~Cap. XII~

70 25 25
                                    

Lydia se encontraba sentada un lujoso y cómodo sofá al estilo camelback en la amplia sala de la tienda

-¿Has acabado? - dijo Lydia impaciente

-Si, ya estoy vestido, ¿Qué quieres?

-Que salgas, quiero verte - dijo sonriendo

-No me veo Rubí, no estoy guapo en traje, aunque sea una especie de uniforme militar de ceremonia no me veo, ¿donde esta el estampado?

-Sales tú o entro yo

-Salgo, salgo - dijo a la defensiva abriendo lentamente la cortina y saliendo nervioso con las manos en los bolsillos. Lydia se le quedo mirando con una sonrisa como tonta, delante suyo estaba su prometido vestido con unos pantalones de pinza azul marino, una camisa blanca y encima una chaqueta americana del mismo pantalón de los pantalones con las medallas de honor más importantes en el lado izquierdo y una placa con su apellido en el lado derecho, combinado con una corbata negra del mismo color que los zapatos brillantes

-Maravilloso... - dijo sonriendo aún más, él tiro de ella depositando un dulce beso en sus labios

-¿Por qué tu puedes verme y yo a ti no?

-Da mala suerte ver a la novia con el vestido antes de la boda - dijo arreglandole la corbata

-Jo... Bueno... ¿Ahora toca ir al restaurante a probar el menú?

-Si, pero antes me tienes que llevar a la nueva tienda de channel, por fin esta volviendo la calma

-¿Para que quieres ir a la tienda?

-¿Crees que me iba a olvidar? El día que te conocí me manchaste mi vestido más valioso y preciado, hoy resolveras ese tema Dios griego

-No será enserio... Te voy a pagar un vestido de diez mil dólares ¿no te parece suficiente recompensa? - dijo con una tonta sonrisa

-Mmmm... - dijo rascándose la barbilla - Nop...

-¿Enserio? - Lydia le sonrió, la cogió de la corbata acercándole a ella haciendo que sus labios se rozaran

-¿No le quieras comprar un capricho a tu prometida?

-Tengo claro que antes de morir gastarás todos mis ahorros, venga anda vamos - dijo Prinston con una sonrisa pícara, Lydia le beso y salieron dirigiendose a la tienda. Una vez allí, ella se encontraba en los probadores provandose un vestido de calle

-¿Quieres verlo?

-Eso no se pregunta - Lydia salió mostrando su vestido con escote en forma de v, largo hasta por encima de las rodillas, ajustado y de un color crema

-¿Te gusta? - Prinston la miro de arriba a abajo picarescamente, la agarró de la cintura tirando de ella y pegandola a el

-Como te tengo que decir que cualquier prenda que lleves en el mundo te quedará bien

-Voy a cambiarme, ya nos estarán esperando en el restaurante - cuando la chica salió Prinston pago el capricho de su prometida y se dispusieron a salir hacia el local. Cuando llegaron nada más entrar les llevaron hasta la mesa, unos minutos después un camarero alto, rubio platino y con ojos oscuros fue a atenderles a la mesa, al ver a Lydia se puso a su lado y dijo con una sonrisa:

-Veamos, han escogido el menú número 5, este consta de canapés variados de entrante, de primero una ensalada de frutos rojos al centro y un consomé individual, como segundo a decisión del consumidor tenemos o solomillo de ternera o bacalado al horno especiado y para finalizar, de postre la tarta nupcial de chocolate con leche, ¿es correcto preciosa? - dijo agachadose levamente dedicandola una sonrisa, Prinston agarró el posabrazos de la elegante silla apretandolo y descargando toda su ira sobre él

-Si, todo perfecto, traigalo - el camarero se retiro y un instante después volvió con el entrante

-Espero que esté a la altura de la princesa - dijo curvando la comisura de su boca. Ambos terminaron los entrantes haciendo algunas bromas y dedicándose sonrisas, Prinston llamó para que trajeran el primero, el mismo camarero les sirvió el primero, al dejar el consomé ante Lydia

-Bon appetit hermosura - el camarero se alejo a lo que parecía ser el baño

-Rubí, voy al baño ahora vuelvo - dijo dándole un beso antes de irse hacia el baño. Cuando llegó se empezó a lavar las manos y secarselas hasta que vio salir al camarero del inodoro y sin pensárselo lo agarró con ambas manos manos del cuello de la elegante camisa negra empujandole contra las pared más próxima

-¿Sabes lo que es el respeto muchacho?¿Y más con los prometidos que llegan a tu restaurante?

-Si señor, por-por supuesto - dijo el camarero tartamudeando

-Mejor, porque no me gustaria usar mis influencias como sargento de la tropa militar americana

-¿Mi-mi-militar? Lo sien-to mucho señor yo, yo... - dijo con los ojos abiertos como platos y temblando. Prinston soltó el agarré dándole unas palmaditas en el hombro

-Que sea la última vez que le haces esto a una pareja que está apunto de casarse porque conmigo has tenido suerte pero puede que a la próxima en vez de ser un militar sea un sicario y ahora, traiga el segundo por favor - acto seguido salió del baño reuniéndose de nuevo con Lydia

-Has tardado mucho ¿no? - preguntó ella

-No, es que estaba ocupado el baño

-Ajam - dijo sonriendo y señalando al camarero que bebía agua ansioso y se secaba el sudor de la frente en la puerta de la cocina

-Ocupado¿eh?

-Porque me miras así, padecerá de enfermedad sudoripara severa - dijo con una sonrisa burlona. Él camarero volvió a aparecer con el segundo pero esta vez serio y sin mirar a Lydia

-Espero que esté al gusto de la pareja

-Esta perfecto - dijo Prinston sonriente, el camarero se retiró y Lydia se quedó mirando a Prinston seria

-Que le has hecho al pobre chico

-Lo superará, es joven

-¿Qué has hecho? - dijo mirándole con mirada amenazante

-Solo agarrarle del cuello, estamparle contra la pared y explicarle como dejar empaz a mi maravillosa y preciosa mujer, solo eso, ah bueno y que le echaría del cargo - Lydia se llevó los dedos al puente de la nariz y soltó un fuerte bufido

-¿Qué voy a hacer contigo? - dijo Lydia sin poder evitar que se le formase una leve sonrisa

-Quererme, aguantarme y nunca querer a nadie más que a mí - - cuando acabaron con el segundo y con el delicioso dulce decidieron volver a casa, entraron por la puerta y había un sobre tirado en el suelo. Prinston se agachó recogiendola, la abrió cuidadosamente y en cuanto llegó a leer las últimas líneas sus ojos se llenaron de una mezcla de dolor e ira

-¿Qué pasa?¿Qué es? - preguntó curiosa Lydia

-Stiles lo ha hecho, me ha denunciado, van a decidir si me retiran del cargo

Wolf of War III: Los secretos nunca acaban {Completa}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora