Veintiuno

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La pequeña posibilidad de que Lisa fuera inmune se instaló en las mentes de todas, menos en la de Lalisa. Ella no quería hacerse esperanzas, pero no quería acabar con las de ellas, así que solo se quedó en silencio...

- ¡Ahí hay una cabaña!.– Dijo Chaeyoung emocionada.

- Vamos.– Dijo Jisoo, sonriente.

Jennie aún no soltaba a Lalisa de la mano, y le platicaba de todo un poco.

- ¿Alguna vez pensaste en tener hijos?.– Preguntó de repente.

- La verdad...Si.– Respondió.

- ¿En serio?. Creí que no.– Rió nerviosa la castaña.

- ¿La razón?.– Bromeó Lisa, haciéndose la ofendida.

- Creí que eras más, ya sabes, estilo libre, por así decirlo.– Rió.

- Tal vez en su tiempo lo fuí, pero he cambiado de parecer...– Le sonrió. Jennie se sonrojó, e iba a preguntarle qué le había hecho cambiar de parecer, pero ya habían llegado a la cabaña.

- Voy a chequear que todo esté en orden, y luego entran.– Dijo Jisoo.

- Mejor iré yo...Ya sabes, ya no pueden hacerme nada.– Rió Lisa, pero a ninguna de las presentes les dió gracia.

- No seas idiota.– Le pegó Jennie.– Ve, Jisoo.

- ¿Sacrificas a tu hermana?.– Se hizo la ofendida.

- ¡Tú te ofreciste!.– Se defendió.

Jisoo rió, y luego suspiró. Entró a la cabaña, y para su buena suerte, no había nada fuera de lo común. De hecho, la cabaña estaba en muy buen estado, y supuso que el o la dueña vivía sola y debió morir fuera de ella, luego nadie encontró la cabaña.

- Pueden entrar.– Dijo desde adentro.

Todas le hicieron caso, y como Chaeyoung es la más curiosa, investigó las habitaciones.

- ¡Yo dormiré en ésta!.– Gritó.

- ¡Solo hay dos habitaciones, amor!.– Le gritó Jisoo.

- ¡Dormirás conmigo!.– Respondió. Jisoo se sonrojó al escucharla.

- ¡C-como usted mande!.– Gritó. Las chicas la miraron divertida.– ¿Qué?, como si no quisieran dormir solas para hacer sus cochinadas.– Se fue avergonzada a su habitación con la de Chaeyoung.

- B-bueno...¿Vamos a n-nuestra habitación?.– Dijo Jennie, enterneciendo a Lalisa.

La pelirroja asintió, y ambas básicamente exploraron la casa, porque no sabían donde demonios estaba la habitación, pero tampoco querían interrumpir lo que sea que estén haciendo las otras dos.

Al encontrarla, miraron la cama, que estaba perfectamente ordenada.

Decidieron recostarse un poco arriba, y se miraron un largo tiempo a los ojos.

- Jennie...– Dijo Lisa, interrumpiendo el momento. Su mirada era triste.– Tú...Deberías dormir en la habitación de las chicas.

- ¿Por qué?.– Dijo, sentándose en la cama.– ¿Hay algo mal?.– Preguntó, acariciándole la mejilla, viendo como la otra se entregaba a su tacto.

- Yo solo...No quiero hacerte daño.– Dijo, cerrando los ojos, disfrutando de la calidez de su amada.

- ¿De qué hablas, Lisa?. Creí que ya lo habíamos hablado.– Le dió una mirada de tristeza. La culpa aún no se iba de ella.

- ¿Qué pasa si me convierto a media noche, mientras duermes?.– Dijo, y su mirada expresaba pánico de solo pensar en ese hecho.

- Lalisa, no pasará. ¡Mírate! Estás perfectamente bien, a pesar de que te mordieron. Ni siquiera has tenido los síntomas.– Le sonrió, entregándole la seguridad que necesitaba.– ¡Y jamás te dejaría sola!.– Lalisa sentía unos deseos infinitos de besarla, pero no podía.

- Está bien...– Sonrió.

Se acostaron bajo las tapas, y se abrazaron fuertemente.

- Te amo, Lalisa...– Dijo Jennie, mientras poco a poco se quedaba dormida.

- También te amo...– Respondió Lalisa, mientras intentaba no llorar.

Sobrevivir.- Jenlisa [G!P]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora