Trece [Maratón 1/5]

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Lalisa y Jisoo se alertaron por aquella voz, y se levantaron para abrir la puerta.

- ¡Idiota, te dije que no hicieras ruido!.– Se escuchó la voz de Jennie.

- Lo siento, no lo pude evitar.– Ahora habló Rosé.

- ¿Qué están haciendo?.– Preguntó Jisoo, abriendo la puerta con una seria expresión.

- Y-yo...V-vine a buscarte, y me encontré con J-Jennie y ella me...¡ELLA ME OBLIGÓ, LO JURO!.– Respondió Rosé.

- ¡Oye!.– Le reclamó Jennie, pegándole un palmazo en la nuca, a lo que la rubia hizo un gesto de dolor.

- No vuelvas a tocarla, Jennie.– Tomó Jisoo a Rosé, y le besó la nuca.– Solo yo puedo hacerlo.– Le pegó con un dedo en la frente, haciendo que Rosé se sobe, frunciendo el ceño.

- Si no hubieses hecho eso, hubiese sido de lo más romántico, pero claro, Jisoo caga pasiones.– Rodó los ojos.

- Así me amas.– Se cruzó de brazos. Rosé se sonrojó, sabiendo que  era verdad, y haciendo que Jisoo exprese una sonrisa de satisfacción.

La pelirroja y la castaña tan solo se quedaban en silencio, observando la situación, pero sin prestar mayor atención, ya que solo pensaban en la contraria.

Los ojos de la castaña se fueron a las manos de la más alta, y recorriendo su brazo hasta sus hombros, y subiendo por su cuello hasta su rostro. Se fijó en sus gruesos labios, y perdiéndose en su forma. Eran tan cautivadores para ella...

- ¿Jennie?.– Preguntó Lisa, extrañándose por la forma en que Jennie la miraba. No era incómodo, de hecho le gustaba, pero el no saber como reaccionar la estaba matando.

- N-no pasa nada...– Desvió la mirada, dándose cuenta de qué había hecho. Estaba avergonzada, y a Lisa le enternecía de gran manera.

Una sonrisa tierna apareció en la pelirroja, haciendo sonrojar más a la castaña.

- Nosotras vamos a salir hoy...Ya sabes Jen...Las chicas hacen aquellas salidas mensuales, a las cuales nunca te gusta ir.– Dijo Jisoo. Jennie asintió.– ¿Quieres ir, Lalisa?.– Le preguntó agradablemente. La pelirroja miró a Jennie, pero ella no la miraba, y de hecho seguía sonrojada.

- M-me parece bien...Pero...¿Jennie se quedará sola?.– La verdad le preocupaba eso.

- Claro que no. Siempre viene...No recuerdo como se llama, pero siempre viene.– Rió Jisoo.

- ¿Nayeon?.– Preguntó Lisa.

- No, ella va con nosotras.– Le sonrió.– Ni siquiera es una chica... Bueno, ¿Vamos?. Se nos va a hacer tarde.– Le tomó la mano, pero Lisa se corrió.– ¿Qué pasa?.– Preguntó con una ceja alzada.

- C-creo que mejor me quedaré...No me siento--

En ese momento salió corriendo, y se tapó la boca con una mano, mientras una gran arcada salía desde su garganta.

Las chicas quedaron extrañadas por el comportamiento de Lalisa.

- B-bueno...Nosotras nos vamos, quiero que al llegar me digas como está, ¿Bien?. Cuida de ella. Se nota que está mal.– Dijo Jisoo, interrumpiendo el incómodo momento.

- B-bien...– Le respondió. Vió como Jisoo y Chaeyoung se iban de la mano juntas, y luego se dirigió al baño.– Lalisa...– Golpeó la puerta tres veces.– ¿Estás bien?.

- S-si...– Respondió desde adentro. Abrió la puerta, mientras sonreía.

- No estás enferma...¿Verdad?.– Le preguntó, sospechando.– Digo, antes yo vomitaba con frecuencia y quedaba muy pálida...No como tú ahora, que estás en perfecto estado. A la distancia en la que estabas del baño, hubieses vomitado todo el pasillo.– Le dijo, sorprendiendo a Lalisa, quien ahora se encontraba sonrojada por haber sido descubierta.

- B-bueno...No quería que te sintieras sola.– Dijo, defendiéndose con lo primero que le pasó por la mente.

- Jisoo te dijo que ya tendría compañía.– Rió.– Pero la pasaremos bien los tres, no te preocupes. Él es muy simpático.

- Eso espero...

- ¿Cómo?.– Preguntó, no sabiendo si había escuchado bien, ya que la pelirroja había hablado muy bajo.

- Que con ansias espero a la noche.– Le sonrió. Aunque Jennie sabía que ni siquiera concordaba con lo que había dicho antes, pero se lo deja pasar.

- Bueno...Aunque...¿Te gusta el alcohol?.– Le preguntó.

- Algo. Siempre que a Sunmi la invitaban a alguna fiesta, me invitaba y nos embriagábamos.– Dijo, con una sonrisa nostálgica, que luego cambió a una de tristeza, la cual no pasó por alto para la castaña.

- Ella era una gran amiga, ¿No?.– Le sonrió, mientras se acercaba a ella. Sentía la necesidad de abrazarla, y quitarle toda aquella tristeza que guardaba dentro de ella, y no lo dudó, ya que así lo hizo. Supo que hizo bien al sentir los sollozos por parte de la más alta, y ejerció un poco más de fuerza, mientras sentía su propio corazón romperse con el llanto de la pelirroja.– Todo estará bien, Lalisa...– Le dijo, no sabiendo que aquellas palabras fueron suficientes para hacer sentir mejor a su contraria.

- Gracias, Jen.– Le sonrió, mientras dejaba que la castaña quitara sus lágrimas de las mejillas.

Aquella acción hizo estremecer sus corazones, dándose cuenta de la cercanía que habían logrado, y sin querer separarse ni un poco más.

Sus ojos se encontraron, y como imanes comenzaron a juntar sus rostros, y poco a poco sus labios se iban rozando cada vez más.

El timbre sonó, haciendo que ambas se separaran fugazmente. El beso no se había formulado bien, pero ambas quedaron felices con el poco contacto que habían tenido.

- ¿Cómo es que aún funciona esa cosa?.– Murmuró Jennie enfadada, mientras se acercaba a la puerta.

Al abrir la puerta se encuentra con su gran amigo.

- ¡Mi vida!.– Le gritó el chico, abalanzándose hacia ella con gran emoción.

- Ya, Hyun. Me desordenas el pelo.– Lo intentó apartar, pero el chico sabía que no era porque le desagradaba, sino porque era su manera de ser.

- ¿Algo para contar?.– Alzó una ceja.

- Bueno. Nos encontramos a una chica en la búsqueda de provisiones. Ahora vive con nosotras.– Le dijo, sonriendo. Él se percató de ese brillo en los ojos de Jennie...

- Ya...¿En dónde está?.– Le preguntó, mientras miraba el lugar.

- Creo que en mi habitación.– Le respondió.

- Vamos, para que pueda conocerla.

Sobrevivir.- Jenlisa [G!P]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora