Already Gone (5sos fanfic)

- 34 -

Milán, Italia, 10:20 pm*

Qué fácil es ser feliz, en qué pocas ocasiones se da. Nuestros amados personajes favoritos, Calum y Dana habían pasado mucho altibajos antes de conseguir la balanza en equilibrio. Después del episodio de Ámsterdam, parecía que al menos los relámpagos de la tormenta ya no estaban aunque siguiera lloviendo intensamente. Las cosas parecían haber vuelto como antes con Luke, como si aquella noche no hubiera existido. Calum cubría todos los pensamientos de Dana en este momento. No vamos a engañarnos, el rubio se lo tenía merecido por ser demasiado presuntuoso. Creía que ella se lo iba a pasar todo por alto porque le amaba, pero lo que no tuvo en cuenta es que ella también estaba completa y absolutamente enamorada de su mejor amigo ¿Cuando había pasado? Sin darse cuenta había pasado de ser quién tenía su atención, a quién todo el mundo tenía que tolerar a pesar de todo. Sin embargo, en lugar de dejar todo como estaba a apartarse. Decidió luchar y apartarla lo más que pudiera de Calum, haría lo imposible de apartarla de sus brazos. Costara lo que costara. 

Las manos de él recorrían el cuerpo de Dana por encima de las sábanas blancas de la cama, ambos se encontraban sin ropa bajo ellas y en la habitación que él compartía con Ashton. Este último decidió darles algo de privacidad durmiendo la noche anterior con Luke. Calum la observaba embobado, como siempre, sin poder quitarle el ojo ni un solo segundo. Se mordía muy fuerte labio, casi para hacerse sangre. "Te vas a hacer daño", le avisó ella girándose para mirarle con la sonrisa más bonita que él pudiera ver. Ella era todo lo que había querido en el mejor de sus sueños. "Te quiero", dijo casi en suspiro y se inclinó encima de ella para besar sus gruesos labios rosados. Quería que la vida allí dentro, tras esas cuatro paredes. Calum acabó de ponerse encima de Dana, piel con piel. Sin dejar de besarla fue bajando sus manos para acariciar con lentitud sus pechos, para luego bajar y rozar los labios en ellos.

-Eres un pervertido, ¿Cómo te gusta tanto hacerme eso?- le preguntó ella con una sonrisa coqueta.

-Cosas peores hemos hecho esta noche- le recordó, a lo que ahora era ella la que se mordía el labio- lo ves, tú también eres un pervertida-. 

-No, no lo soy- le contradijo de manera infantil. 

-Si, si lo eres- insistió aprisionando el labio inferior de Dana entre los dientes y soltándolo de la manera más sexy posible.

-Vale, es verdad- le dio la razón, dándoles la vuelta a ambos y sentándose encima de él. Dejando sus pechos al natural.  

-Dios, eres perfecta- comentó con una voz ronca desde lo más profundo de su garganta.

-Los chicos van a ir a dar una vuelta en lancha por un lago cerca de Milan ¿Vamos?- le propuso evitando que Calum se levantara para besarla de nuevo, este se moría de ganas. 

-Tengo una idea mejor- dijo jugando con las manos en la cintura de ella. 

-¿Qué propones?- preguntó curiosa, y sin que Dana estuviera preparada, Calum volvió a ponerse encima agarrando ambas muñecas de su novia con una mano y con la otra jugando con su cabello- ¡Eh!- se quejó. 

-Creo que prefiero quedarme toda el día en esta cama y hacerte de todo hasta que me pidas que pare, es decir, nunca- respondió besándola de nuevo. 

( . . . )

Mientras en el salón comedor del hotel, se encontraban Ashton y Luke desayunando, ya que la habitación del primero estaba ocupada. Además, Michael y Crystal aún no habían salido de la suya, de seguro seguían durmiendo. Las enormes ojeras pronunciadas del rubio lo decían todo, se había pasado toda la noche escuchando los gemidos de Dana y Calum al otro lado de la pared. Pared que justo quedaba en el cabecero de la cama de la habitación dónde ellos estaban. "Genial", pensó sarcásticamente. Era uno de los peores días, y había tenido mucho durante estos últimos dos años. Ashton daba vueltas a su café, mientras con una mano hablaba por teléfono con su madre y le decía como estaba yendo el tour. "El tour no está yendo increíble", comentaba Ashton. Su madre le preguntaba sobre el atraso del concierto en Amsterdam, pero su amigo lo evito y le dio la primera excusa que se le pasó por la cabeza. Las madres de los chicos estaban perfectamente enteradas acerca de los problemas de Luke, así que, pocas veces se creían que todo iba fantásticamente. Mucho menos de leer las portadas de las noticias acerca de la pelea en el hotel y generó gran revuelo a nivel internacional. 

-¿Por qué le mientes a tu madre?- preguntó Luke a Ashton cuando este colgó. 

-¿Prefieres que le diga la verdad?- dijo de vuelta y sin esperar respuesta prosiguió- además, sabes que nuestras madres no son tontas y saben lo que sucede ¿O no recuerdas la paliza que Calum te dio?-. 

-Merecida, ya lo sé, no hace falta que me digas nada- quiso cortar la conversación, pero ya que había empezado, Ashton no le iba a dejar en paz. 

-Debí decirle a Dana que volvías a consumir y beber, si lo hubiera hecho quizás no hubiera sucedido nada- dijo evidentemente molesto. 

-Solo fueron dos días, estoy bien- quiso quitarle importancia. 

-No, no estás bien ¿Te parece bien ir provocando a Calum? Sabes que cuando se trata de Dana, pierde la cabeza...y parece que tú también ¿No os podéis moderar un poco? Por nuestra amistad o por la banda, me da igual- empezó a recriminarle, con mucha razón. 

-Ah, ¿Ahora resulta que yo tengo la culpa? Ella estaba enamorada de mí, mucho antes de que Calum pudiera decirle nada, es un jodido imbécil y... ¿Me tengo que apartar? Ni hablar- se defendió Luke. 

-Tú si eres un imbécil, ya te lo dijo ella misma- dijo dándole un sorbo al café. 

-Voy a luchar por ella, y me da igual todo- afirmó con rotundidad. 

-No te lo pienso permitir, no vas a romper esta banda ni la vas a separar por un ataque de testosterona- dijo remarcando cada una de sus palabras- así que, déjales en paz e intenta solucionar tu jodido problema de adicción ¿Estamos?-.

-Ni lo sueñes-. 

No se iba rendir, ni lo iba a poner fácil. A Luke se había puesto un objetivo entre ceja y ceja, nadie podía hacerle cambiar de opinión. Iba a demostrar a todo el mundo que Dana, en realidad, solo tenía ojos para él. Le daba la mismo que cayera, que se rompería, que destruiría. Haría la mejor estrategia que pudiera idear, amaba a Dana. Joder, como la amaba. Ni aquellas cuatros paredes se mantendrían para siempre, ni las compartiría con Calum para siempre.