Capítulo 05- Si desesperas, triunfarás.

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Escrito por Kyla.

Capítulo 05 – Si desesperas, triunfarás.

           Nada lo prohibía, nada lo negaba, nada lo iba a salvar. ¿Por qué yo tenía el deseo de detener a mi hermano, si lo que más deseaba también como él, era cobrar venganza?, No lo entendía, pero lo hice, lo intenté detener.

            Mi cuerpo saltó. Mi hermano estaba a unos diez metros míos. A simple vista, nunca iba a llegar… Pero algo me dijo que lo haga, y así fue como logré llegar al cuerpo de Lázaro que, al caer encima de él, destruí todo punto de equilibrio en su trote, todo lo que había intentado hasta el momento cesó y Garriguer siguió su curso sin percatarse de lo sucedido. Habíamos corrido los cincuenta metros de Garriguer en tan solo unos segundos, habíamos estado a segundos de matar a la persona que asesinó a nuestro padre, perdimos nuestra oportunidad, pero no la vida.

            Justo cuando Lázaro cayó rodando al suelo empezó a volver a la normalidad, su cuerpo se achicó un poco y se empezó a extender más. Volteó tumbado y me miró, con una cara de fracaso y odio total, con un rostro de angustia y dolor, con una cara de incredulidad absoluta.

            –¿¡Acaso te has vuelto loca!? ¿¡Tienes problemas cerebrales o qué!? ¿¡Sabes lo que acabas de hacer!?  ¿¡Kyla, eres idiota!? –Todos aquellos insultos, todas aquellas injurias me dolieron… Pero por parte tenía razón…

            –Intenté que no te mueras… Lo hice por tu bien, ¡Eran en total un grupo de doce, Lázaro!

            –¿¡Por qué no te preocupas por tu vida y me dejas hacer lo que quiero!? , acabas de perder la oportunidad de vengarnos, de hacerte más feliz y de cobrar venganza por la aldea, ¡Por nuestro padre! –Me repudió.

            –No es lo mismo sin ti, Lázaro. No podría vivir en este mundo sin mi hermano. ¡Entiende que era tu suicidio! No quería que mueras, quizá lo intentabas y él te mataba, o si no lo lograba hacer, alguno del grupo lo iba a terminar. Aparte todavía no controlas eso que tenemos, acabas de pasar un momento muy grave y casi otra vez tu cuerpo cambia. ¡No podemos depender de lo que vayas a ser, imagínate que cambias y nunca vuelves a ser el mismo! De hecho, ¡Toda opción era tu muerte! –Sabía que mis palabras eran duras también, pero era la única forma que mi hermano se fije realmente de lo que implicaba intentar el asesinato de un Capitán, sin contar que su forma no iba a ser la correcta… No tenía armas, solo furia…

            –Grrr… –Gruñó Lázaro y golpeó el piso. –Kyla, eres una floja, ¡acabas de perder nuestra única oportunidad!

            –¡Ya tendremos otras Lázaro!, deja de humillarme, solo quiero tu bien, solo espero que no te equivoques, no te quiero perder… Eres lo mejor en mi vida. –Respondí, al borde del llanto total.

            –Levántate, estamos pareciendo extraños en medio de un camino tirados en el suelo uno encima del otro. –Me inquirió.

            Nos levantamos del suelo y nos sacamos la tierra de la ropa, la gente nos miraba con rareza, como si fuéramos dos simios en una venta de armas, el escándalo había creado suficiente alboroto como para despejar un poco las miradas de nosotros, por suerte. Lázaro intentó tranquilizarse, miró bien y se acercó al final de la calle por si podía ver de nuevo a Garriguer escapándose… Nada fue acertado.

            –No vuelvas a detenerme nunca. –Fue su crítica cuando llegué a su lado.

            –Vamos, no empieces, acabo de salvarte la vida, volvamos a seguir nuestro camino, nos falta tomar el dato de la biblioteca. –Lo alenté. –Lo que hiciste fue muy heroico pero muy idiota a la vez, deja de decirme que fue mi culpa, deja de hacerme sufrir Lazarus. –Mis lágrimas brotaban, símbolo extraño en mí, pero dejaba claro a Lázaro que era una discusión muy dura y que si continuábamos iba a volverse una plaga. Él me abrazó.

Lazarus - El Coraje OlvidadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora