12. Ayuda

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Una luz muy blanca, fue lo primero que vieron los ojos de Emilia al abrirse. Parpadeó un par de veces tratando de acoplarse a la intensidad de la bombilla, al cabo de un momento fue capaz de distinguir un par de siluetas frente a ella y otras más a su lado.

Intentó incorporarse pero inmediatamente las manos de Laura y de Natasha la detuvieron al colocarse sobre sus hombros. La verdad estaba tan drenada de energía que al simple toque volvió a recostarse sobre su espalda. Tenía una jaqueca horrible, que le hacía palpitar las sienes al punto que la confundía a ratos con conmoción cerebral. 

-No, no. Tienes que tomártelo con calma, linda - murmuró la esposa de Clint, regalándole una suave sonrisa. 

Una vez segura de que se quedaría quieta, se levantó y asomó la cabeza por la puerta hacia afuera, para avisarle a los demás que Emilia ya había despertado. 

-Te has desmayado

Natasha seguía a su lado, sosteniendo su mano y mirándola con intensidad y preocupación.

-Si lo sé - confesó con la voz apagada pero antes de que cualquier pudiera decir algo más, la puerta se abrió y por ella aparecieron Steve, Nick y Tony.

Los ojos azules del rubio buscaron impacientes los esmeraldas de la castaña, los cuales se mostraban fríos y distantes. Pero vivos, lo más importante. 

El millonario se aclaró la garganta a su lado, cortando la conexión que aunque solo duró breves instantes, había llamado la atención de todos en la habitación. Steve parpadeó y sacudió la cabeza, tratando de salir del embrujo de aquellos hechizantes ojos verdes; luego miró a Bruce con la interrogante silenciosa suspendida en el aire.  

-Ah, ella está bien - comenzó Banner, entendiendo que esperaban un diagnóstico - No hay ningún daño interno y como lo sospechaba tampoco tiene quemaduras de ningún grado - la castaña agachó la cabeza al escucharlo - Extrañamente no despertó desorientada.

Steve asintió con la cabeza y por mero impulso se acercó. Tomó asiento en la silla que anteriormente había estado usando Laura y dándole un poco la espalda a sus colegas, miró a la castaña con intensidad. 

-¿Cómo te sientes?

Emilia se sintió extraña por su cercanía, ya que prácticamente estaba inclinado sobre ella. Pero aún así respondió. 

-Cómo si un camión me hubiera pasado por encima.

El cansancio se reflejó en su voz y en la fuerza con la que cerró los ojos, intentando olvidar lo sucedido.

-Eso es normal - Bruce le dio la vuelta al sofá y se colocó detrás del respaldo para quitarle el paño húmedo de la frente sin tener que mover a Steve - Llevas muchas horas sin dormir, estás agotada. Física y mentalmente. Primero lo que sucedió en África y ahora esto - añadió y aunque en su voz había más preocupación que reproche, Emilia sintió que la estaba regañando - Te desmayaste, fue la única forma que encontró tu cuerpo para pedirte que le des un descanso. 

-Te encontramos sola en medio del bosque...

-Te pedí que no te alejaras.

A pesar de los reclamos por parte del millonario y la rusa, Steve seguía sin apartar su mirada del rostro femenino, quería verla a los ojos cuando les diera una explicación de lo que había pasado ahí afuera.

-Provocaste un incendio inofensivo - continuó Tony, provocando que Clarke abriese los ojos como platos, alarmada - Rogers te encontró desnuda en medio del fuego y te trajo en brazos de regreso. 

Ni bien terminó de hablar, Emilia ya tenía sus ojos puestos en Steve. Sintió que sus mejillas se calentaron al imaginarse la escena tan bochornosa y lo incómodo que debió ser para él, pero pronto la vergüenza fue reemplazada por la culpa al reparar su camiseta gris de manga corta que ahora más bien parecía negra debido a las manchas de ceniza. 

W A I T I N G  [Steve Rogers] ( I ) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora