Capítulo 06- No me digas mas.

110 1 0
                                    

Escrito por Kyla.

Capítulo 06 – No me digas mas.

            –¿¡Vas a hablar o tengo que recurrir a la fuerza!? –No soy una mujer muy paciente, y pelearme no me molesta, si no fuera a responder lo tendría que golpear y así terminaría todo muy complicado.

            –Igual de necia que tu madre… Terminó muriendo de la misma forma que terminarás tú si sigues siendo la misma. –Esto no podía ser así, no iba a aguantarlo.

            Me acerqué a él, levanté mis brazos y lo levanté del lugar, el hombre no se inmutó ante mi fuerza bruta, en el medio del aire agolpado contra la pared lo di vuelta, mi fuerza sobre humana era algo inevitablemente asqueroso y esta vez, yo era la que no me controlaba. Lázaro de mientras balbuceaba detrás mío. –Ma… mamá… conoce a ma...má. –el recuerdo de mi madre lo había martirizado siempre.

            Cuando terminé de darle la vuelta lo sostuve con una sola mano en el aire, levantándolo desde la cintura, mi otra mano fue directamente hacia su capucha y lo descubrí. Bajo esa capucha se encontraba un viejo hombre, de unos cuarenta y tantos, ojos verdes, con barba media y nariz puntiaguda. Tenía la misma cara que daba a darse cuenta su voz, arrugada y vieja pero con unos ojos que daban ternura y diversión a sus palabras, su boca permaneció cerrada ante aquella fuerza. Pero este momento no era para ver qué bueno tenía, sino lo malo. El maldito nombró a mi madre, muerta hace mucho tiempo ya cuando yo y Lázaro éramos pequeños, algo que nunca habíamos hablado mucho con él y que mi padre tampoco sacaba a luz, solo rezábamos en su nombre.

            –¿Me vas a lastimar?, ¿Sin antes preguntarme de donde conozco a tu madre?, ¿Cómo es que sé el nombre de tu aldea? y sobre todas las cosas ¿Cómo logré parar a tu hermano de su transformación? –En ese mismo instante mi auto-control se accionó. Le reduje su cintura y lo dejé caer en el suelo, mi mirada cambió, había una sola cosa que me había hecho parar, la idea de saber contener a Lázaro en su transformación y que él sepa algo de lo que llevábamos dentro me interesaba más que nada en la vida.

            –Dime quién eres ahora mismo, te estoy obligando, no me interesa saber todas esas cosas. –Intenté persuadirlo de que no estaba jugando, pero sin embargo, yo sabía que no podría hacerle daño sin antes recibir información.

            –Como quieras, si quieres ser como tu madre, se así, yo te estoy avisando de antes; Sin más… ¡Hey tú!, ¡sal de tu ensimismamiento, las muertes ocurren muy a menudo! –Refiriéndose a mi hermano, que divagaba entre sus pensamientos sobre mi madre, pobre de él… El viejo me miró nuevamente a la cara. –Mi nombre es Ruppert…

            –… –El tiempo se hizo a menudo un problema, pero en este, lo era todo. Dijo su nombre, nos quedamos expectantes esperando que nos diga también quién era, como nos conocía o algo, pero esperó… Simplemente esperó… –Bueno ya, va pasado el minuto y no nos dices quién eres…

            –¿Como que no?, te lo acabo de decir, mi nombre es Ruppert, ese soy yo…

            –¿Estás jugando conmigo? –Reproché –Vamos, contesta las preguntas que te hice antes, ¿Cómo es que sabes tanto de nosotros?, ¿Cómo conocías a mi madre? Y más vale que expliques cada cosa.

            –Una pregunta por vez, y yo contestaré… –Este hombrecillo empezaba a irritarme, y sinceramente, no estaba en un lugar sin mucho ruido como para intentar focalizar mi tranquilidad.

            –¿¡Como conoces a mi madre!? –Mis cabales no eran tan grandes, de repente mi grito profanó tanto poder que pareció haber movido una estantería. Lázaro a mi lado me miró asustado, con cara de idiota.

Lazarus - El Coraje OlvidadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora