Diésiocho

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Después de que todos estuvieron armados y listos, abrieron el gran portón.

- M-me siento un poco nerviosa...– Le susurró Lisa.

- No te preocupes.– Le sonrió.

- ¡Bien, chicos!. ¡Busquen sus posiciones!.– Gritó Yang. Todos saben que ese grito no era nada más que una atención a los muertos que andaban cerca, así que se ganaron en donde creían que mejor estarían.

- ¿Y si nos llegan a morder?.– Preguntó Lisa, siguiendo a Jennie.

- Hay guardias sobre el muro, y ellos están pendientes de todo. Si algo llega a pasar, una flecha en la cabeza de esos monstruos va a salvarnos.– Le sonrió.

- E-está bien...– Aun así tenía un mal presentimiento, pero suponía que era normal de los nervios.

- ¿Cuántas flechas tienes?.– Le preguntó, mirándola.

- Tres...– Le respondió, mientras las contaba.

- Vaya, generalmente nos dan cinco, pero creo que el señor Yang tiene algo en mente.– Dijo la castaña. La más alta tan solo asintió.

A lo lejos vieron como una horda de muertos se acercaba.

- ¡Es una horda!.– Gritó Yang, que se encontraba sobre el muro, protegiendo a todos.– ¡A sus posiciones!.

Todos tomaron una flecha, y Lalisa imitó lo que Jennie hacía, pero con un poco de torpeza.

- Lalisa, el dedo índice va sobre la flecha.– Le dijo, mientras lo tomaba y lo ganaba en la posición correcta.

- Por eso era tan incómodo.– Rió Lalisa.

- ¡Kim, Manoban, cuidado!.– Gritó Yang.

Las chicas se dieron vuelta rápidamente, pero no había nada, y a cambio escucharon la risa escandalosa de Yang.

- ¡No es gracioso!.– Gritó Jennie, con el ceño fruncido.

- ¡Les pasa por desconcentrarse!.– Les gritó.

- Hay que admitir que sí dió un poco de gracia.– Dijo Lalisa sonriendo.

- Mejor estemos atentas. No quisiera que te pasara nada...– Dijo, poniéndose seria.

Venía uno más cerca que los otros, y Jennie no dudó en disparar, pegándole justo en medio de la frente, haciéndolo caer.

- ¡Eso ha sido genial, Jen!.– Gritó Lalisa, emocionada.

- P-por eso soy la mejor de la comunidad... Después de Yang, claro.– Alardeó, sonrojada.

Volvieron a mirar a la horda, la cual se encontraba mucho más cerca.

- ¡Demonios!.– Gritó una chica, que forcejeaba con uno de los muertos.

- ¡Si le disparan podrían darle a ella!.– Gritó Jennie, viendo como la chica se movía, intentando zafarse. De pronto, vió como Lalisa corría en dirección a ella, y de una gran y fuerte patada, lo sacó de encima.

- ¿E-estás bien?.– Le preguntó, mientras la miraba con preocupación.

- S-si...Muchas gracias.– Le sonrió, tímida, la chica.

Lalisa volvió al lado de Jennie, quien había quedado sorprendida por la valentía de Lisa.

- Necesitas enseñarme eso...– Le dijo, mientras volvía a mirar a la horda, de los cuales ya quedaban muchos menos.

- Y tú deberías enseñarme a disparar ésto, porque sinceramente soy un asco.– Rió.

- Dispara una. Quiero ver que tan mala eres.– Le dijo, con un poco de burla.

Lalisa hizo en intento, pero falló, dándole en la clavícula al muerto.

- Bueno, no está tan mal...¿No?.– Rió Lalisa.

- No...Pero recuérdame que mejor te entrego una pistola, cuando estemos en peligro.– Bromeó, haciendo reír a Lisa.

- ¡Jennie, cuidado!.– Se escuchó el grito de Yang.

Sobrevivir.- Jenlisa [G!P]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora