Capítulo 19- No te escaparás.

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Escrito por Kyla.

Capítulo 19 – No te escaparás

            Salí de mi casa aquél día, Lázaro había salido con la niña, ¿dónde estarán? Hoy no me interesaba. Ya había sacado todas mis dudas… Tenía decidido encontrar al culpable de quienes nos encerraron en aquellas redes tan bien preparadas así que decidí salir a buscar qué podrían ser los elementos que llevaba aquella soga. La llevé conmigo, por si las dudas, aunque iba a tener mucho cuidado, hoy en día toda la gente estaba aterrorizada por Garriguer, quién imponía respeto y por ello todos se vendían ante él por un poco de poder. Así como aquél vendedor de frutas en la calle le lamió las botas hasta que se quedó seco de saliva. Ese ladrón… ¿Nos salvó la vida?

            Al ver la luz del sol quedé pensante y sin saber realmente lo que iba a hacer. Pensé en ir primero hacia el centro de la ciudad, pero no me serviría, cualquier comercio allí sería peligroso, al menos que fuera ilegal. No tenía conocidos, todo lo que conocía de aquella ciudad eran los lugares, Clare, Mi hermano, el viejo y Rogger… ¡Claro! Rogger estaba justo delante de su casa cuando pensé en él, tenía que preguntarle por algún lugar donde pueda descubrir realmente el significado de todo esto, así que emprendí mi camino.

            Rogger me miraba desde el umbral de su casa, estaba trabajando en las rejas de su pequeño rancho de atrás mientras organizaba unos pilones de madera que seguro comerciaría, creí escuchar de mi hermano que su trabajo era muy fácil, ya que se repartía entregas de madera, que ni siquiera talaba él, simplemente era el distribuidor, por ello siempre tenía tiempo para sus huertas y ganado pequeño.

            –Pequeña Kyla, ¿Cómo estás hoy? –Me dijo mientras llegaba a nuestro encuentro, había caminado con una amplia sonrisa hasta allí, realmente me gustaba su forma de ser, era un hombre pacífico. Oigan, esperen un momento, ¿Pequeña?

            –No soy pequeña, ya soy lo suficiente grande como para decirte que eres un novato en esto de la madera. –Lo burlé mientras se tropezaba con una en el piso, era mi momento de gloria– Aparte no creo que tengas muchos más años que yo. ¿Cuántos tienes? –¿Realmente? Me interesaba saberlo.

            –Tengo veintitrés. Apuesto que tú no llegas a los veinte todavía, cuando llegues a esa edad te sentirás realmente viejo. –Me dijo.

            –Pues… Una dama no revela su edad. Soy más grande de lo que piensas, te lo aseguro. –Mentí.

            –¿Qué te trae por aquí hoy, damisela?, me dijeron que los ángeles no caen si no hay una razón.

            Me quedé tres segundos. TRES malditos segundos totalmente callada, sin poder inmutar una jodida palabra, ¿Por qué? ¿Por qué me dijo eso? Oh por Dios, sentí que el fuego puro me cubría el cuerpo, debía de verme más colorada que el mismo sol.

            –Oh nada, claro, pues, sí, estoy aquí pasando, porque… –Ni una palabra bien coordinada, movía mis manos como una idiota.

            –¿Qué traes allí? –Sus manos se acercaron a mi cintura y casi me desmayo en ese mismo instante, tomó de mi pequeña cinta que usaba como cinturón el pedazo de cuerda que quería mostrarle.

            –Oh, eso mismo, vine para preguntarte algo sobre esta… –Su cara me obligó a detenerme. –¿Qué sucede? –su cara había empalidecido y sus ojos se habían puesto algo llorosos.

            –Ésta cuerda… ¿Ésta cuerda tiene algo que ver con las trampas del bosque? – ¿Cómo demonios lo sabía?

            –Sí, me han capturado en una con mi hermano y nos salvamos. –Le contesté la verdad, no tenía razón, pero confiaba en él.

Lazarus - El Coraje OlvidadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora