~Cap. IV~

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Como pudo Prinston metió la llave en la cerradura de su casa débilmente, prácticamente sin fuerzas

-¿Lydia? - dijo hablando en voz alta nada más entrar a la casa que se encontraba completamente oscura. Fue abanzando por el recibidor hasta que llegó al comedor, en la mesa principal había dos grandes velas perfumadas al lado de un jarrón con dos rosas en el centro además, había dos platos con una servilleta roja bien doblada y su vino rosado preferido en una cubitera con un hielo ya derretido.

-¿Lydia? - volvió a preguntar más alto sin recibir respuesta alguna. Recorrió la casa unas cinco veces intentando calmar la angustia que cada vez aumentaba más y cuando acabó supo que algo iba mal. Escribió a Daniels y después a Derek suponiendo que estarían juntos en lo que esperaba una respuesta agarró la pequeña libreta que tenía Lydia cogiendo la dirección de Chris Argent suponiendo que el sabía algo.

Se escuchaban los fuertes portazos de la preciosa Lydia gritando desesperadamente, Rick tenía una amplia sonrisa, no podía llegar a creérselo, por fin la tenía para el, ya no iba a sufrir más humillaciones de aquella chica pija. Cinco años, cinco malditos años pidiendola salir, quería seguir intentándolo pero su ira se desencadenó en cuanto ese maldito imbécil le dio la paliza, se creía que ella sería suya, ja, siempre fue suya, siempre fue de Rick y ahora lo iba a demostrar. Sin mucha dificultad gracias al arma que llevaba sacó a Lydia de aquella caseta haciéndola caminar hasta una nave obligandola entrar en un cuartito donde también se encontraba Daniels malherido. Unas horas después volvió a entrar a aquel cuarto donde se encontraba Lydia amordazada en la cama vieja impidiendo usar su poder banshee para gritar y a la otra esquina estaba Daniels ensangrentado atado a una silla al suelo

-¿Cómodos? - dijo con una sonrisa irónica. Daniels escupió la sangre de su boca

-Eres... Un... Puto psicópata

-¿Sabes?, Solo me eras útil para conseguir a Lydia, y ahora que ya la tengo, me preguntó que debería hacer contigo…

-Haz lo que te de la gana pero déjala puto pervertido

-Ah no - dijo moviendo el dedo índice de derecha a izquierda - pienso hacer lo que quiera con ella y tu - dijo cogiéndole del pelo y hechando su cabeza hacia atrás para poder observarle mejor - estarás ahí mirando sintiéndote como una mierda por no haber podido hacer nada ¿Sabes por qué?, Porque eres un inútil Daniels igual que todos tus amigos - Daniels le miró y por la rabia que sentía le dió un cabezazo con todas sus fuerzas

-No la toques - dijo en un ronco susurro. Rick se llevó la mano al hilo de sangre que salía de sus fosas nasales pasando posteriormente aquel dedo ensangrentado por el blanco rostro de Lydia

-Al menos yo sí sé disparar un arma Daniels - esas palabras hirieron a Daniels en lo más profundo de su ser

-Te voy a matar con mis propias manos, te lo juro

-Ya claro...lo que tu digas y ahora, a disfrutar del espectáculo, debería cobrarte por esto… -dijo acercándose a Lydia- como me gusta verte en este vestido "Rubí" - todos los pelos de Lydia se erizaron al recordar cada gesto malo que tuvo con aquel chico. Rick soltó una carcajada siniestra - vamos a desabrochar este vestido ¿No? -djo poniéndose sobre ella y liberandola una de sus muñecas para poder quitarle el vestido, cosa que permitió a la chica propinarle una fuerte bofetada

-Uuuuuuu, como me gusta que seas así hija de puta - dijo agarrandola de su delicado cuello y dándola una fuerte bofetada que hizo que Daniels respirara forzosamente mientras cerraba los ojos y apartaba la mirada. Al escuchar la respiración Rick se giro mirando al joven rubio

-Ah no, tu vas a mirar hasta que esto se quede grabado en tu retina y así cuando yo me vaya con ella y el grandullon te encuentre le digas todo lo que he hecho a su hermoso y preciado Rubí, ¡así! De una vez todo el mundo entenderá que Lydia Martín siempre me ha querido a ¡mi!. ¿Lo entiendes o te tengo que recordar quien manda? -dijo señalando la pistola de la mesa

-Pudrete - Rick río roncamente acercándose a Daniels

-No tuviste los cojones necesarios para salvar a tu hermano. Y no tienes los cojones necesarios para decirle a tu amigo lo que le han hecho a su mujer, ¿ves como eres un inútil? - La respiración de Daniels se cortaba sintiendo el dolor desgarrador de cada una de sus hirientes palabras

-Seguro que tu hermano murió pensando lo mismo que yo, que eres un cobarde o peor, murió preguntándose "¿Tan poco le importo que no hace nada para salvarme?", Me preguntó que hará el grandullon cuando te pida explicaciones y tu le digas que mientras que yo me tiraba a su mujer ¡tu! mirabas hacia otro lado, la verdad será divertido

-Prinston vendrá y te arrepentirás de haberte metido con ella, suerte que eres un gilipollas y que nadie se preocupará de tu muerte

-Cuando el venga seguramente que ya estemos muy mejor de Beacon Hill's y que ella ya lleve a mi futuro hijo en su vientre -dijo volviendo a mirar a Lydia- bueno...ya he perdido mucho tiempo y...tienes razón, prefiero que sea íntimo y no con un tío hablando todo el puto rato -dijo cogiendo la silla de Daniels y arrastrándola a duras penas

-¡No, no, vendrá, tranquila Lydia sabes que vendrá! - dijo intentando moverse sin éxito. Finalmente Rick volvió a entrar con una sonrisa triunfal

-Bueno, bueno, bueno, solos al fin, te juro Lydia que haré que se te olvide el nombre de ¿Pirson, Printon?, En fin de ese imbécil, te prometo que lo recordarás porque pasarás el resto de tu vida a mi lado cuidando de nuestro hijo - Rick la tocó el abdomen para después empezar a desabrochar el vestido y acto seguido empezar a quitárselo

-Vamos que tienes para mi… - La retiró el vestido completamente y empezó a pasar sus aspectos dedos por su piel y la agarro del cuello con fuerza

-Sufre pequeño Rubí, sufre al saber que por fin tendrás a un verdadero hombre dentro de ti y no uno que no sabes ni cuando ha empezado, y lo grabaré todo para que el y todos vean como lo disfrutas - El la acariciaba el rostro, a la pelirroja se la escapó una lágrima y apartó bruscamente la mirada, este cogió un cuchillo que tenía en su cinturón y lo presionó sobre el pómulo de ella haciendo que se girará a verle cuando notó correr la sangre por su cara

-No llores pequeña, todavía no te haré nada, vas a sufrir tanto hasta el punto de suplicarme que lo haga

Wolf of War III: Los secretos nunca acaban {Completa}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora