Diésinueve

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Las dos chicas se giraron bruscamente, mientras se dieron un gran susto por el grito de Yang.

Lalisa cubrió a Jennie, al ver a uno de esos muertos abalanzarse sobre ella.

- ¡Lalisa!.– Una flecha detuvo el ataque del muerto.

- E-estoy bien.– Le sonrió.

- ¡Todos adentro!.– Gritó Yang, mientras los guardias se encargaban de matar a los que quedaban.

Abrieron el portón, dejándolas entrar.

- ¿Están bien?.– Preguntó un chico.

- Si...– Respondió Lalisa. Aunque sabía que no lo estaba.

- Oh Dios mío...– Dijo Yang detrás de ellas.– Te mordieron...– Le dijo, con preocupación.

Todos miraron la espalda de Lisa, y se veía claramente la sangre en forma de mordida.

Jennie no podía creerlo...

- No se preocupen.– Les dijo.

- ¡Todos vayan a sus habitaciones!.– Gritó  Yang.– Manoban, Kim, vengan conmigo.– Les dijo, mientras se daba media vuelta, esperando a que lo siguieran.

Las chicas fueron tras de él. Lalisa podía escuchar los sollozos de Jennie, pero no podía hacer nada más que sostener su mano.

Al llegar a un lugar más alejado, el señor Yang las miró a los ojos.

- ¿Qué pasa?.– Preguntó Lalisa, impaciente por el silencio que se había formado.

- Jennie, tú sabes lo que pasa cuando...Cuando muerden a alguien, ¿Cierto?.– Le preguntó a la chica, sin ser capaz de mirar a los ojos a la pelirroja. Al castaña asintió, con la mirada baja, y su llanto cada vez más fuerte. Joder, se sentía culpable.– ¿Y estás consciente de las medidas que tomamos?.– Le dijo, con el dolor de su corazón.

- ¡Ya dígamelo de una puta vez!.– No era una buena forma de decirlo, pero la situación tampoco era la mejor, y es por eso que el señor Yang comprendía la actitud de Lalisa.

- Tendrás que irte, Lalisa.– Dijo, con la mirada baja. Le dolía, porque sí le tomó aprecio a aquella joven, pero no pondría en riesgo a toda la comunidad.

- Entiendo...– Dijo Lalisa, después de unos minutos de silencio.– Fue un gusto conocerlo, señor.– Le sonrió. El hombre no aguantó las lágrimas, y la abrazó, susurrando "Perdón" repetidas veces.

Jennie se mantenía en silencio, mientras pasaba todo. Sus lágrimas caían como cascadas, y ella ni se molestaba en quitarlas.

La noticia le había caído como un balde de agua fría, e incluso peor...Se podría decir como un balde lleno de ácido.

Lalisa tan solo tomó su mano, y la besó. Ese gesto hizo que Jennie la mirara a los ojos, rompiéndose aún más al ver la sonrisa de Lisa.

- Vamos...– Le dijo la pelirroja, mientras la llevaba a donde estaban las chicas.

- ¡Lisa, Jennie!. ¿Cómo les fue?.– Dijo Jisoo mientras sonreía. Sonrisa que desapareció al ver el estado se Jennie.– ¿Qué pasó?.

- F-fue mi culpa...– Logró decir la castaña.

- ¿De qué hablas Jen?.– Jisoo no podía estar más confundida, así que miró a Lalisa en busca de respuestas.

- Me tengo que ir, chicas.– Les dijo, con calma, y una sonrisa que no tranquilizaba para nada la las restantes.

- ¿Qué?, ¿Por qué?.– Dijo Chaeyoung, uniéndose a la conversación.

- Yo...Creo que es mejor estar sola. Nunca me ha gustado la compañía de la gente.– Mintió, ya que le era imposible decirles la verdad.

- ¡¿De qué mierda hablas, Lalisa?!.– Gritó Jisoo, enfadada.– ¡¿Es por ésto que Jennie está mal?!.

- Jisoo, cállate...– Esa fue Jennie. La castaña no comprendía el porqué Lisa mintió, pero tampoco la juzgaría.

- ¡Jennie!. ¡¿Qué no ves que--

- ¡Chuu!.– Gritó Chaeyoung, haciendo que Jisoo se callara, pero su mirada hablaba más que ella.– Entiendo tu punto, Lisa...– Le tomó las manos, mientras le sonreía.

- Si te vas a ir, vete pronto.– Dijo Jisoo. No la culpaba, después de todo, no sabía la verdad.

Sobrevivir.- Jenlisa [G!P]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora