09. Piedras

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La vida es dura Charlotte —Me dice cuando termina de peinarme— Por eso tenemos que ser dura con ella —Se sienta a mi lado haciendo que mis ojos se centren en nuestras figuras reflejadas en el espejo. Eramos físicamente iguales, pero nunca lo seriamos mentalmente, Samantha pensaba de una manera peculiar muy diferente a la mía.

— No creo que tengamos que ser igual de duras que ella —Menciono apartando uno de los mechones que cae sobre mi frente. No dije más pues no tenia ganas de seguir hablando sobre eso, además, Sam sabía muy bien lo que yo pensaba de eso.

— Vamos a ir a jugar con Andrew y sus amigos —Me ánima.

— Está bien, vamos.


Salgo de mi ensimismamiento cuando ya no puedo ver el auto de Luke, no puedo creer que se marchara sin siquiera escucharme, bueno, tampoco podía culparlo, soy lo que se considera una perra.

Camino hacia la parte de primaria para ir a buscar a Jasper, no puedo evitar sentirme extraña porque Luke conoció mi parte débil y mentirosa cuando estoy frente a Andrew, siento un extraño sabor en la boca.

Puedo ver al niño sentado en una banca, llorando. Me acerco a él con lentitud, examinandolo primero antes de hablar, quería que él fuese el primero en hablar y no tener que ejercer presión para que me contara que había sucedido, debido a que tenía el uniforme roto, sucio y estaba golpeado.

— Jasper... —Llamo su atención ya que el niño no parece ni siquiera haber notado mi presencia en el lugar.

— Lottie —Se lanza sobre mi en un fuerte abrazo, comienza a llorar en mi hombro escondiendo completamente su rostro.

— ¿Estás mejor? —Pregunto una vez que ya estaba separado de mi, asiente tímidamente— ¿Que paso?

— Los niños de mi clase me tiraron piedras y golpearon porque no quise hacer sus tareas —Rasca su nuca y luego me sonrie apenado— Son unos idiotas todos, los odio. —Me sorprende muchísimo su respuesta.

— ¿Tus profesoras lo saben? —Niega— ¿Les hiciste algo a los niños que te golpearon?

Vuelve a negar.

— La violencia no se soluciona con más violencia. Luke me lo dijo una vez.

— Vamos a ir a limpiarte, estas lleno de tu misma sangre, ¿No te duele?

— Si duele, es solo que puede ser peor.

Y eso estruja a mi corazón, puede ser peor. Y vaya, si que puede.

— ¿Cuantos años dijiste que tenias?

— No lo dije —Hace una mueca con sus labios— Tengo ocho.

Al llegar a su casa Jasper se sienta en el taburete de la barra de la cocina y yo busco el botiquín de primeros auxilios, tiene un rasguño en la mejilla y hematomas por el cuello, brazos, piernas, espalda y pecho, básicamente todo el cuerpo, lo habían agarrado a piedras, eso es bullying.

— Demonios Jasper -—Suelta Luke cuando ve a su pequeño hermano con tantos moretones— Pareciera que te hubieran agarrado a piedras.

— Pues porque eso fue lo que hicieron —Le suelto con amargura, sus ojos azules se conectan con los míos casi del mismo color y veo la rabia arder en ellos.

— ¿Les hiciste algo tú? —Jasper niega y Luke solo asiente— Tienes que decirle a tu profesora, eres un tonto, no puedes dejar que te lastimen.

Abro mi boca para soltar una protesta pero mis cuerdas vocales no emiten ningún sonido ¿Era tonto? Él era el tonto por decirle a Jasper que era tonto. Idiota, eso es lo que es, no puede venir con su cara muy lavada a simplemente decirle algo degradante a su hermanito e irse como si nada.

Polos opuestos (L.H) TERMINADA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora