~Cap. XXVII~

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Prinston salió de casa huyendo de las amenazas de Lydia llegando al bar donde se reunió con todos sus amigos. Todos se acercaron a la puerta de la enorme discoteca donde estaba comprando Daniels las entradas para todos. Chris en cuanto lo vio llegar se acercó sigilosamente a Prinston

-Te juro por lo que más quieras en el mundo, que como te pases de diversión te castro - dijo susurrandole con una voz rasgada mientras depositaba una mano en su hombro, aunque era diez centímetros más bajo que Prinston era muy imponente haciéndole sudar

-Eh... Yo... Yo ni siquiera quería venir y rezó a que esos locos no me lleven a un striptis - Chris apretó aún más el agarré

-Reza para que no pase, porque te juro que como te vea hacer algo que sea irrespetuoso hacia mi hija, haré lo imposible para detener esa boda, ¿lo entiendes?

-Jamás dañaría a Lydia señor Martín, Lydia es lo que más he querido nunca - Chris sonrió satisfecho ante el miedo y respeto de Prinston decidido a entrar

-Bien porque ya viste el armamento que tengo, y no tengo miedo de probarlas todas contigo - dijo aflojando el agarré de su hombro

-Yo mismo te lo pediría que lo hicieras si dañase a Lydia señor

-Bien ahora vamos a por un par de chupitos, ¿te parece?

-¿Tenéis pensado tenerme desde las nueve bebiendo? - Zusmann le miró con gesto ofendido

-¡No hombre, por quien nos tomas!... ¡Te vamos a tener bebiendo desde las ocho! - dijo animandose cuando cogió las entradas empujandolo entre todos al interior de la discoteca de ambiente.

     Stiles se dirigió rápidamente hacia la barra seguido de su hermano donde se encontraban las chicas de compañía y se puso a hablar animadamente con las guapas y muy arregladas mujeres, en un momento se dio la vuelta y gritó a Zusmann

-¡Esto es el paraíso! - Zusmann se tomó el chupito de golpe cosa que hizo a Stiles mirarlo extrañado

-Yo la amaba... Y la sigo amando, ese pelo tan, taaan sedoso, esos ojos caramelo, esa sonrisa, o dios que feas son todas ante ella

-¿Heidi? - pregunto con una sonrisa gritando por la música

-Heidi, caperucita roja, el amor de mi vida, diosa, ladrona de corazónes

-No crees que estás exagerando, la acabas de conocer

-No Stiles no... No te lo he contado todo. Ella para mí es como Lydia para ti, llevo tantísimos años enamorado de esa chica, las cartas que me veías escribir iban para ella, su casa de Texas. La amé tantísimo, ni te puedes llegar a imaginar cuánto, nunca pude olvidarla y ahora me he golpeado de bruces contra el pasado

-Osea que os conocíais

-Si, estuvimos tres años saliendo y de un día para otro desapareció, se fue, se esfumó y aún no se porque. He intentado hablar con ella pero no quiere, supongo que para ella se acabó el amor - todos los recuerdos desde que llegó ella se agolparon en su mente, sus recuerdos habían estado en un parón hasta que la vio en esa cama sin poder evitar que miles de flashback se agolparan a cada segundo que pasaba

                      *Flashback*

-Puedes mover el culo, porque tengas quince repugnantes y escasos años no significa que no vayas a entrenar, andando - me dijo Prinston mirándome prepotente con su aire de superioridad. Aunque fuera como mi padre a veces odio que me trate así

-¡Que sepas que eres insoportable, peor que un padre sobreprotector! - dije cruzandome de brazos negandome, como lo odio se cree que por ser el mayor puede hablarme con ese genio, sin querer discutir me largue dirigiéndome al campo hasta que ya no tenía la mirada odiosa de Prinston sobre mi nuca.

   Cuando llegué al enorme campo de arena que se encontraba vacío a estas horas ahí estaba, Nessie, tirada en el suelo enteradada en las cuerdas de entrenamiento.

  No entendía como había acabado ahí ni que hacía aquí, mientras me acercaba no pude evitar reírme a carcajadas.

Me acerque a mi novia con la que llevaba ya dos meses sin dejar de reírme

-¡¡Robby!!¡Esto no es gracioso, ¡no se como he acabado aquí! Solo quería probar el entrenamiento p-pero no se que ha pasado - mire a la pequeña y delgada pecosa recubierta de barro con sus brazos y piernas enredadas en las gruesas cuerdas

-La verdad te ves muy guapa así enredada, tu pelo no se ve tan sedoso y suave como siempre pero sigue siendo muy bonito

-Sácame de aquí ¡idiota! - me agaché en cuclillas junto a ella que se encontraba boca arriba empezando a desenredarla los pies hasta que note un empujón que me hizo caer directamente sobre Agnes, sabía que había sido mi mejor amigo Daniels, escuche su sonora y burlona risa de fondo, sus bromas siempre tenían que ver conmigo y Agnes desde que empecé a salir con ella

   No se como me quedé petrificado observándola, la tenía enfrente con los ojos caramelos abiertos como platos y completamente sonrojada con una leve sonrisa

-¿Q-qué haces aquí? - dije notando como el corazón se me iba a salir del pecho, nunca había estado tan cerca de ella

-Llevabas dos días sin venir a verme a nuestro lugar - nuestro lugar era un banco enfrente de un lago lleno de cisnes y lleno de flores en el que quedábamos siempre y a la misma hora. Podíamos usar los teléfonos pero así nos parecía mucho más romántico

-Y-yo pensaba que estabas enfadada

-Tu mismo lo has dicho, lo estaba pero si estás a tan pocos centímetros de mi no puedo

-S-sabes... En... En este momento me muero de ganas por besarte, pero... Es nuestro primer beso y querría haber preparado algo, especial...

-La verdad creo que no hay nada más especial que tu y yo juntos - dijo con su voz aguda tan adorable, y sin esperarmelo con su brazo aún enredado tiro de mi nuca juntando nuestros labios, no sabía que hacer como mover la boca solo me dejé guiar, dios se sentía una maravilla, sus labios eran... Maravillosos y en ese momento lo supe quería sentirlo mil veces más, quería olvidarlo todo menos a ella, quería perderme entre sus besos, quería que ese beso de adolescentes durará toda una vida, quería tener mi cuerpo lleno de cicatrices suyas. No sabía que estaba pasando pero sentía mariposas, dios que cursi pero era así, esta chica de catorce años me estaba volviendo loco

              *Fin del Flashback*

-Si, definitivamente... Maravillosa - dijo después de que se le formase una bonita sonrisa por aquel recuerdo. Stiles agarró de los hombros a su hermano

-Esas penas, ¿sabés como se van?, con alcohol ¡camarero, otra ronda!

-Si yo no bebo - dijo bufando y siguiendo el ritmo de Stiles.

      Daniels y Chris animaban a Prinston a terminarse el sexto chupito de Whisky seguido, hasta que unas esculturales mujeres se acercaron hacia los dos hombres que se encontraban sentados y en este caso eran Daniels y Prinston sentándose sobre sus rodillas pasando una de ellas la mano por el pecho de Prinston con una amplia sonrisa.

-Que haces aquí tan solito guapo - dijo la rubia despampanante con una amplia sonrisa que no duro ni un segundo, Chris cogió delicadamente a las chicas de las muñecas alejando las rápidamente de ahí

-El de la derecha se casa mañana y el de la izquierda es gay, perdéis el tiempo, buscar a otros - dijo dándola sutiles empujones. Derek se cruzó con la mujer que se había sentado sobre Daniels gruñiendola y dirigiéndose hacia su novio con dos copas más

Wolf of War III: Los secretos nunca acaban {Completa}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora