Capítulo 6

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- Con qué te corrieron.

- Se te cumplió el deseo.

- Me parece perfecto - respondió.

Terminé por aceptar su invitación a comer, algo mejor no tenía para hacer.

- Necesito...

- ¿Ayuda? Tu día de suerte llegó, te vienes conmigo.

- Apenas sabes mi nombre, podría ser hasta un delincuente.

- ¿Tú un delincuente? Y qué robas ¿caramelos?

- ¡Ah chistosito! ¿De verdad puedo irme contigo?

- Claro, porqué no.

- ¿Por qué tanto interés? Nos conocimos ayer.

- Por el mismo interés tuyo chiquitito - respondió sentándose más cerca.

- Mío.

- Veo en ti el interés y las ansias de tener más y más. Ayer por un poco de dinero te dejaste hasta manosear. ¿Quieres hacer memoria o prefieres aceptarlo?

No le quité la mirada a la mesa, no quería admitirlo pero a la misma vez me tampoco me sentía avergonzado.

- Lo recuerdo, no te preocupes.

- No te culpo por ser un interesado...

- Oye tampoco así - interrumpí.

- ¿No? No te sientas culpable, en esta vida hay que buscar la manera de surgir y de saciar las necesidades.

- ¿Quién te dijo que yo me sentía culpable? Estás loco - reí.

Negó humedeciendo sus labios, la manera de ver la situación era la que me gustaría que tengan todos en mi familia.

- Sin rodeos bebé. Yo te doy lo que necesites, hogar, dinero, lujos y hasta tus más estúpidos caprichos - propuso.

- ¿A cambio de qué? Gratis lo dudo - respondí en una postura más cómoda.

- Digamos a cambio de tu compañía, para que no suene feo.

- ¿Solo mi compañía? Eso es raro.

- Sexo - soltó.

Abrí mis ojos en gran cantidad, me ví en la necesidad de beber un poco de jugo ya que la garganta se me había secado de un momento a otro.

- S-Sexo, no pensé que fueras...

- ¿Un Sugar Daddy? ¡Increíble no! - sonrió.

- Es que eres joven...y hombre.

- Eso es lo de menos, si no disfrutas en esta vida cuándo. Lo que a ti te falta a mi me sobra, tómalo como un trabajo.

Analicé la situación, era algo atrevida su propuesta, pero a la vez tentadora.

De solo imaginar los lujos y cosas caras que podría tener, se me salió una sonrisa de manera inconsciente.

- ¿Por cuánto tiempo?

- Indefinido. Mientras más resistas, más y más cosas tendrás, yo que tú aprovecho bebé.

- ¿Por qué?

- Porque tienes dos opciones, venir conmigo y tener prácticamente tu vida solucionada o regresar a tu casa a vivir en lo que ya estás acostumbrado.

No tenía muchas opciones, básicamente ya estaba fuera de mi casa y sin un lugar para llegar.

Veía a Christopher ansioso por una respuesta y eso me ponía nervioso.

- Qué son siete años más ¿verdad?

- ¿Eso es un sí?

- Sí - dije algo dudoso.

- Muy bien pensado, no podías escoger mejor.

- Supongo que no, no tenía de otra en realidad - comenté.

- Primero...

- Espera - dije quitando su mano de mi pierna.

- ¿Vergonzoso?

- No, pero dame tiempo también. Dando y dando.

- Me parece. ¿Qué quieres primero?

Sonreí ampliamente, esto era algo que siempre había esperado, ser tratado como me lo merecía.

- Quiero ir por ropa y lo que me haga falta para lucir bien, ahora.

- ¡Ah exigente! Perfecto.

- ¿De verdad?

- Sí. Los príncipes como tú merecen hasta el más mínimo capricho, tú pide, luego me cobro yo - respondió coqueto.

Mi Gran Solución - ChriserickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora