Quiero Hacerlo......Capitulo 15

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Enterró la cabeza entre los codos, se llevó las manos al pelo y lo revolvió con fuerza. Su conciencia lo señalaba acusadoramente con un dedo y gritaba ¡loco! ¡Te has vuelto loco! Su corazón acelerado no sabía si darle la razón. ¡Menos mal que te has ido! ¿Sabes lo que estabas a punto de hacer? Asintió, golpeándose la frente contra el escritorio mientras lo hacía. Lo sabía perfectamente. Había estado a nada de perder el control. Había ido a llevarle una carta que su madre le enviaba desde El Congo, solo a dejar la carta e irse a dormir, no pensaba hacer nada más y sin embargo lo había visto así,tan húmedo, cubierto por una minúscula toalla, lo había visto ruborizarse al verlo y su cuerpo se había movido solo. En esos momentos todavía podía sentir la suavidad de los muslos de seda, del torso, el pecho y los hombros, de los brazos finos y tan deseables como prohibidos bajo sus manos.

Se frotó la cara con presión y se echó hacia atrás, apoyando la espalda en la silla. Llevaba horas lamentándose en el escritorio, tantas que el sol ya empezaba a verse desde la ventana. El cielo estaba naranja, la luna se despedía burlona de él y los ojos le escocían por no dormir.

Te estás volviendo loco, oyó de nuevo y se mordió el labio. Se levantó solo para dejarse caer en la cama como un muerto,agotado tanto física como mentalmente. No movió un músculo más allá del rostro, apretando los ojos, frunciendo el ceño y mordiéndose los labios. Su mente seguía y seguía dando vueltas, atormentándolo. Su cuerpo era gobernado por un intenso cosquilleo, sobre todo en las manos, que habían quemado en esa suave piel de porcelana. Porque ChanYeol estaba seguro de que BaekHyun no era de cristal, sino un ángel de porcelana al que se habían olvidado de ponerle las alas.

Se quedó dormido de improviso y cuando despertó fue porque una voz femenina atravesaba la puerta. Se quejó contra el colchón y se abrazó a las mantas. No quería levantarse, ni dar clase, y mucho menos enfrentarse a él. Pero Minah no paraba de llamar a la puerta.

-Señor ChanYeol, ¿se encuentra bien? ¿Puedo entrar? -escuchó como se abría la puerta y suspiró- Son las ocho, el niño acaba de levantarse. ¿Va a dar clase o le digo que se encuentra mal?

Esa misma pregunta se la estaba haciendo él mientras se rascaba la cabeza. Pero al final se levantó. No podía mezclar el trabajo con su mente enferma, tenía que seguir a su conciencia y dar clase como si no conociera a BaekHyun.

-Voy enseguida. 

Minah asintió y desapareció por el pasillo. ChanYeol se vistió lo más rápido que su cuerpo cansado le permitió, tan despacio que sus ojos se cerraban mientras se ponía la ropa. Metió los brazos en las mangas de la camisa y fue al baño. El agua estaba helada y su cara caliente; se miró en el espejo después de abrochársela, mientras se ponía el alzacuellos.

Los labios entreabiertos, el olor de las hamburguesas, la mano en su pecho y el cosquilleo en su cuello llegaron a su mente acelerándole el corazón. El día del zoo BaekHyun le había preguntado si quería besarlo y luego lo había hecho; el resto de días no había hecho falta la pregunta porque directamente había deseado apoderarse de esos labios y de esa boca sin miramientos. Su conciencia sin embargo nunca, jamás, dejaba de gritarle lo loco que estaba.

Como en aquel momento en que llevaba largos minutos frente al espejo, con el alzacuellos cerrado en un puño y la respiración agitada. Deseaba al ángel, lo deseaba de una forma llena de pecados y blasfemias. Estaba cayendo tanto en la tentación que una parte de su ser ya no quería llevar el alzacuellos. Se mordió el labio y se lo puso. De momento iba a llevarlo, no se lo quitaría hasta que hubiera caído del todo. Y lo peor era que sospechaba que eso iba a ocurrir y que algún día vería el objeto blanco desaparecer dentro de un cajón.

Cuando al fin salió de la habitación la hora marcaba más tarde de lo que pensaba. Así que en lugar de bajar las escaleras fue directamente al trabajo. Abrió la puerta y entró, suspirando al verla vacía. La gran mesa estaba igual que la habían dejado el día anterior, los libros colocados de forma ordenada en la estantería y el susurro de un tarareo hacía eco en las paredes. Dio un paso y parpadeó, ¿un tarareo?

Inocente Tentación  [ChanBaek]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora