Inocente Tentación [ChanBaek]

Empieza el Pecado ..... Capitulo 9

El agua estaba helada. ChanYeol apoyó la espalda en la pared y un escalofrío le recorrió todo el cuerpo; también estaba helada. Las gotas que caían de su pelo y se perdían por todo su cuerpo eran gotas tan frías que el hielo no se les comparaba. Pero le daba igual morir de una hipotermia, le daba igual reunirse con su señor antes de tiempo si podía quitarse aquella extraña sensación de su estómago de una vez por todas. Se frotó la cara con las manos otra vez, suspiró de nuevo y respiró como si hubiera estado años aguantándose el aire. ¿Qué le pasaba? Solo había salvado a BaekHyun decaerse, solo lo había sujetado unos segundos, solo había visto ese precioso rostro de cerca durante menos de un minuto. 

Apoyó la frente en la pared, porque por primera vez en todo el tiempo que llevaba allí, se había negado a un baño y estaba en la ducha, dando vueltas sobre sí mismo con el corazón acelerado y el estómago revuelto. Miraba al techo, queriendo ver el cielo, y se preguntaba qué le pasaba una y otra vez. Pero sabía que Él no iba a responderle, tenía que averiguarlo por sí mismo. También tenía miedo de lo desconocido. Nunca había sentido nada parecido. Todo el mundo era igual para él,todo el mundo brillaba de la misma forma. BaekHyun era como la luna, como la manzana prohibida de Eva. BaekHyun era la luna entre las estrellas, era una manzana entre miles. Era una tentación. Pero no sabía de qué clase. Solo lo era. 

Había sido mala idea volver tan pronto y se estaba dando cuenta tarde, cuando ya había ocurrido lo que menos quería.Toda la semana había sido perfecta, porque entre estudiar, comer y dormir, lo único que había hecho era hablar a BaekHyun sobre el seminario; no había tenido tiempo de pensar en nada. Por eso, tontamente había pensado que estaría bien haciéndole compañía. Había dicho a los ancianos con los que iba a ir de excursión que le dolía el estómago solo porque no quería dejar a BaekHyun solo todo el día, y en aquel momento estaba rezando por no volver a verlo jamás. No literalmente, pero quería que se alargara el sábado y la cama lo protegiera de cualquier serpiente, de cualquiera quimera,incluso de la luna. Ya no confiaba en ella. 

Dio media vuelta otra vez, echó la cabeza hacia atrás y gruñó. No entendía nada. Tres semanas, solo llevaba allí tres semanas y se estaba volviendo loco. La luna no lo ayudaba cuando la necesitaba, Dios le exigía que fuera fuerte, y su cerebro no quería participar. Su cuerpo era el peor en todo aquello, era como si lo saboteara. Como si se hubiera estado aguantando toda la semana para estar listo en ese momento, cuando BaekHyun cayó a sus brazos. 

-No lo entiendo, ¿va en serio o me está engañando? -imaginó que Dios sonreía, pero con una de esas sonrisas que nunca tienen el significado que se espera, y giró la llave del agua con frustración. Salió sin siquiera secarse, se enrolló una toalla en las caderas con fuerza y apoyó las manos en el lavabo, mirándose en el espejo como no lo había hecho nunca. 

-Bien. -dijo, apartándose el pelo empapado. Estiró un dedo y se señaló a sí mismo- No vas a caer. No sé qué ocurre pero novas a caer. No morderás la manzana, ¿entendido? 

Y se retiró del espejo. Se secó vagamente mientras salía del baño y se vistió. Había estado tanto tiempo en la ducha que no se había acordado de comer. Así que se puso las gafas, miró las cuatro de la tarde en el reloj y escuchó su estómago rugir.Tragó saliva antes de abrir la puerta. Cogió aire, tratando de sacar todo aquello de su mente y centrarse solamente en ir ala cocina a conseguir algo de comer, subir a la habitación y pasarse allí hasta que, al día siguiente, fuera la hora de ir a la iglesia. Lo sentía mucho por BaekHyun, sentía ser egoísta, pero incluso siendo cómo era necesitaba aclarar su mente.Le costó bastante bajar las escaleras, porque no quería toparse con el menor. 

Le costó entrar a la cocina y no temblar, es más, estuvo a punto de cortarse el dedo mientras se hacía un bocadillo. Se mordió el labio mientras estiraba su cuerpo por un vaso y salió corriendo cuando lo tuvo todo en sus manos. Solo tenía que subir las escaleras, solo eso y podría tener tiempo para repetirse incansablemente que no debía caer ante algo que ni siquiera él mismo entendía. Pero si Dios hacía que la luna no lo ayudara debía ser por algo. Frunció el ceño después de oír la puerta de la cocina cerrarse a su espalda,¿Dios quería que cayera? No, imposible. Sacudió la cabeza y se dirigió hacia las escaleras.