—Me gustaría quedarme más tiempo, pero tengo muchas cosas que hacer—se lamentó Evie.
Carlos se había ido hace un par de horas, con la excusa de tener hambre. Y desde ese momento Regina y Evie se la habían pasado platicando de todo y nada a la vez, felices y muy a gusto con la presencia de la otra.
—No te preocupes, entiendo.
Regina abrazó a Evie de una forma tan natural que el tiempo que pasaron juntas parecían años y no horas. Acarició su cabello una vez con cariño más antes de soltarla.
—Adiós. Vendré en cuanto pueda.
—Estaré esperándote, hija.
Al darse cuenta de lo que había dicho esperó una reacción negativa sin saber por qué, pero Evie sonrió emocionada y la volvió a abrazar con efusividad. Regina esperaba que algún día ella pudiera llamarla mamá, madre o cualquier palabra relacionada. La chica besó su mejilla y se despidió de nuevo, esta saliendo esta vez de aquella habitación.
Regina se quedó de pie en la habitación a un lado de la cama improvisada donde Neal jugaba con sus manitas. Estaba feliz, no había duda de eso.
—¿Si sabes que cuando Emma se reponga por completo nos iremos, verdad mamá?— la voz de Henry la hizo espabilar y lo miró bajo el marco de la puerta—. Jamás volverás a verla. ¿Lo sabes?— insistió.
Su figura alargada y delgada le hace darse cuenta de pronto que ya no es un niño, su cabeza incluso está un poco por debajo de la altura de la puerta. Mantiene un rostro apacible y serio, su cabello despeinado luce un poco más largo de lo usual y lo hace ver aún más mayor de lo que es. No le había mentido desde hacía mucho tiempo y se dijo que lo haría solo esta vez como excepción.
—Claro que lo sé.
Henry asintió conforme y se acercó al niño para cargarlo. Regina ahora estaba preocupada. Era cierto, cuando ella se vaya Evie se quedaría sola otra vez. Y ella no quería dejarla, pero tampoco podía quedarse... ¿O sí?
—¿Cómo está Emma?
—Bien. La abuela la hizo comer dos raciones antes de dejarla en paz para ir a buscar al abuelo. Me dijeron que volviera porque hablarían de "cosas de adultos" — bufó.
—Todavía eres un bebé, cariño— acarició su cabello y luego se puso de pie—. Iré a caminar y explorar los alrededores, ¿puedes cuidar a Neal?
—Seguro. Aléjate de los problemas, por favor.
Regina salió sin rumbo fijo admirando cada detalle del palacio, desde los muros con pinturas extrañas pero hermosas hasta las plantas que daban vida al lugar, al igual que los enormes ventanales que dejaban una gran vista al resto del reino. El sol comenzaba a ocultarse, la temperatura descendía y a juzgar por los árboles sin hojas podía deducir que el otoño estaba en su punto máximo. Fue entonces cuando notó la famosa Isla de los Perdidos.
En medio del mar, bajo una extensa nube gris que impedía que la barrera se cayera. La magia era visible para ella aún a la distancia. Magia antigua y de luz. Sin embargo algo no estaba bien. Entrecerró y con un hechizo sencillo pudo ver con claridad algo que definitivamente nadie más parecía haber notado.
La barrera tenía una grieta.
Era casi imperceptible a los ojos normales, pero para ella, una experimentada bruja en artes oscuras, era fácil de ver. ¿Alguien por lo menos se había tomado el tiempo para revisarla? Estaba claro que no le habían dado mantenimiento en mucho tiempo, y por eso comenzaba a debilitarse.
—Vaya, vaya. Que grata sorpresa ver a Regina Mills por aquí— dijo una voz a sus espaldas. Una voz que, por desgracia, conocía muy bien.
—¿Y tú qué haces aquí? ¿No te habían liberado?
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Perdidos en Auradon [COMPLETA]
Fanfiction💥Crossover Once Upon a Time y Descendientes💥 La batalla final contra el Hada Negra no resultó como todos pensaron. Un hechizo desconocido mandó a Regina Mills, Henry Mills, Emma Swan, Killian Jones, Blancanieves y Encantador junto con su hijo pequ...