Capítulo 15- Perdidamente enamorado.

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Escrito por Kyla.

Capítulo 15 – Perdidamente enamorado.

            Yo no entiendo que es lo que pasa, yo no entiendo el amor. Han pasado tres días de que volvimos de la cueva de Garriguer, es extraño, ya casi no veo a mi hermano.

            Ayer lo seguí, salí de casa cuando la tarde acechaba a la misma hora, todos los días, pasados segundos de que Lázaro salió por la puerta, lo tenía que seguir, esto ya parecía extraño. No nos había querido contar lo que había intentado hacer cuando lo encontramos allí a la vuelta del claro, solo nos percatamos de que estuvo cerca de Garriguer, por lo que pareció cuando pasó y que, según él, se había des transformado solo. No creímos tampoco que lo haya visto, naturalmente lo hubiera atacado, pero estaba un poco consternado cuando lo encontramos, como si hubiera visto un fantasma, de hecho algo le pasó, sino sus pelos no habrían estado allí, en el bosque.

            Desde aquél día que contemplo sus acciones. Quisiera saber que piensa, que imagina, que es lo que quiere de todo esto en fin, ya no lo sé, desde que la conoció… Sólo había adquirido un par de palabras de él y la niña cuando lo increpé después de seguirlo, me dijo que se encontraban a escondidas, debido a que su edad era más temprana y que su madre no lo aceptaría.

            Salió aquella tarde y yo lo seguí. La gente estaba preparándose para ir a almorzar y los comercios se despejaban de a poco, mientras que los cocineros ambulantes salían al pueblo para vender, eran muy concurridos y vendían productos elaborados para variados gustos, no solo vendían porquerías, lo mejor de ellos era que pasaban por las casas. Seguí su andar rápido, se lo veía emocionado, siempre con los puños cerrados y un tanto alterado. Siguió derecho por el camino hacia el centro, tanto se quejaba de caminar conmigo y ahora lo hacía todos los días, era extraño… ¿eso era el amor? Sea o no, él no lo aceptaba, seguía en su nube de no explicar lo que pasaba, cuando nombrábamos lo que hacía, callaba. Era un pequeño ente… Idiota.

            Entramos en la plaza principal, los niños se agolpaban en el espacio verde y corrían, sus madres detrás gritándoles para ir a almorzar, ¿hijos? No debe ser fácil eso, no es para mí… Te condenan. Las tiendas aquí permanecían cerradas, eran los puestos más importantes y de más ganancias, no podían perder tiempos lucrativos, era trabajo en estado puro para la gente que comía rápido o directamente no le gustaba almorzar. Lázaro se escabullía como un lobo corriendo una gacela, maldito desgraciado, por comer, dormir o su noviecita podía viajar leguas pero por algo para mi… jamás. Hermoso hermano, una genialidad. Se llevó por delante a dos niños que intentaban jugar a los espadachines, los atravesó como si no existiesen y eso me causó mucha gracia. Intenté ayudarlos pero si lo hacía lo iba a perder de vista… iba tan rápido.

            Pasamos los primeros edificios importantes, él se guiaba casi sin un rumbo fijo, pero yo sabía exactamente donde iba a ir… Iba directamente a la puerta de la biblioteca.

            Y así fue, llegamos allí. Me escondí entre unos viejos que estaban jugando un poco de cartas a pocos metros de mi objetivo. Se paró y empezó a mirar por encima de la gente. Él variaba entre tantas cabezas llanas en el pueblo, era tan grande… Pronto sonrió, su cara se iluminó, ni cuando yo le intentaba dar un abrazo tuvo tanta cara de felicidad, carajo, quisiera estar así. Clare se acercaba lentamente a Lázaro, con la misma cara de idiota enamorada y sus manos juntas en su pecho. ¿Había crecido? No me había fijado, sus pechos eran de buen tamaño para su edad, pequeña pervertida… Así que robándome a mi hermano con técnicas de seducción… Contra esas dos no podría pelear, no porque no tenga lo mismo, claramente soy más bonita, pero soy su hermana y lo amo de otra manera…

Lazarus - El Coraje OlvidadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora