Lalisa aún tenía su sudadera, así que decidió usarla, ya que había "manchado" su playera.
Se quedaron dormidas, o al menos Jennie, ya que Lalisa se dedicó a observarla el resto de la noche. Le encantaba ver los gestos que hacía su castaña al dormir.
Con el sol alumbrar su cara, Jennie despertó, encontrándose con la hermosa sonrisa que le dedicaba Lalisa.
- Buenos días...– Dijo Jennie, devolviéndole la sonrisa.
- Buenos días.– Le respondió la pelirroja.
De pronto, se escuchó un ruido en la entrada, seguido de unas voces desconocidas...Aunque conocidas para una de las cuatro chicas.
- Es otro fracaso...No la hemos hayado en ningún lugar, Kung.– Dijo la voz femenina.
- Estoy seguro de que debe estar escondida. Ella es muy inteligente, ya lo sabes.– Mantenía las esperanzas aquel hombre.– Aunque sea una de esas cosas, tenemos la manera de volverla a la normalidad.
Las voces se quedaron en silencio, y luego se escucharon susurros imposibles de descifrar.
Las chicas se alarmaron totalmente, y todas se encontraron en el pasillo. Sus miradas de pánico se las hacían saber entre ellas mismas.
- ¡¿Quiénes son uste--
- ¡¿Lalisa?!.– La voz de aquella mujer interrumpió a todas las chicas.
- ¡Mamá!.– Ambas se abrazaron, y el padre se incluyó.
Todas miraban anonadadas aquella escena.
- Dios, Lalisa...Yo sabía que estabas bien...– Decía la madre entre lágrimas.– Te hemos buscado por todas partes. Cada semana nos íbamos por unos días a investigar a distintos lugares, y comenzaba a perder las esperanzas al no encontrarte...
- Ya estoy aquí, madre.– Le sonrió la pelirroja.
La mirada de la mayor analizó completamente a su hija.
- ¿No me digas que estás...– Y se rompió su alma al comprobarlo.
- No sé lo que ha pasado, pero luego de que me mordieron, he quedado así...
- Ya veo...– Dijo el padre, mientras la observaba con detenimiento.
- H-he escuchado que tenían una solución.– Se atrevió a decir Jennie, logrando que la mirada de todos se dirijan a ella.– ¿P-podrían usarla en ella?. Por favor...– Pidió.
Los mayores se miraron y sonrieron.
- Nos ha costado, pero luego de investigar bien a fondo, hemos encontrado una cura.– Le informó el padre.– Un gusto, soy Kang Manoban, y ella es mi esposa, Chuang Manoban.
- U-un gusto...Soy Jennie Kim. Ella es mi hermana Jisoo Kim, y su novia, Chaeyoung Park.– Las dos mencionadas hicieron un gesto con la mano, en modo de saludo, a lo que los mayores sonrieron.
- ¿Cómo unas chicas tan jóvenes han sobrevivido tanto tiempo?.– Preguntó el padre de Lalisa.
- H-hay una comunidad no muy lejos de aquí, en donde nos mantuvimos a salvo gracias a un amigo de mi padre.– Le respondió la castaña.
- Ya veo...Ahora que lo pienso, hay unos muros grandes que nunca nos atrevimos a atravesar, por miedo a que estuviera infestado de muertos.– Dijo pensativa la madre.– Pero no más charla. Ven, Lalisa. Vamos a curarte...– Le sonrió, ofreciendo su mano.
- A-antes de eso quería decirles que...Bueno, Jennie es...Es mi novia.– A pesar de que no se podía sonrojar, la madre notó el gran nerviosismo de su hija, lo cual la hizo sonreír.
- Bueno, ahora todas son parte de nuestra familia. Es una gran noticia el que ésta hermosa joven pueda ser mi yerna.– Comentó el padre, sonriendo igualmente. Jennie se sonrojó, pero también sonreía, al igual que todos los presentes.
- Ahora, Lalisa, volverás a la normalidad.
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Sobrevivir.- Jenlisa [G!P]
FanfictionUn mundo devastado, en donde lo única opción es sobrevivir. Zombies por todos lados, y personas intentando arrancar. Masacres que no cesarán, hasta acabar con todo.