Cabaña...Capitulo 28

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Se pasó las manos por el pelo por, quizá, décima vez en las dos horas que llevaba allí. No estaba nervioso, ni asustado, y mucho menos frustrado, sino todo lo contrario: se sentía flotando sobre las nubes. Sobre unas nubes hechas de plástico. Estaba sentado en la parada de autobús que había cerca de la iglesia, con la maleta entre las piernas, sin poder creerse que el catorce de febrero hubiera llegado ya.

-¿Cuatro días? -había preguntado el señor Byun a BaekHyun a la hora de la cena, mientras este le decía que se iba de viaje con TaeYeon. La cara del hombre se había deformado en alegría, en orgullo, y la de su ángel había pasado a tener ese brillo maligno que solo él sabía reconocer.

Entonces había ocultado su sonrisa comiendo y la señora Byun había suspirado.-Supongo que nos quedaremos solos. -había dicho a su marido, refiriéndose a ese plan que ella no sabía y que el señor Byun ni siquiera podía imaginar. Ese hombre había sorprendido a ChanYeol tanto como la rabia que se oía en la voz de BaekHyun mientras le contaba lo que había ocurrido en el campo de fútbol. Nunca se hubiera imaginado que el señor Byun fuera esa clase de hombre; entendía que quisiera tener nietos, que BaekHyun era su único hijo, pero no que se negara tan radicalmente a que su hijo amara a un hombre. Y después de oír aquello tenía aún más claro que debían mantener lo suyo en secreto.

Suspiró e hizo a un lado todos y cada uno de esos recuerdos, centrándose únicamente en que iba a pasar cuatro días con BaekHyun, sin ocultarse de nadie, pudiendo abrazarlo y besarlo siempre que quisiera. Después de todo se había inventado el cumpleaños de uno de los huérfanos para poder escapar de esa casa sin que nadie sospechara, cosa que lo había llevado a fingir que esperaba un autobús.

El 19 apareció por la esquina, largo y lleno de gente, avanzó hasta él y paró, abriendo sus puertas. ChanYeol se quedó sentado y nervioso hasta que el autobús se fue. Aún no se acostumbraba a mentir. ¿Y si alguien los veía irse? ¿Y si lo veían subiendo al coche de TaeYeon? Era el quinto autobús que ignoraba y comenzaba a sentir que hasta el aire sospechaba. A pesar de que no hubiera nadie en la calle.

Entonces vio el vehículo negro aparecer y se puso en pie. Apretó el asa de la maleta, deseando que fuera ese coche de verdad, que aparcara delante de él, que las puertas se abrieran y que su ángel estuviera ahí dentro.

Su deseo se hizo realidad en el momento en que un brazo totalmente tapado por la manga de un jersey le abrió la puerta desde dentro. Nadie salió ni se asomó, pero él supo lo que tenía que hacer.

Oyó el sonido del maletero al abrirse. Acarició los dedos escondidos, recibiendo un apretón como respuesta. Sonrió y miró a su alrededor para asegurarse de que de verdad nadie los veía antes de meter la maleta en su sitio y entrar en el coche. 

Casi de inmediato unos finos brazos rodearon su cuello en un abrazo. ChanYeol logró sentarse y los labios de BaekHyun se pegaron a su mejilla con tal intensidad que dolió. Un dolor agradable.

-Hola. -rió mientras cerraba la puerta y oía las carcajadas de TaeYeon desde el asiento de copiloto.

Entonces el coche arrancó y los labios finos se separaron de su mejilla para deformarse en una sonrisa adorable y maliciosa, bajo los ojos marrones que brillaban llenos de entusiasmo. BaekHyun estaba ruborizado por la emoción y lo miraba como si fuera su ídolo, como si estuviera enamorado de él.

¡Lo está!, le señaló su conciencia. ChanYeol recordó que era verdad, porque todo le parecía un sueño en ese momento,como si se hubiera dormido en el camino a Mokpo aquel primer día. Pero era tan real como el castaño que escondía la cabeza en su pecho.

-Sabía que vendría. -murmuró.

-Por supuesto. -se oyó diciendo, y estaba totalmente de acuerdo con su voz. Acunó al menor en sus brazos durante un tiempo indefinido, sonriendo como un idiota cada vez que los dedos ajenos rozaban su espalda.

Inocente Tentación  [ChanBaek]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora