Denver, Colorado, 19:30 am*
Prueba de sonido número 28, Calum volvía ser el primero en llegar y se le veía distraído. Llevaba días sin dormir, y es que Dana ocupaba todos sus pensamientos ¿Cómo podía centrarse? En un su interior había un sentimiento que lo atormentaba. Por un lado, sabía que ella era el amor de su vida y quería que estar contigo a cada momento. Pero por otro lado, no era el momento en que su amor podía florecer. Siempre habrá unas grandes montañas que les separaran, la primera y las más grande eran ellos mismos.
Aunque había que admitir un hecho innegable: se aman con locura.
Deseaba tanto estar por el resto de sus días con ella, que fuera su amante en secreto y también poder gritarlo al mundo...pero ese deseo se veía truncado. Sus dedos se deslizaban con medida por el teclado, tocando un nota tras otra. Un sencilla música que llegaba a sus oídos.
-Es precioso- comentó alguien ya muy conocida, la causante se nublado juicio. Era tan hermosa, con su medio despeinado y como se abrazaba a su misma con su jaqueta tejana.
-Me ha venido a la mente- respondió frunciendo el ceño sin parar de tocar.
-Es una música triste ¿A que se debe? ¿Estás bien?- preguntó con la cara llena de interrogantes. Calum tembló al contemplar sus intensos ojos azules que lo miraban fijamente.
-¿No se puede tocar música triste sin estarlo?- cuestionó con una leve sonrisa.
-Sí, se puede...pero la felicidad no suele dar como resultado música triste y melancólica ¿Qué tienes de momento?- si ella supiera las miles de respuestas que el moreno podía darle, no tenía idea. "Demasiadas cosas", pensó Calum. Pero es no es lo que salió de sus labios, fue algo completamente distinto.
-Nada interesante, te lo aseguro- comentó alzando la vista dejando de tocar.
-Vaya, señor misterioso...- dijo ella con segundas intenciones- siempre has sido muy transparente, algo tienes en mente- remarcó sentándose en una silla alta delante de él y agarrando una pequeña botella de agua.
-Tengo muchas cosas en la mente, nada que te concierne- le riñó dijo haciendo una mueca evasiva con la boca cerrada, sus ojos solo miraron a los de ella media milésima de segunda.
Fue suficiente. Nada de palabras.
-Ábrete de nuevo a mi Cal- dijo Dana con un tono solemne y con su vista serena sobre él- un día me dijiste que tú no tienes que esforzarte conmigo, que a veces bajas la guardia y eres honesto...vuelve a serlo- se acercaba sin pausar el paso hasta estar justo enfrente suyo. A centímetros de su rostro- sé tu mismo conmigo- le casi suplicó agarrando sus manos con una firmeza y seguridad abrumadoras.
-Dana...- murmuró tragando saliva sonoramente.
-No tienes que ocultarte más, sé que eres la persona adecuada para mi y también sé que quizás...no es nuestro momento pero...no te cierres a mí, conmigo no- lágrimas brotaban de sus ojos sin poder evitarlo. No porque estuviera triste, o quizás si.
-¿Sabes leer la mente aparte de ser una entrometida?- preguntó retóricamente, ambos sonrieron. Hasta que podía jurar que de los ojos de Calum, también brotaban algunas lágrimas.
-No eres difícil de leer- contestó casi en suspiro desesperado.
Silencio absoluto. Sus vistas se desviaron hacia las bocas del contrario, se mordió el labio nervioso. Quería besarla. "Maldita sea", esas palabras se cruzaron en la mente del moreno. Estaba completa y absolutamente enamorado de Dana. Se moría por sus huesos, que dicen algunos ¿Porqué no podían ser siempre así de cercanos por siempre y para siempre? ¿Tan duro era que los plantes se alinearan para una ocasión perfecta y certera? Parecía que una lluvia de estrellas les impedía prestar atención a aquello que tenía justo delante de si. El cuerpo le pedía más, pero su mente le alejaba. Lo empujaba hasta otro planeta y mundo en el que ellos no estaban juntos ni en los más locos sueños. Aun así, la rueda del destino giraba y el rostro de su amada se iba acercando a la suya. Después, sus labios ya se rozaban. Un freno los retenía en esa agonía, un agonía que no les dejaba avanzar.
-No puedo- se alejó definitivamente. Si estaba esperando una ocasión perfecta, era aquella.
-Lo sé- se separó Dana y se giró para marcharse. Pero Calum, la agarró de la mano y la sostuvo resistiéndose a dejarla ir- ¿Qué?-.
-Quédate, por favor- le pidió Calum con la voz temblorosa.
-Vale, como digas- sentenció ella formulando un tímida sonrisa mientras sus mejillas se sonrojaban ligeramente. Se sentó de nuevo y le observó colocar sus manos sobre el teclado.
-¿Qué quieres que toque?- preguntó desafiante, o más bien, sugerente. Una sugerencia sincera.
-Algo, no sé, una melodía con acordes distorsionados...como de inquietud- remarcó la última palabra con un tono enérgico.
-¿Estás inquieta?- quiso saber Calum alzando las cejas algo sorprendido.
-¿Tengo que estar inquieta para pedir música inquieta?- le respondió con la misma pregunta que él antes había hecho, a lo que no pudieron evitar reírse.
-No, pero normalmente estando normal no se pide música inquietante- bromeó.
-¡No me imites!- se quejó de manera infantil.
-Lo siento, no puedo evitarlo- dijo de vuelta sin parar de sonreír. La verdad es que era incluso más agradable verle feliz, que como estaba cuando llegó.
Sus dedos empezaron a tocar los acordes. Desde luego, eran inquietantes. Era una melodía que no estaba acostumbrada a oír de él, era muy diferente a lo que hasta ahora habían hecho. Ladeaba su cabeza al ritmo de esta, en su cara se podía ver una expresión de concentración máxima y no podía admirarlo más por ello. Dana estaba hipnotizada. "Is it easier to stay? Is it easier to go?...I don't wanna know, oh...But I know I'm never, ever gonna change...And you know, you don't want it any other way", cantaba en un tono bajo. Era hermoso.
-¿Y esa letra?- preguntó cuando terminó de cantar. A lo que él se detuvo.
-Estaba el otro día...componiendo- dijo con cierto suspense.
-Es buena ¿Será para un futuro álbum?- cuestionó muy curiosa.
-Ya lo sabrás- sentenció algo más contento.
-Eso no va a pasar- Dana tragó saliva mientras bajaba la mirada hacia el suelo.
-¿Por qué? ¿Pasa algo? No me preocupes- dijo evidentemente alterado.
-No tendrás que hacerlo, nadie más tendrá que preocuparse por mi y los problemas de mi familia en un futuro no muy lejano- ante tal respuesta, Calum enmudeció- Nunca más-.
Ese día lo decidió. Que ese hermoso chico de ojos rasgados, de tez morena y una sonrisa que te arrebataba el corazón...lo siguiera haciendo. Él tenía que vivir. Vivir sin importar lo que pudiera suceder. Que su piel jamás se marchitara, que su voz nunca se apagara. Que pudiera...
Vivir.
ESTÁS LEYENDO
Already Gone (5sos fanfic)
FanficNo quería que eso sucediera, no quería interponerme entre nadie. Pero así es como sucedió, y como un círculo defectuoso, las cosas se rodaron una tras otra sin poder evitarlo. Los amo a ambos por igual, simplemente no puedo elegir. © 2019 All Rights...