Seattle, Washington, 1:34 am*
Era la hora de decir adiós a su antigua vida. Dana había aprendido la lección, de no arriesgarse a que las cosas se salieran de control. Era la hora de dejar cada asunto en su lugar antes de irse, quizás para siempre. Primero a Calum, y luego haría lo mismo con Luke. No debía pensar demasiado, era ahora o nunca. Cerrado el episodio principal, era cuestión de tiempo encontrar el momento para finalizar su tiempo junto a ellos. Debía estar determinada, no vacilar ante cualquier proposición sugerente. Cualquier alternativa a la marcha, era una sentencia de muerte para ella y a los que ella amaba con todo su corazón. Agarro la mano de Calum lo trajo de vuelta al hotel, donde se despidió con un largo beso. El camino de vuelta fue mucho más tranquilo que la ida, pudo charlar con él y ponerlo todo en orden. El fin del contrato con Luke y el adiós definitivo entre los dos. Un río con el cauce tranquilo, donde los dos se habían prometido que sucediera lo que sucediera sus almas y pensamiento permanecerían unidos.
Introdujo con un cierto temblar la tarjeta en la ranura electrónica, la luz roja pasó a verde y al sacarla giró el pomo con suma delicadeza. Pasó de lado, sin hacer mucho ruido y volteó su cabeza de un lado para el otro para intentar buscarlo. No lo vio en el baño, ni tampoco en la cama. Estaba la luz apagada y la habitación vacía. Estaba claro que Luke no estaba allí. Dejó su bolso sobre la mesilla de noche y con la llave de la habitación aún en mano, salió de la misma forma que había entrado. Omitiendo claro el hecho de que, ya no tenía que salir de manera disimulada porque nadie se encontraba en el lugar. Recorrió el pasillo, sabía perfectamente donde debía empezar a buscar. La piscina del hotel.
Atravesando aquellas puertas llegó a un estrecho camino que lo llevó a la zona exterior, la luz de los focos deslumbraban el color azul que destellaba sobre la superficie del agua. Dentro de este un Luke boca arriba, flotaba sobre esta. Si antes se ponía la ropa, ahora se la fue quitando. Un pie y después el otro, estaba tan fría. No entendía como el rubio podía estar allí. Alcanzó la piel de gallina cuando entró definitivamente. La piscina era profunda, nadaba braceando sin mucha prisa. El ruido del agua era lo único que se escuchaba.
-¿Qué haces aquí?- le preguntó cuando se encontraba cerca. No obtuvo respuesta.
De manera inesperada, se movió agarrándola de improvisto. "Luke, por favor", susurró con un hilo de voz. El rubio colocó su cabeza en el hueco de su cuello, inhaló el aroma de desprendía el olor de su piel. Se estremeció con solo notar su roce. No parecía que fuera una despedida, de hecho, estaba muy lejos de ello.
-Dana...- murmuró con la voz ronca.
-¿Me dejas?- le pidió mientras colocaba sus manos sobre sus hombros.
-Nunca- remarcó firme. Tanto que pensaba que no había salvación en él, su cuerpo se aflojó por completo y también su corazón.
-He estado con Calum- confesó, lo único que pensó que podía hacer que Luke se apartara.
-¿Lo encontraste?- preguntó con la mandíbula tensa, pero no se apartó.
-Luke, déjame- le volvió a suplicar, pero él la agarró con mucha más fuerza que antes.
-Ni en tus sueños más locos- le susurró en el oído.
-Lo digo en serio- intentó reafirmarse, a lo que Luke se separó escasamente para mirarla a la cara y le apartó cabello empapado que había delante del rostro de ella.
-Yo también lo digo en serio, siento mucho que me tengas que ver siempre así...no es tu culpa- dijo con la voz rota, casi suplicando. De los ojos de Dana brotaron unas pocas lágrimas.
