- Es la única opción.
- Pero Christopher, es muy pronto.
- Me dijiste que no querías esperar tanto, o era en tres semanas o en seis meses, agradece que nos hicieron un espacio.
- Pero que haremos en tres semanas, es un matrimonio, lleva tiempo.
- Por cierto, tenemos que ver en dónde será. ¿Quieres que sea en Miami o prefieres otra ciudad?
- No me escuchaste verdad.
- La luna de miel, estaba pensando qué podríamos pasar la noche en una ciudad de aquí y en la mañana viajar, que piensas.
Lo miraba mientras tenía su mirada pegada a la pantalla, no pensé que estaría tan interesado en el tema.
- En dónde tu quieras - dije abrazándolo.
- No, escoge tú.
- Podríamos hacerlo aquí en Miami, en cuanto a la luna de miel, sorprendeme - contesté.
- ¿Vas a salir?
- Sí, iré a contarle a mis padres, a esta hora de seguro ya están los tres en casa.
- Debería acompañarte.
- No sé, ellos no te aceptan.
- Nunca han hablado conmigo y te acompañaré, no está en discusión.
Christopher seguía con su modo autoritario pero no de una mala manera, se mostraba comprensivo e interesado por seguir avanzando.
Llevaba un tiempo significativo sin ver a mi familia, cada vez los extrañaba más y ahora más que nunca sentía necesitar de ellos.
- ¿Qué haces aquí?
Aquella sonrisa de mi hermana se borró apenas hizo la pregunta, la tensión se hizo sentir.
- Hola. ¿Puedes avisarle a mamá que necesito hablar con ella?
- ¿Avisarle? ¡Ah es cierto! El niño solo da órdenes.
- Ahora no, por favor - pedí.
Nos dejó a solas en lo que iba por ella, Christopher solo me miraba intentando contener su impresión ante el actuar de mi hermana.
- Brian.
- Mamá, queremos hablar contigo, con los tres.
- Sé que no hemos tenido el placer de conocernos, pero es importante - añadió mi prometido.
Dudando nos accedió el paso, mi padre apenas me vió cruzar la puerta no demoró en quedar totalmente serio.
- Estaban comiendo, lamento interrumpir - disculpé.
- No es una novedad que hagas lo que se te venga en gana - respondió mi padre.
- ¿Qué necesitan?
- Venimos a hacerle una invitación, me voy a casar - dije levantando mi mano.
El silencio invadió el comedor, solo observaban.
- Para Erick es importante que estén con nosotros, será aquí en la ciudad y a mi también me gustaría que la familia de mi novio esté presente. Ustedes no me conocen...
- Y no es que queramos hacerlo - interrumpió mi hermana.
- Yanelis - nombré.
- Independiente de eso, es un día especial, háganlo por él.
Notaba las miradas que se daban unos con otros, hasta los días de hoy aún no me perdonaban mi rebeldía.
- ¿Me puedes esperar afuera? - pregunté para él.
- ¿Por qué?
- Chris por favor - pedí.
Asintió depositando un beso en mi frente, no quería involucrar a Christopher en problemas ajenos a él.
- Conmigo no cuentes - dijo mi hermana.
- Conmigo tampoco, no vaya a ser que te avergüences nuevamente de nosotros - añadió mi padre.
- Mamá, por favor - pedí.
- Ya nos dejaste fuera de tus planes apenas te fuiste, no creas que no me da alegría que te cases, pero no podemos fingir interés en dónde no lo hay.
- Perdón, lo siento de verdad, los necesito - dije con lágrimas.
- ¿Piensas que llorando nos vas a chantajear?
- Yanelis.
- No me toques. Apenas cruzaste esa puerta dejaste llorando a mis padres, a tu sobrino y no te niego que a mí también, fuiste un mal agradecido y no se te conmovió el corazón para disculparte cuando debiste - reclamó.
- Y me arrepiento, no hay día en que no los extrañe, pero también siento cosas por él.
- Por su dinero.
- ¡Nooo! Me vale mierda eso, lo quiero a él, los amo a ustedes, por favor.
- Ya te dimos nuestra respuesta. ¿Nos dejas cenar? - preguntó mi padre.
Bajé la mirada retrocediendo unos cuantos pasos, el rechazo de mi familia estaba siendo mi peor castigo.
- Les mandaré la invitación de todas formas, espero verlos allá y que me acompañen, lo siento de verdad - dije antes de salir.
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Mi Gran Solución - Chriserick
FanfictionSí el dinero no compra la felicidad. ¿Por qué disfrutamos tanto con él?