Capítulo 27: La Despedida

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El comedor real estaba lleno de gente, como muy pocas veces. Un enorme banquete se llevaría a cabo, con la mejor comida que la Sra. Potts y los cocineros reales se encargaron de preparar a petición del rey.

La mesa era rectangular, con dieciocho asientos disponibles y la mejor vajilla de porcelana en cada lugar. El candelabro que colgaba justo al centro forjado con oro y detalles de diamantes amenizada el ambiente.

Por un lado estaba Ben, sentado en uno de los extremos. Al lado derecho estaba Mal, luego le seguía Jay, Carlos e Evie, y de ella le seguía Doug. Frente a ellos Adam y Bella, seguidos del Hada Madrina y Jane. Mientras que del otro extremo Blancanieves estaba a la cabecilla con el niño Neal sentado a su izquierda en una silla de bebé y a su derecha su esposo. Emma y Killian le seguían a David, mientras que Regina y Henry estaban del otro lado. El único asiento disponible estaba al lado de Henry.

La comida pasó entre anécdotas de los dos mundos, chistes malos de parte de Killian, risas escandalosas de Jay y Carlos. Regina compartió miradas con Evie. Todo fue de maravilla. Todos se divirtieron y compartieron.

—Bien, creo que es hora de finalizar esta grata reunión— anunció Ben.

—De hecho, antes de terminar, me gustaría decir algunas palabras— pidió Regina.

—Adelante, reina Regina.

—Mi familia y yo estamos muy agradecidos por su hospitalidad. Nos es un gusto informarles que esto ya no será necesario más. Mañana mismo, a primera hora,  viajaremos al Bosque Encantado, nuestro hogar.

—Espera, ¿qué? — Evie la interrumpió. Ella no estaba enterada de eso.

—Evie, querida, no había tenido la oportunidad de decírtelo.

—¿Se irán?

—Sí. No habrá otra oportunidad, tendrá que ser mañana— Regina se veía sumamente afectada por aquello, su hija guardó silencio—. Antes de irnos hemos creído conveniente informarles. Lo que hicieron por Emma nunca lo olvidaremos.

—Ustedes hicieron más por nosotros. Es una pena que hayan decidido irse. Aquí siempre serán recordados por evitar que una tragedia se desatara luego de tantos años— dijo Adam agradecido.

—Si hay algo que podamos hacer por ustedes antes de su partida no duden en hacérnoslo saber— habló Ben.

—De hecho... Sí hay algo.

—Henry, no es el momento— lo detuvo su mamá adoptiva, él no le hizo caso.

—Queremos llevar con nosotros a tres personas que no son bienvenidas aquí, y por lo tanto, no considero que haya inconveniente en que puedan acompañarnos.

—¿Quiénes? — le preguntó Mal, intrigada.

—Uma, Harry y Gil de la Isla.

Silencio total. Los Vk's se miraron entre sí antes de que Mal se pusiera de pie al tiempo que Ben lo hacía también. Si tan solo Henry hubiera escuchado a Regina.

—¿Ustedes conocen su ubicación? Son fugitivos, deben ser atrapados de inmediato.

—No. Ellos irán con nosotros— se negó Henry rotundamente—. Condenarlos a vivir de nuevo en la Isla raya en la crueldad.

—Sus crímenes deben ser castigados. Ello no pueden quedar impunes— el enojo en Mal era notorio.

—El único error de Uma fue hechizar con una poción de amor al rey Ben. Si a esas vamos, tú también deberías ser castigada, ¿o no, lady Mal?

Omitió la parte del secuestro al rey por conveniencia.

—¡Ten cuidado con lo que dices! Es a la futura reina a quien te estás dirigiendo— bramó Jay.

Perdidos en Auradon [COMPLETA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora