Capítulo 25: La Calma

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Para Evie resultaba extraño como Regina parecía estar como si nada luego de casi haber muerto. Todos a su alrededor actuaban de lo más normal, riendo con tranquilidad. Ella aún se sentía alterada por todo el asunto, y que Mal estuviera regañandola como a una niña pequeña no le ayudaba en lo absoluto. Todos se habían trasladado dentro del castillo en una de las tantas salas de estar que había. Ben de inmediato había entablado una conversación con David y Blancanieves sobre lo ocurrido.

—¿Me estás escuchando, E? — le recriminó su amiga.

—La verdad no.

Mal abrió la boca ofendida, girando el rostro. Evie hizo una mueca.

—Perdón. Es que tengo muchas cosas en la cabeza, con todo lo que pasó. Grimhilde, Regina, es... Abrumador— se disculpó quitándose la coleta, dejando caer su pelo azul en cascada.

Mal no le hizo caso. Jay, sentado al lado de Evie, le dio un codazo llamando su atención. La peliazul miró una vez más a Mal antes de girarse.

—Tengo curiosidad... ¿Esa ropa la traías puesta en la mañana? Creo que sí te vi salir— murmuró apenado—. En mi defensa no te reconocí, no te pareces a la Evie de siempre.

—Ese era el plan. Además estabas muy ocupado, por lo que alcancé a ver— alzó las cejas sugestiva, provocando que Jay escondiera el rostro entre sus manos avergonzado—. No sé qué clase de duelo por la ruptura con Loonie lleves, pero lo que haces con esas chicas no parece ser lo mejor.

—Se lo he dicho muchas veces yo también — se unió Carlos a la conversación—. No entiende. Cree que salir con muchas chicas lo harán olvidar a Loonie.

—Cierra tu jodida boca, De Vil— dijo molesto— Ninguno de ustedes puede entenderme. Sus relaciones son perfectas, a ustedes no los han dejado porque gobernar un imperio es más importante.

—Hey, tranquilo. Tienes razón, ¿bien? Si te sientes mal sabes que siempre puedes recurrir a nosotros. Tu familia— apoyó Evie tomando una de sus manos— ¿verdad, Carlos?

—Seguro, hermano.

Jay sonrió conmovido abrazado a Carlos y A Evie. Mal olvidó unos momentos el enojo con su mejor amiga y se unió al abrazo. Los cuatro permanecieron así, juntos, como desde hace mucho tiempo no estaban.

—¿Qué es ese olor a óxido? —preguntó Carlos arrugando la nariz.

—Sangre... Creo que me manché un poco cuando estuve junto a Regina— contestó Evie.

De inmediato los tres la soltaron.

—¿Y si te vas a cambiar? La comida que se ofrecerá a los extraños será dentro de un par de horas.

—Sí, eso haré. ¿Mal, me acompañas?

—El enano de allá lleva más de cinco minutos esperando a abordarte. Ayer le volví a gritar cuando no quería irse de tu habitación, lo eché casi a patadas— informó Mal señalando a Doug de pie a un lado de la entrada— Creo que le dejé un trauma.

—¡Mal!

—Fue su culpa. Estaba de intenso con que no te quería dejar sola y no sé qué más.

—¿Y por qué no me enteré de eso?— reclamó, sin esperar una respuesta. Comenzó a caminar en dirección a su chico.

A sus espaldas escuchó a Carlos decir algo sobre la amiga del año y una risotada por parte de Jay.

(...)

—¿Por qué no te has ido, Gold? No sabes las ganas que tengo de hacerte pagar luego de haber oscurecido el corazón de mi hijo.

Si eso era una amenaza, a él no le importó mucho. Estaba a la par de Regina, ambos mirando al frente. Ella tenía los brazos cruzados, sonriendo a la distancia a alguien.

—Sabes cómo funciona esto, mi querida Regina. Salvé tu vida con magia oscura y ahora se debe pagar el precio.

—¿Y cuál es?

—Henry.

—Definitivamente no.

Gold rió.

—Él fue el que hizo un trato conmigo. Su pase de regreso a Storybrooke a cambio de rescatar a Gideon del Hada Negra.

Regina iba a decir que eso era absurdo, que Henry era lo suficientemente listo como para no hacer tratos con él sabiendo que siempre hay un precio mayor de por medio, aunque lo recordaba empeñado en volver, por lo que cobró sentido aquello. Aún así, le daría una buena reprimienda por no consultarlo con ella antes de aceptar.

—¿Y ahora por qué tu mami secuestró a Gideon?

—Eso no te importa.

—Tienes razón. No me importa. Y prepara todo para volver, porque si Henry se metió en esto yo lo sacaré.

—Mañana a primera hora.

Era demasiado pronto. Pero Gold ya no estaba cuando quiso rebatir la hora de partida. Una opresión en el pecho se hizo presente cuando la realidad de que ya no vería a Evie nunca más apareció. Ahora menos que nunca estaba lista para decirle adiós. No después de todo. No sin saber si ella aún estaba dispuesta a acompañarla. Ese podría ser el adiós definitivo y la simple idea le dolía terriblemente.

Lo mejor era hablar con la princesa de cabellos azules antes de avisarles a los demás. La localizó con su novio cerca de la entrada principal, y luego los miró a ambos escabullirse lejos de todos. Regina suspiró. La tendría que esperar hasta la comida para hablar con ella.

(...)

—Ayúdame a entenderte, Henry. ¿Por qué sigues tan enojado? Regina está bien.

—Tu madre tiene razón, chico. Ya pasó.

Henry negó, alejándose del brazo de Killian sobre sus hombros. Decir que estaba molesto era poco. Él ni siquiera podía explicar la enorme frustración que le había quedado por no asesinar a Grimhilde.

—Ella merecía más. Merecía morir— declaró—. Teníamos que hacer justicia.

—¿Justicia o venganza? Lo que tú querías era asesinarla a sangre fría y eso nunca es lo correcto si hay opciones— dijo Emma acercándose a su hijo para abrazarlo—. Créeme que sé como te sientes, pero no puedes solucionar todo consumido por el odio. Tienes que controlarlo mejor.

Henry ya no dijo nada más, solo intentó calmarse entre los brazos de Emma. Garfio lo palmeó en el hombro un par de veces. De pronto tanto odio ya no tenía sentido. De pronto, en su cabeza, los pensamientos asesinos desaparecían conforme el amor de Emma se colaba en su sistema.

¿Así sería siempre? ¿Una montaña rusa de sentimientos?

Al principio no se sintió así, cuando recién ocurrió todo no tenía esa maldad predominando todo. Aunque en ese entonces no estaba solo.

—Tengo que ir por ella— soltó de pronto.

—¿Por quién?

Pero él casi corrió a la salida, Emma y Garfio compartieron una mirada de extrañeza antes de ir tras sus pasos.

—¿Por quién crees que quiera ir?

—No sé, pero debe ser alguien importante, amor— le respondió su esposo tomándola de la mano—. Solo espero que lleguemos justo a tiempo para la comida.

****

Un capítulo bastante tranquilo. El siguiente abordará un encuentro que deseé escribir desde el primer capítulo

¿Cuál creen que será?

Pista: En el primer capítulo se menciona su "parentesco" por parte de Emma😉

Perdidos en Auradon [COMPLETA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora