~Cap.XLVI~

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                 Cuatro meses después

-¿Lo oyes?- dijo Zussmann

-Lo oigo- dijo Daniels sonriendo y abriendo los ojos aún más, ambos hombres se encontraban uno frente al otro con el oído pegado al enorme vientre de Agnes

-Son tus sobrinos

-Y tus hijos- dijo ilusionado

-Dios... flipante...

-Bestial...

-¿Escuchas a la niña?- preguntó Zussmann

-Yo creo que en mi lado esta el niño, se le oye mejor- dijo irónicamente Daniels. Agnes los miro con una ceja alzada

-¿Los diferenciais?

-Ohh si- enfatizó el ojiverde- este niño es un flojo, la nena pega más fuerte- estos meses que tuvieron Agnes y Zussmann para ponerse al día hizo que descubrieran que estaban hechos el uno para el otro, más alegres que nunca, más maduros y felices, tremendamente felices. Con cada sonrisa que se dedicaban se sentía que estos bebes les darian un futuro juntos.

Daniels y Derek no se quedaron atrás, por fin estaban casados por una rápido y tonta escapada a Las Vegas, necesitaban tener ese momento de manera íntima. Aunque Daniels no consiguió vestir a Derek de Elvis Presley fue el momento más bonito de sus vidas, Derek por primera vez expresó todo lo que sentía por Daniels en sus votos matrimoniales

                         Flashback
"No te voy a mentir, no te puedo prometer la luna, el sol o la eternidad, lo que si te puedo prometer es que al despertar cada mañana yo estaré ahí, que te ayudaré a levantarte cuando te caigas. Prometo quererte hasta que mis pulmones dejen de respirar...(...)"

                    Fin del Flashback

Aunque de la cabeza de Derek nunca salían las palabras del joven chico aquel dia

                        Flashback
"Agradezco solo tener veinte años a pesar de que se perdió la tradición esta de casarse tan joven pero lo único que pasa por mi cabeza es saber que voy a poder estar el resto de mi larga vida junto a ti sin haber desperdiciado mi tiempo, porque Derek, los años sin ti son años desaprovechados. Por eso digo, si, si y si"

                 Fin del Flashback

La guerra entre Norteamérica y Brasil hacia unos diez meses comenzó a calmarse hasta que acabo definitivamente cinco meses atrás con un pacto de paz por lo tanto los militares ya no ejercían,simplemente intruian a los más jovenes y los formaban.

El recuerdo de Stiles, de aquel chico tan importante para todos estaba presente cada noche en los pensamientos de su hermano y Derek, Derek sabía que era un tema delicado, pero sabía que no podía dejar el cuerpo del chico más tiempo en la morgue, por eso decidió acercarse a Zussmann, el cual seguía con la cara en el vientre de Agnes

-Zuss

-Dime- dijo sonriendo sin apartarse de su novia

-¿Podemos hablar un segundo?

-Jooo, pero solo un segundo- dijo levantándose y depositando un beso a los mellizos y otro a su novia antes de alejarse. Derek entró en la cocina junto con Zussmann

-¿Has pensado en que vamos a hacer con eso...?- dijo sin poder decir su nombre

-No...osea, no hay nada que hacer, no se que queréis de mi...- dijo comenzando a agitarse apretando sus labios en una fina linea, dolia, no como el primer día, pero dolia incluso ardia

-¡Hey, relájate!- dijo forzando una sonrisa- no podemos dejarle ahí, tenemos que cumplir su última voluntad Zuss

-Lo...lo haremos, le enterraremos... solo, necesito más tiempo...

-Lo que necesites, solo era para que lo tuvieras en cuenta- dijo dándole una palmada en el hombro

-Gracias- dijo posando su mano por sus hombros, gracias a Stiles  se habían apoyado uno en el otro consiguiendo apoyarse mutuamente en su dolor.

              《《《《♡♡》》》》
Los meses más duros y más largos de su vida, Prinston no habia faltado un solo día desde los cuatro meses que llevaba separado de la pelirroja, la miraba desde un banco que había junto a la casa de Chris todos los días, su hermosura, su sonrisa que tenía cuando se asomaba por la ventana mientras acariciaba su bonito abdomen  y ya había cumplido los siete meses de embarazo.

Estaba compinchado con Chris, compraba cosas al bebé y Chris se le daba como si fueran de su parte, aveces Chris le daba una lista con los antojos de la pelirroja y con una triste sonrisa compraba el doble de lo que pedia. En ningún momento se le había pasado dejar a Lydia sola, aunque no pidiera estar cerca de ella consiguió pactar con Chris que el le pagaría todo lo que ella y el bebé necesitasen solo eso lo mantenia estable, solo eso.

Él creía que ella no le veía, lo que no sabía era que si lo hacia, que se colocaba cada mañana en la misma ventana para que le pudiera verla, para que viera que estaba bien, que los dos, el bebé y ella estaban bien.

Chris se comportaba genial con ella, sabía que sería un abuelo fantástico, la compraba miles de cosas, pero como la chica no era tonta, descubrió que algunos de estos eran de Prinston, y el detonante de esta idea fue el ver a Chris entrando al salón con una amplia sonrisa y un body de estampado militar en las manos.

-Pequeñaja ¿te encuentras bien?, voy a salir un rato- dijo Chris desde el Marco de la puerta

-Si pudieras comprar más helado de brownie de Häagen-dazs te lo agradecería mucho- dijo sonriendo en su dirección mientras se acomodaba mejor en el sillón que había junto a la ventana

-Lo que haga falta- dijo apuntando en su libreta llendose a donde había quedado con Prinston, llegó al supermercado donde vio a Prinston apoyado en su nuevo coche, un bmw negro y con un cigarrillo en su boca, Chris le tocó el hombro con una leve sonrisa

-La lista- solto Prinston algo seco

-Aqui tienes, hoy no es mucho- dijo sacando la libreta y rompiendo la hoja

-Voy a entrar, ¿vienes?

-Si claro, te acompaño

Dentro Chris observaba como Prinston buscaba las cosas determinadas, siempre cogía el doble incluso el triple incluyendo siempre dos regalos, uno para Lydia y otro para el bebé llegando a llenar dos carros enteros entre manitas, cunas, peluches, ropita, ropa pre-mama, accesorios y bastantes cosas más.

-Prinston, te vas a terminar arruinando- dijo riendo y en una sensación de orgullo

-¿Enserio crees que me importa lo más mínimo? Cobro cuatro mil dólares al mes, a mi con cuatrocientos me valen, los otros tres mil seiscientos son para ese bebé y Rubi- dijo rascándose la nuca sin levantar la mirada. Chris lo miró con una amplia sonrisa

-Mi hija sabe elegir bien, vamos se derretirá el helado- llegaron a la caja y cuando la suma ascendió a seiscientos doláres la dependienta había terminado  de pasar los productos Prinston se llevo la mano al bolsillo trasero

-¿Futuro padre?- en ese momento a Prinston se le formó un gran nudo en la garganta pero además una sonrisa apareció en su rostro consiguiendo decir finalmente

-Si... futuro padre- Prinston salió y cogió un cigarro nervioso, al encenderlo y dar una profunda calada llamó a Chris

-El... el bebé está sano... osea... fue... ¿fue bien la última ecografía?

-Fresco como una rosa

-Os-os han dicho el...si es... ya sabes... puf joder- dijo limpiándose una lágrima  mientras daba otra gran calada- el género

-Tendras una niña Prinston, una pequeña y hermosa niña

Wolf of War III: Los secretos nunca acaban {Completa}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora