Veintiséis

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Sus labios se juntaron, haciendo suspirar a ambas...

Entrelazaron sus dedos, juntando sus cuerpos.

Lalisa, en un ágil movimiento, se posicionó nuevamente entre las piernas de Jennie, haciendo presión con su propio cuerpo, y moviendo su pelvis involuntariamente.

Sus besos comenzaron a volverse más intensos, excitando a ambas por igual.

El miembro de Lalisa comenzó a endurecerse, creando más presión contra la intimidad de Jennie, por sobre la ropa. La castaña comenzaba a sentirse húmeda, y muy excitada. Sentía su centro palpitar, pidiendo atención.

Lalisa comenzó a moverse aún más, buscando más contacto entre ellas. Pero no era suficiente...Necesitaban más. Más contacto piel a piel, más contacto con sus propias almas...Necesitaban volverse una. Necesitaban hacerse suyas...

En otro movimiento, Lalisa se sentó contra el respaldo de la cama, haciendo que la castaña se gane sobre su regazo. Jennie comenzó a moverse por sí sola, buscando más fricción.

Lalisa se separó de los labios de la otra, para sacarse la playera, y volver a sus labios. Jennie desabrochó su brasier, y luego ella misma se sacó la playera.

Poco a poco las prendas iban desapareciendo, y su excitación y ganas se iban elevando.

Al estar ambas desnudas, Lalisa volvió a ganarse entre las piernas de Jennie. Se besaron un largo tiempo, y jadeaban al sentir el cuerpo desnudo de la otra.

Dejaron de besarse, para mirarse fijamente a los ojos, mientras sus respiraciones agitadas se mezclaban en el silencio.

- E-estás temblando...– Comentó Jennie, avergonzada.

- También tú...– Respondió Lalisa.– ¿P-puedo?.– Estaba haciendo un esfuerzo tremendo por contenerse, y es que ver a la castaña tan hermosa, y sumisa, bajo de ella la hacía enloquecer de gran manera.

La castaña asintió, inspirando profundamente, tratando de disipar su miedo...

La pelirroja colocó la punta de su miembro sobre la entrada de la castaña. Había luchado un poco para encontrarla, pero al lograrlo, estaba dispuesta a entrar en ella. Fue detenida por la misma, que puso sus manos sobre el pecho de ella, para que frenara.

- E-espera...– Nuevamente inspiró, y expiró...– Ya...

La pelirroja asintió, nerviosa, y comenzó a deslizarse dentro de ella. Se sentía tan bien...Aunque la castaña no podía decir lo mismo.

Sintió como tocó una barrera, y supo que tenía que frenar.

- ¿P-puedo?...– Preguntó, solo para estar segura. La castaña se demoró, pero finalmente asintió, estando de acuerdo con lo que venía.

La más alta intentó romper esa barrera, lográndolo con éxito.

- D-duele mucho...– Informó la castaña, mientras la pelirroja frenaba de inmediato sus movimientos.

- ¿Estás bien?.– Preguntó. Jennie respiró profundamente, y luego asintió.

Nuevamente comenzó a introducirse en ella, mientras besaba las pequeñas lágrimas que salían de su contraria, borrándolas.

Al llegar al fondo de ésta, comenzó a retroceder, y luego volver a introducirse lentamente. Lo estaba disfrutando tanto...Se sentía tan cálido dentro de Jennie, que se volvería loca.

La castaña intentaba ignorar el dolor, que luego se convirtió en una molestia, para finalmente convertirse en placer...

Lo estaba empezando a disfrutar, hasta que sintió que Lalisa se salía de ella bruscamente.

- L-lo lamento yo...No pude aguantar más.– Se lamentó la pelirroja.

La mirada felina de ma castaña se posó sobre el miembro de Lalisa, el cual tenía un líquido transparente, quizá un poco blanco, corriendo por él.

- L-lo he disfrutado mucho...– Comentó. Y era la verdad, pues Lalisa había sido muy cuidadosa, y tierna.

- T-también yo...– Le sonrió la pelirroja.

La castaña vió como la más alta iba por su playera, y en vez de ponérsela, limpió su miembro con ésta.

- ¿Como te vas a vestir ahora?.– Rió, al ver la mirada de Lalisa.

- No pensé en eso...– A pesar de haber cometido una estupidez, rió con su castaña.

Sobrevivir.- Jenlisa [G!P]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora