Capítulo 24- Coraje, sabiduría y fuerza.

90 1 0
                                    

Escrito por Lázaro.

Capítulo 24 – Coraje, sabiduría y fuerza.

                  ¿Dónde estás, Dios? ¿Dónde?.

            –¡¡¡Kyla!!! –Una maldita botella de esas había impactado sobre el pecho de mi hermana. Corrí en su auxilio luego de que el cuerpo haya rebotado contra la pared de la casa.

            –¡¡¡¡Kyla!!! ¡No!

            Acudí frente a ella, su ropa todavía estaba prendida fuego, un gran humo salía por doquier en la casa y de a poco, lentamente, los cimientos se iban derrumbando. Mi hermana estaba tendida allí, no sabía si muerta o no pero, sin embargo mis lágrimas caían por toda mi cara esperando lo peor.

            –¡Kyla! ¡Responde por favor! –Mis gritos sonaban en toda la casa.

            Empecé a tomar grandes bocanadas de aire entre grito y grito y eso logró que lentamente empiece a sentirme senil.

            –Por favor… Kyla… ¡NO me dejes!

            Mis últimos esfuerzos por sostener a mi hermana fueron mi desmayo. Entre el humo que me aturdía y mis pulmones cerrados por el mismo, mi cuerpo fue derrumbándose encima de mi hermana…

            –¡Cor… chea!..

            Sentí que me levantaba del suelo, que poco a poco empezaba a volar. Mi última visión fue el marco de una de las ventanas de la casa. Algo me estaba sacando de allí… Sentí que mi madre me llevaba hacia algún lugar, acostado en sus brazos.

            –¡Serás fuerte como tu padre, te lo aseguro!

            –¡Padre! Quiero ser como tú…

            –Lo serás a tiempo hijo, mira a tu hermana como crece ya…

            –No me superarás a mí, Lazarus.

            –¡Yo puedo vencerte Corchea!, ¡Soy mejor que tú!

            –¡Dejen ya de pelear niños! La cena está lista; Tú también, Mateo, deja de decir quién será el más fuerte y ven a comer.

            –¡Ya voy amor! Ven aquí y dame un abrazo, cielo. 

            –¡Yo quiero un abrazo con ustedes también, quiero un abrazo papá!

            –Ven con nosotros, Corchea. Ven.

            –¡Lázaro, apúrate!

            –¡Ven hermano, tú también ven a abrazarnos!

            –¡¡¡Kyla!!!

            Me desperté. Todo había sido un sueño. Mi padre, mi madre, mi hermana, se abrazaban y me llamaban. Éramos tan felices… Me desperecé… Algo me olvidaba, algo se me pasaba por alto. No había abierto los ojos todavía, no estaba preparado. Sentía grillos sonar por todos lados. ¿Desde cuándo había tantos grillos dentro de Ciénaga?. El suelo se sentía rocoso.

            Abrí lentamente los ojos, descubrí un paisaje extraño de a poco, un árbol se erguía por encima mío y la luz no era muy fuerte, pareciera que…

Lazarus - El Coraje OlvidadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora