~Cap. IX~

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Lydia llego a su casa en busca de Prinston, estaba corriendo y se descalzo cogiendo los altos tacones en su mano para poder ir más rápido, una vez llegó a la entrada y abrió la puerta se llevó las manos a la boca al ver todo el suelo lleno de diminutos cristales rotos y a Prinston tirado en el suelo de rodillas. Estaba paralizada, desde la entrada le miraba anonadada, no soportaba verle así

-¿Prinston?

-Lydia… -dijo con la cabeza agachada arrodillado en el suelo viéndose como se clavaba los trozos de cristal en aquellas partes que hacían contacto con el suelo

-Dios mío, estás herido, hay que curarte y en vez de eso lo que haces es venir aqui a clavarte trozos de muebles rotos por todas partes -dijo llevándose las manos a la cabeza

-Lo merezco

-¡No mereces esto, no, no mereces nada de esto, no mereces hacerte daño! Todo es culpa mía…

-Esto no es por el beso Rubí, entiendo lo del beso a Stiles Lydia, tenías que calmarle acaban de matar a su hermano, me lo merezco por Zuss, les daré mi puesto, lo han conseguido yo no soporto más muertes, ya no lo soportó, pude con lo de Maria, con mi hija, pero además de mi hija ahora me lo han arrebatado a él, ya no puedo…

-¿Qué?, ¡No, William Prinston no se rinde, no se cansa, no tolera las injusticias, William Prinston lucha, aguanta y hace justicia y si se cae se levanta más fuerte, no puedes rendirte, no puedes porque no te dejare, ¿Me oyes?, Si te caes pues yo te levanto, si te hindúes yo te salvo, ¿Me oyes?

-Injusto es que siga vivo cuando maté a María, casi te matan a ti y he matado a Zuss, me hago el fuerte y es falso, ya no puedo con esto de la guerra…

-Escuchame porque no te lo voy a repetir, tu hija tenía a el mejor padre que podría tener, un padre que moriría por ella y no que la abandona como hizo el mio, yo no podría imaginarme mi vida con otro hombre que no sea este guapo testarudo que tengo enfrente y Zuss confiaba en ti sin medida, ¿No te das cuenta de lo importante que eres?

-Exactamente, Zuss confiaba en mi desde que lo acogí cuando era un bebé y lo deje morir, morir ante mis ojos sin poder pararlo - sacó rápidamente un arma del bolsillo, la cargo y la miró - Veté Lydia esto ya me ha dañado demasiado la mente

-Te juro por Dios que como hagas lo que creo que vas a hacer yo…- Lydia no siguió ya que la recorrió una sensación por todo el cuerpo, una sensación que conocía muy bien, una sensación que la inundó la mente como un fuerte estruendo, alguien iba a morir y sabía muy bien quién era. Prinston coloco el arma en su cabeza

-¡Vete ya!, Joder no lo hagas más difícil no mereces tener que verlo eres joven y podrás con esto - Lydia se olvidó de los trozos de cristal en el suelo y decidió entrar para parar a Prinston, pero un trozo se la clavo en el planta del pie haciéndola gritar de dolor y doblarsele la rodilla provocando que se precipitase hacia el suelo, rápidamente Prinston se levantó acercándose a ella y cogiéndola en brazos impidiendo su caida

-No deberías haber entrado y menos descalza

-Haria lo que fuera con tal de tenerte a mi lado…

-Rubi, no puedo con esto, no puedo seguir siendo sargento

-Sí puedes, y lo harás, ¿Sabes por qué?

-¿Por qué…?

-Porque es tu deber, y el deber va siempre por delante -dijo citando la frase que estaba grabada en las chapas de identificación de Prinston

-Necesito ir a por ellos y...necesito hacer ver a Stiles que yo no deje morir a Zuss, que era como un hermano pequeño para mi, que no murió ante mi, que se le llevaron y que yo no mandé su incineración, nunca…

-Ya iremos mañana, se está haciendo de noche y necesitas curarte esto... no aceptaré un no por respuesta, me has roto mis muebles nuevos, me lo debes - Cuando Prinston consiguió calmarse se llevó a Lydia hasta el baño y la sentó en el lavabo, se colocó frente a ella quitándose la camiseta

-Curame…

-Recuerda que me hiciste prometer que no te provocaría hasta que no estuviéramos casados, me temo que vas a tener que prometerlo tú también… -dijo mirando hacia otro lado disimuladamente

-Solo pido que me cures - Lydia se quitó la camiseta quedando en sujetador

-Entonces yo también necesito que me cures -dijo dejando ver varios moretones - Prinston miró los moretones producidos por Rick y se aferro fuertemente al lavabo en un inútil intento de controlar su ira

-Hubiera preferido mi muerte ha que te pasará esto, lo sabes¿no? - Prinston acariciaba suavemente los moretones y dirigía sus labios a cada uno de ellos, a Lydia se la escapó un leve suspiró al sentir los labios de Prinston sobre su piel

-Prinston… - la atrapó por la cintura hacia él

-¿Entonces me curas? -dijo mirando sus brazos y piernas llenos de cortes y la venda que cubría el tiró que le proporciono Rick.

-No se, tendrás que convencerme - Prinston la cogió suavemente por la nuca y junto sus labios en un dulce beso, solo ella y sus besos calmaban el dolor que sentía en ese momento, cuando se quedaron sin aire se separaron dejando juntas sus frentes

-Creo que tendrás que intentarlo otra vez… - Prinston asintió y volvió a besarla bajando lentamente por su cuello pasando su lengua por la longitud de este, Lydia echo la cabeza hacia atrás

-No hagas eso…, dentro de poco serás mi mujer, ¿No puedes esperar un poco y dejar esto en unos besos?

-No, necesitamos esto - Y dicho esto volvieron a unir sus labios, encajando perfectamente el uno con el otro sintiendo cada una de sus caricias

-Lydia…

-No empieces lo que no puedas acabar sargento - Prinston la cogió haciéndola rodear sus muslos en su cintura, con una mano la sujetaba y con la otra la desabrochaba el sujetador, en cuestión de segundos también se deshizo de sus pantalones. Prinston los adentro a ambos en la ducha dando el agua helada, finalmente Prinston cedió ante los encantos de su futura mujer, solo ella lo conseguía, solo ella conseguía que se olvidase de todo, lo necesitaba, la necesitaba completamente a ella, sus dulces besos y esos perfectos gemidos. El ambiente se llenó de suspiros por parte de ambos acabando en el éxtasis de los dos enamorados que se habían confiado el uno al otro en ese momento

Wolf of War III: Los secretos nunca acaban {Completa}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora