Capítulo 26

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Jamás se me pasó por la mente estar en esta situación, estaba inquieto, asustado.

Era una mezcla de todo, el no casarme con Christopher, la muerte de mi padre y el estar acusado de algo que no cometí me tenían con una angustia que en mi vida había sentido.

- Christopher - dije al verlo.

Me paré de inmediato, si me sentía asustado en una celda cómo esta, no me imaginaba que iba a ser de mi si iba a la cárcel.

- Te di todo, qué mierda te faltó.

- Yo no hice nada, yo no te estafé - dije.

- Hay pruebas Erick, si querías dinero me lo hubieras pedido, mi papá...

- Ese señor me odia, date cuenta Christopher.

- Lo amenazaste.

- Él hizo todo esto, no sé cómo pero no encuentro otra explicación. Me odia porque no soy como tú, me pidió que no nos casemos, me amenazó - conté.

- Todo lo quieres justificar culpando a otros, me fallaste.

- No Chris - dije tomando su rostro a través de los fierros.

- Quise mostrar mi mejor lado, intentar algo contigo - dijo débil.

- Y-Yo no me casé porque no te quiera, nosotros nos tenemos cariño, nos queremos, pero no nos amamos, quería que nos conozcamos más, formar algo lindo...

- Para - pidió.

- Me dejó de importar el dinero cuando me empezaste a importar tú, no ví maldad en ti y me dejaste verte más allá de un sugar daddy.

- Era nuestro día, lo arruinaste.

- Perdóname, por favor - pedí en susurro.

- Christopher, espera afuera - ordenó alguien.

Era su padre, reconocía su desagradable voz sin necesidad de mirarlo.

- Yo no hice nada, te lo juro - dije bajo.

- Demuéstralo entonces.

Lo miré esperando aunque sea su lástima, pero al igual que yo estaba muy dañado con esto.

- Qué demonios quiere - hablé con enojo.

- Vas a echarte la culpa.

- Sabía que esto había sido obra de usted. ¿Qué más quiere? No me casé.

- Pero le diste la vergüenza de su vida a mi hijo y eso te va a pesar.

- Viejo de mierda.

- ¿En dónde está el niño desafiante?

- Si estuviéramos de igual a igual la cosa sería completamente distinta.

- Jamás estaremos de igual a igual. Ya sabes lo que tienes que hacer.

- Yo soy inocente y me voy a defender - aclaré.

- ¿Y como? ¿Con un abogado de oficio? Por favor niño, ya tienes tres años mínimos de sentencia, me amenazaste de muerte frente a los policías y si yo te denuncio mínimo pasarás cinco años sin salir.

- ¡Qué le hice! - exclamé llorando.

- Tú eliges, tres o cinco años Erick, a la cárcel irás sí o sí.

No me quedaba de otra que aguantarme las ganas de golpearlo, tras esas rejas lo único que podía hacer era escuchar.

- Me voy a defender, le guste o no.

Un gesto de él bastó para que un policía se acerque a abrir la celda, esposado me guiaron a una parte que claramente no era la salida.

Varios golpes se posaron en mi rostro, no podía defenderme y eso era lo que más me molestaba.

- Esto es abuso de poder - solté para ellos.

- ¿No me digas? - preguntó uno de ellos con burla.

La respiración me comenzaba a faltar cada vez que mi cabeza era hundida en el agua, ahora veía las injusticias y el poder que era capaz de proporcionarte el famoso dinero que tanto deseé.

- Ya sabes lo que tienes que hacer Erick. ¡Ah se me olvidaba! Mi más sentido pésame.

Mi Gran Solución - ChriserickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora