Capítulo 57

779 42 19
                                    

En química los elementos de la tabla periódica se dividen en varios grupos: metales, no metales y semimetales...

Pero todos ellos tienen un objetivo común, conseguir la configuración electrónica de un cuarto grupo. Los gases nobles.

Los gases nobles son aquellos elementos que para subsistir en la naturaleza no tienen la necesidad de combinación alguna con ninguno de sus compañeros de tabla.

Para que el resto de elementos consigan semejante configuración perfecta, los elementos pierden y adquieren electrones dependiendo de la naturaleza de estos.

En nuestra vida cotidiana sucede algo parecido.

Nuestro objetivo vital es conseguir ser gases nobles. Estables. Correctos. Inertes.

Para ello, debemos perder o ganar electrones según la causa.

A veces seremos no metales y para ello necesitaremos ganar electrones. Rodearnos de personas que nos aporten, personas que nos hagan ser mejores personas, que nos cuiden, que nos mimen. En definitiva, que nos complementen.

Pero muchas otras seremos metales. Nos apremiará la necesidad de perder electrones. Perder electrones no tiene porqué ser malo. Muchas veces, es necesario perder gente para encontrarnos a nosotros mismos. Para ser, gases nobles.

Julia llevaba toda su vida siendo metal y no metal dependiendo de la época de su vida.

Se sintió gas noble todo el tiempo que estuvo con Carlos. Sin necesidad de nada ni de nadie.

Y una vez que él se fue, se convirtió en no metal. Con necesidad de electrones. De uno en concreto.

-¿Estás bien Julia?- Dijo Alba entrando en la habitación de la morena.

Eran aproximadamente las cinco de la mañana.

Julia, intranquila, veía las estrellas de un cielo despejado desde su ventana.

En el cielo, lejano y oscuro se dibujaban finas líneas blancas síntomas de los ratros que dejaban los aviones al pasar.

Los veía pasar siempre a horas exactas, como un reloj, como un destello de luz.

-Sí, estoy bien.- Respondió la morena apartando la mirada de la ventana y mirando la desdibujada silueta de su amiga.-¿No puedes dormir?- Preguntó la morena extrañada por su aparición.

-Izan se había despertado y ya no consigo conciliar el sueño.- Dijo Alba irrumpiendo en la habitación de la morena y asomándose a la cuna sobre la que dormitaba tranquila su sobrina.

-Lleva durmiendo casi seis horas del tirón, es un milagro.- Dijo sonriendo la morena.

-Entonces, ¿Por qué no duermes?- Preguntó Alba mirando a su amiga.

-Pensaba en lo de mañana, no te voy a mentir.- Confesó Julia sentándose sobre la cama.

-Me lo suponía.- Dijo Alba sentándose al lado de la morena.- No tienes por qué hacerlo si no quieres.- Dijo pasando su mano por la espalda de su amiga.

-Me comprometí, no puedo echarme atrás.- Dijo Julia frotándose los ojos.- Además, me vendrá bien.- Dijo tratando de convencerse Julia.

-Entonces no lo pienses más Julia, trata de dormir.- Dijo Alba poniéndose en pie.

-He invitado a mis padres, ¿Sabes?- Dijo de repente Julia.

-Anda, así que era eso... Por eso no puedes dormir.- Dijo Alba sentándose de nuevo en el sitio que había ocupado segundos antes.

Cien maneras de mirarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora