieran que entraramos no nos hubieran invitado.—Respondió Alba resoplando.
—No creo que nos oigan con la música.—Explicó Marta que había pegado la oreja a la puerta.
—Voy a llamar a Dave.—Dijo Julia tratando de ponerle fin al problema.
En el mismo instante en el que Julia estaba marcando el teléfono de su amigo alguien abrió la puerta de la casa.
—Al final habéis venido...Pasad.—Dijo Miki nada más verlas al abrir la puerta de su casa. Las chicas pasaron y fueron una a una saludando a Miki hasta llegar a Julia.
—Miki, ¿Dónde está Dave?—Preguntó la morena tras saludar al chico.
—Está en el salón.—Le respondió Miki. Cuándo Julia estaba yéndose al salón en busca de su amigo notó que Miki agarraba su brazo.—Oye, sé que no es asunto mío pero...Natalia...No coge mis llamadas, solo quiero saber si está bien...—Julia sabía que le había prometido a su amiga que no le diría nada a Miki pero en su mirada había verdad, había preocupación sincera. Julia asintió y el chico soltó su brazo e hizo un gesto dándole las gracias. Julia buscó a su amigo por el abarrotado salón de su casa. Verle a él era uno de los mayores motivos por los que Julia había accedido a ir a aquella fiesta y no pensaba irse de allí sin verle. Cruzó todo el salón sin encontrarlo y volvió a cruzarlo de nuevo sin éxito. ¿Pero donde narices se había metido? Se preguntó Julia. Salió del salón y decidió buscar a Dave por el resto de las estancias de la casa. Abrió una por una las habitaciones de la casa pero ni rastro de Dave. Lo mejor sería que buscara a sus amigas de nuevo y se tomara algo. Las encontró como no podía ser de otra manera en la cocina de la casa sirviéndose un par de copas.
—¿Has encontrado a Dave?—Preguntó Alba al ver llegar a su amiga. Julia negó con la cabeza y aceptó el vaso que le ofreció su amiga.
Poco tardaron las cuatro en ponerse en el centro del salón a bailar y darlo todo como si la noche anterior no hubieran salido y las agujetas no existieran.
—Voy al baño.—Le gritó Julia a Marta que se encontraba bailando a su lado. Marta alzó su dedo pulgar en señal de que la había oido y Julia desapareció del salón.
El baño era sin duda el lugar más transitado de aquella casa y la gente no paraba de salir y entrar de allí con una lentitud que Julia no iba a poder soportar pues ya tenía las piernas cruzadas haciendo presión concentrándose para no mearse encima. Entonces recordó que cuando había estado buscando a Dave en una de las habitaciones había visto que había un cuarto de baño y estaba segura de que aquel no iba a estar tan solicitado como ese. No se lo pensó dos veces y se volvió a meter en la última habitación de la casa que por suerte se encontraba vacía. Se metió en el baño y a penas le dio tiempo a cerrar la puerta cuando tras levantarse el vestido y bajarse el tanga disfrutó de uno de los mayores placeres.
Cuando salió del baño acomodándose el vestido no pudo creerse lo que estaba viendo.
—¿Se puede saber qué haces tú aquí?—Preguntó Julia mirando a Carlos que se encontraba sin camiseta frente a la enorme cama que presidía la habitación.
—No, la pregunta es que haces tú en mi casa.—Aquello hizo que Julia abriera los ojos y moviera su cabeza de lado a lado intentando asimilar lo que él acababa de decir, tan brusco como siempre.
—¿Vives con Dave?—Preguntó Julia que no tenía ningún conocimiento de que su amigo compartiera piso con Carlos.
—Sí. Desde hace un mes.—Respondió Carlos al que estar sin camiseta no parecía incomodarle tanto como a Julia que no podía apartar la vista de su esculpido cuerpo.—Aún no me has dicho que haces aquí.—Insistió Carlos que era consciente de las miradas de la chica y se recreó en ellos inflando así su ego. Julia sacudió su cabeza y se obligó a centrarse en otra cosa que no fuera el cuerpo de Carlos por mucho magnetismo que este ejerciera sobre ella.
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Cien maneras de mirarte
Fiksi PenggemarSeguramente todos hayáis visto alguna vez un arcoiris. ¿Pero acaso sabe alguien donde empieza y donde acaba? Lo mismo pasa con el bien y el mal. ¿Quién pone los limites de lo que es justo y lo que no? ¿Quién tiene la capacidad moral para decirte si...