Perdidos en Auradon [COMPLETA]

Capítulo 18: El Beso

¿Cómo se supone que era tener algo de oscuridad dentro de ti? Henry miró con aire distraído sus manos, contando los lunares que tenía en ellas con concentración. Seguía abrumado por lo que acababa de ocurrirle. Él se sentía normal.

"Ahora te puedes defender solo. Búscame después" fue todo lo que dijo Rumplestiltskin antes de irse.

¿Defenderse solo? No tenía magia, ni armas. No era capaz de comprender lo que había cambiado en él solo con un poco de magia oscura introducida a la fuerza. No se sentía molesto con su abuelo, ni sentía odio, tristeza o algo. Simplemente no sentía nada. Miró a Uma aún inconsciente en el suelo y se acercó a ella con precaución. Sangraba en la frente, pero su respiración era constante y dudaba que hubiera daño serio.

—Oye— la sacudió levemente—. Despierta. Ya me voy.

Uma lentamente abrió los ojos, un pinchazo de dolor cruzó su cuerpo al intentar moverse. Henry la tomó entre sus brazos y la acomodó de tal forma que quedó sentada contra la pared, colocando sus manos en su regazo y quitando algunos mechones de cabello de su rostro.

—Fue un golpe duro, ¿eh?

—Ese hombre...— susurró Uma, recordando la mirada oscura y siniestra que la atormentaría todas las noches—. Henry, él quiso matarme.

Uma se arrojó sorpresivamente a los brazos de Henry, aferrándose a la tela de su abrigo y ocultando su rostro en el pecho de él, aspirando su aroma a menta y a pino. La sensación de ahogamiento todavía estaba en su cabeza, la falta de aire y la desesperante impotencia por no hacer nada.

—Eh... ¿Tranquila? Ah, no sirvo para consolar...— Henry la abrazó torpemente dando ligeras palmaditas en su espalda.

—¿Lo conocías?

—Es mi abuelo. La persona más cálida que existe— ironizó y la separó de su cuerpo para mirarla a los ojos—¿Estás bien? Creo que solo tienes un rasguño, pero no soy doctor. Déjame ver más de cerca.

Ella sintió las manos de él acunar su rostro, por algún motivo lo dejó sin replicar o negarse, aún sin ser plenamente consciente de lo que estaba sucediendo y sólo decidió ignorar el calor que comenzó a expandirse por sus mejillas mirando la clavícula de Henry. El chico examinó la herida y llegó a la conclusión de que sólo era un raspón sin importancia. No necesitaría sutura.

—Estarás bien.

—Gracias... Por salvarme.

Henry se encogió de hombros tomando las manos de ella de su ropa para sostenerlas. Acercó sus labios a su oído, estaban tan cercas que podían sentir el calor del otro sin problemas.

—No fue nada... Aunque sinceramente, esperaba más de la hija de Úrsula.

Henry de inmediato llevó una mano a su boca al percatarse de lo que acababa de decir. ¿Por qué había dicho eso? Quiso enmendar sus palabras disculpándose, pero Uma lo empujó lejos y lo hizo caer sobre su trasero.

—Perdón. No sé porque dije eso, Uma.

—¡No digas mi nombre! No me conoces, no sabes quién soy realmente.

—Hablas mucho de hacer cosas malvadas y de ser una villana— el veneno en su voz era nuevo y desagradable de escuchar para ella. Pero le fascinó cuando  sonrió de forma ladina—. Eres débil. Ya quedó demostrado y ahora yo me iré. No ganarás nada jugando a esto.

Uma intentó atraparlo con magia para detenerlo, pero Henry fue más rápido y antes de que alguna palabra de algún hechizo saliera de la boca de su secuestradora, cerró sus labios sobre los de ella con fuerza, envolviendo sus brazos alrededor del pequeño cuerpo para evitar que se alejara.

—¿Qué me harás? ¿Un hechizo de amor? No te preocupes en intentarlo, yo estoy dispuesto a cooperar— murmuró Henry sobre sus labios. Sonrió cuando no notó ninguna resistencia—. Aunque yo diría que...

—Cállate.

Ahora fue ella la que lo besó. Henry se sentía extraño. Todo a su alrededor parecía dar vueltas, sus sentidos estaban adormilados y lo único en lo que podía concentrarse era en Uma y en lo bien que se sentían sus labios sobre los suyos, moviéndose con desesperación y también lo que pudo catalogar como ansiedad. No sabía de dónde había sacado aquella valentía y audacia de besarla en primer lugar, pero tampoco le importaba. El único beso que se había dado con Violet era nada a comparación de este. La besó unos segundos más antes de que perdiera completamente los papeles.

—Debo regresar con familia.

—Lo sé.

—Lamento haberte...

—No, no digas que lo lamentas.

—En realidad no lo hago— le guiñó un ojo.

"¿Por qué te estás comportando como una tonta?" se regañó Uma a sí misma al percatarse de la sonrisa boba en sus labios. Desde que lo vio por primera vez supo que se había sentido atraída sin explicación aparente y al no saber nada de esos temas, le resultaba difícil entender que un sentimiento al que no quería ponerle nombre había surgido en ella por él. No quería ser una tonta enamorada. Ella no era así. Ella no quería enamorarse, porque inevitablemente terminaría con él corazón roto. Ella era mala, malvada y sobre todo, nunca demostraba amor. Aunque ya antes había compartido algunos besos torpes y sin sentimientos de por medio con Harry, no estaba lista para sentir el zoológico que se desató en su estómago cuando él la besó sin avisar, ni mucho menos lo estaba para su reacción.

—¿Quisieras dejar tu actual vida atrás y empezar de nuevo?— le ofreció Henry antes de irse. No lo pensó mucho, solo sintió que estaba bien ofrecerle esa opción.

—Yo no puedo comenzar de nuevo. Todos me buscan por hechizar al rey— respondió Uma como si fuera lo más obvio— Y no pienso regresar a la Isla— añadió por lo bajo.

—No aquí— rió —. En Storybrooke. Mi hogar.

Henry estiró su mano esperando pacientemente a que ella la tomara, sonriendo y animado con la idea de que ella lo acompañara.

—¿Harry y Gil pueden venir también?

—Claro. Solo diles que si vuelven a ponerme un dedo encima lo van a lamentar— bromeó haciéndola reír por primera vez.

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¿Henry y Uma? :0
Una pareja dispareja ahre

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