Capítulo 14- El símbolo.

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Escrito por Lázaro.

Capítulo 14 – El símbolo. 

                  Me desperté cansado. La noche de ayer había sido extraña, muy dura para mí. La discusión de mi hermana me había agotado por completo. Sentía una opresión en el pecho, debía de ser el brazo del viejo que, al dormirse, se posaba por encima de mi cuerpo. Maldito anciano, también me hacía dudar de su sexualidad y yo tenía que dormir con él…

            Lentamente intenté abrir los ojos, la luz entraba por las ventanas pero estratégicamente no podía molestarnos. El viejo roncaba, mi hermana también. Estaban totalmente abrumados y agotados. Mis ojos fueron directo al brazo del viejo, que, en cuanto pude divisar bien, no había sido el culpable de esto.

            Me sobresalté al ver un libro encima de mi pecho. Era de un tamaño mediano, encuadernado en un extraño color verde. Parecía viejo. Me desperté y lo tomé por las manos, en su portada se observaba un símbolo que poco a poco lo fui advirtiendo, me era difícil, los ojos no entornaban lo que necesitaba en ese momento. Seguramente, Ruppert lo había terminado de leer esa noche y lo dejó encima mío, aunque no recordaba que el viejo haya estado leyendo antes de dormir.

            Dejé el libro sobre la mesa y fui directo a lavarme la cara afuera de mi casa. Al salir, como era de costumbre, Rogger estaba en la puerta de la suya. Tomé agua del cantero y me lavé la cara. Ya podía ver bien, hasta el reflejo del sol me explotaba. Necesitaba oscuridad, tenía que volver a entrar.

            Entré y tomé el libro, ahora podía entender lo que me había sobresaltado, tenía escrito un nombre arriba, se llamaba “El símbolo” y debajo tenía un logo el cuál yo ya conocía. Aquella reliquia que enganchaba la capucha de Lushia con su capa, era el símbolo que se encontraba allí ahora, delante de mis ojos. Era una hoja de un color verde que miraba hacia abajo. Su cola se doblaba hacia un costado y giraba pasando por debajo de ella y terminaba convertida en una espada de gran filo, el color iba cambiando desde el verde de la hoja hasta el filo color plata. Seguramente había sido ella quién había dejado el libro allí, para responder mis preguntas. Salí de la casa para verlo mejor, me oculté debajo del techo del patio así el sol no me atacaba directamente a los ojos ni reflejaba en el libro. Todavía estaba dormido, cuasi drogado.

            Abrí la primera página y me sorprendí, un mensaje escrito a puño y letra con una caligrafía excelente estaba en la portada. Éste decía:

“No dejes que nadie sepa de esto. Es un secreto.”

            Seguramente Lushia había dejado allí aquél mensaje, tenía que ocultar entonces aquél libro de todos. Algo tramaba, pero confiaba en ella, me había detenido y no atacado. Su pureza era perfecta, aunque haya arruinado mis planes, algo dentro de mí me dijo que no era una equivocación que me haya detenido. ¿Qué iría a ser lo que me quería mostrar?

            Seguí a la segunda hoja, la vejez de ellas eran natas. Era viejo, pero agradable, se mantenía en un perfecto estado. La tapa sostenida de atrás era rígida y era cómoda al tacto. Leí el primer título.

“La historia del druidismo.

Quizá quien lea esto no tenga, en lo absoluto, una idea de lo que se trata. A lo mejor lo está leyendo un mismo druida, no lo sé realmente, esto va dirigido a toda persona, sea druida o un humano normal. La historia del druidismo comienza con el nacimiento de un niño criado en el mismo Crizea. Base de toda sede Druídica, el bosque contiene un toque mágico advertible a simple vista. El niño había sufrido diferentes traumas y su madre, que había tenido a luz a aquél pequeño en el lugar, no pudo dar abasto. Teniendo un hijo, sola, dándolo a luz, no podía soportar el dolor y tuvo un nacimiento extraño, dándolo por muerto en aquél momento, a duras penas y dolor innato, tuvo que dejar a su hijo al costado de un árbol, el niño ya no respiraba ni tenía ningún signo vital.

Lazarus - El Coraje OlvidadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora