Inocente Tentación [ChanBaek]

Ensayo....Capitulo 20

-Izquierdo, siempre izquierdo.

La mano de BaekHyun se apretó en su espalda, con delicadeza y fuerza mezcladas, pero llena de nervios. Levantó el brazo que terminaba con sus manos entrelazadas y lo puso en la posición correcta. El menor, tan concentrado como frustrado, dio un paso hacia delante con el pie izquierdo.

-Un, dos, tres. -lo oyó murmurar y sonrió. El vals sonaba de fondo, la mesa donde solían estudiar había sido apartada y llevaban toda la semana ensayando.

Al principio, ChanYeol lo había enseñado a bailar siendo él quien lideraba. Sin embargo, en la fiesta iba a ser BaekHyun quien llevara a las hijas de los amigos de su padre, así que tenía que aprender desde el otro punto de vista también.

-Muy bien. -BaekHyun asintió, concentrado en sus pies. Movió la cabeza, quitó la mano que tenía sobre el hombro del castaño y la puso sobre su barbilla para levantarle la cabeza. Los ojos marrones lo miraron con nerviosismo- Tienes que mirar al frente.

-Pero me voy a equivocar. ¿Y si comienzo a pisarles los pies? 

ChanYeol sonrió sin decir nada. Aguantó y aguantó hasta que la canción terminó, viendo cómo BaekHyun esperaba a que contestara y mientras se movía sin perder un solo paso. Entonces se hizo el silencio.

-A mí no me has pisado. 

BaekHyun abrió la boca sorprendido. Una sonrisa infantil cruzó sus labios y saltó contento. Era tan hermoso cuando estaba feliz. Los brazos finos soltaron la postura incómoda del vals y subieron a su cuello. ChanYeol posó las suyas en su cintura. Con una sonrisa, sin necesidad de música, comenzaron a moverse de lado a lado, como si bailaran una canción muy lenta.

-Gracias. -murmuró BaekHyun, clavando la mirada en su pecho- No hubiera soportado quedar mal delante de tanta gente.

-Es imposible que quedes mal. La gente te adoraría aunque fueras una estatua.

Ruborizándose, BaekHyun se rió y negó con la cabeza. ChanYeol estaba seguro de que igual que los ángeles de piedra eran admirados, igual que las estatuas de los parques del seminario eran hermosas, BaekHyun sería perfecto. Pero no quería que nadie lo admirara de tal forma. Quería ser el único que conociera cada rasgo de ese precioso cuerpo.

Se abrazaron durante minutos demasiado cortos, deseando que se parara el tiempo para poder quedarse así siempre. ChanYeol podía sentir su propio corazón acelerado y la respiración de BaekHyun contra su cuello. Lo apretó un poco más entre sus brazos y lo oyó hablar, pero no entendió lo que dijo hasta que lo repitió.

-Tengo hambre.

Entonces asintió mientras lo soltaba. BaekHyun se apartó el pelo de la frente, le dio la espalda y caminó hacia la puerta.Era sábado, se dijo ChanYeol con una sonrisa antes de seguirlo. No se oía nada más que sus pasos bajando las escaleras y cuando BaekHyun llegó al final, el ruido del salto resonó por las paredes. ¿Qué hora podía ser? Las seis, tal vez las siete de la tarde y no habían comido todavía. 

ChanYeol bajó más rápido de lo que pensaba, sumido en la sensación de estar solo con BaekHyun por primera vez desde que había dejado a un lado los hábitos. Se sentía libre, hambriento, aunque no de comida. Y de pronto se chocó con la espalda de BaekHyun.

-Perdón. -BaekHyun se encogió de hombros tanto por el choque como por lo que ChanYeol hizo después. Cruzó las manos en el plano abdomen y apoyó la barbilla en su hombro. ¿Podía haber algo mejor que esa sensación?

Entraron en la cocina sin soltarse. Las manos de BaekHyun se habían posado sobre las suyas y con cada paso podía oírlo reír. Cuando estuvieron delante de la encimera, BaekHyun se dio la vuelta y se quedó mirando el dibujo abstracto que yacía sobre su camiseta. Aunque no del todo, ChanYeol había conseguido acostumbrarse a la ropa informal. Incluso le gustaba.