-¿De verdad? ¿No es mi culpa?- quiso saber temblorosa, parecía que la culpa por no poder hacer mucho por él...esa opresión en el pecho parecía mucho menor.
-No lo es, solo que hasta ahora no lo había entendido- respondió mientras su mano pasaba por su mejilla, se abrió completamente a ella- necesito que estés a mi lado, que me ames, pero no como lo has hecho hasta ahora...quiero...quiero que seamos tú y yo, un par que sienten un amor...sincero, un amor que les ayuda a ser mejores personas-.
-¿No ves? Estoy aquí Luke, amándote, desde la primera vez que te vi...te amo- no pudo evitar romper en llanto, las lágrimas brotaban sin parar.
-¿Por qué lloras?- le preguntó intentando secar su rostro con la yema de los dedos.
-Soy la peor persona Luke, no te merezco- dijo de vuelta Dana, el arrepentimiento la consumía por dentro. La idea de fija que tenía se había desmoronado ante la honestidad del rubio.
-¿Qué dices? ¿Eres estúpida? ¿Cómo no me vas a merecer? Que sepa yo, yo soy el drogadicto y egoísta aquí- apoyó su frente con la suya, sus labios se fueron acercando.
-No...Luke...no me hagas esto- le pidió desesperadamente.
-¿Qué es lo que sucede?- quiso saber, Dana se le apareció un nudo en la garganta.
-Seré que lo tu quieras que sea, solo, olvida lo que dije- quiso evadir la pregunta, dispuso sus manos a cada lado del rostro de Luke. Sus bocas ya se rozaban.
-Quiero que estés conmigo- le pidió lo único que Dana no podía darle.
-Debo irme- dijo ella apartándose, se alejó como pudo pero Luke no iba a dejarle ir con tanta facilidad. Después de todo, si el inicio no fue un camino de rosas. El camino de ida no iba a ser lo mismo, iba a ser el mismo arbusto que se defiende de manera natural. Miles de punzones que se clavan poco a poco en la piel, pequeñas heridas que te desangran lentamente.
-No me abandones Dana, permanece a mi lado....por favor- la cara de Luke, tan decrepita. Unas ojeras marcadas, las costillas marcadas y aquella sonrisa que iluminaba el desastre.
-Te lo suplico, no hagas esto- se volvió a acercar. Un error. Al volver donde estaba él, la volvió a agarrar. Solo que esta vez no le iba a resultar el intentar huir- Suelta...-ni pudo terminar, que el rubio ya había unido sus labios en un beso.
Que ansia, que deseo. No tuvo más remedio que corresponderle, besarle de vuelta. Sus manos sobre su pecho, acurrucado entre sus brazos. Después de haber estado con Calum, aquí estaba con Luke. Jugando a dos bandas. Un juego peligroso. Sí, eso mismo era. Se acoplaban a la perfección, sus piernas de ella se enredaron en la cintura de él. Y aquél inocente beso se convirtió en una pasión desenfrenada. Porque aunque solo fuera una vez le iba a corresponder, a estar junto a la persona que más amo en su vida. No, no era tampoco eso. El amaba a los dos por igual, no podía escoger. Porque aquellos dos caminos, esos dos que había escogido estaban unidos por un sinuoso y estrecho camino cubierto de espino.
"Oh, Luke...amor", le gimió al oído.
Aquél dulce oleaje los rodeaba, como aquella vez en la playa de Sídney. Daban vueltas sobre si mismos mientras sus cuerpos se acoplaban como dos piezas de puzzle mientras se sumergían bajo el agua. Él la besaba a ella, ella hacía lo mismo. La continuación a la perdición.
Estaba perdida.
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Already Gone (5sos fanfic)
أدب الهواةNo quería que eso sucediera, no quería interponerme entre nadie. Pero así es como sucedió, y como un círculo defectuoso, las cosas se rodaron una tras otra sin poder evitarlo. Los amo a ambos por igual, simplemente no puedo elegir. © 2019 All Rights...