Capítulo 25

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- Papá - llamé llorando.

No soltaba el agarre de su mano, no entendía como el día que tenía que ser el mejor de mi vida se tornó el más malo.

- Mi pequeño - articuló débil.

- ¿Qué pasó?

- Lo asaltaron a unas pocas cuadras de la casa - respondió mi madre.

- ¿Por qué no me avisaron?

- Te ves...muy lindo - comentó él.

- No me casé papá, no pude.

- ¿No lo querías?

- Lo quiero, pero no estaba seguro y no iba a dar un paso tan grande sin mi familia. Tienes que recuperarte papá - rogué.

Negó dejando caer una lágrima, la palidez de su rostro me preocupaba.

- Perdóname - pidió.

- No papá, no hagas eso.

- Debí acompañarte...

- No tengo nada que perdonarte, todo lo contrario, gracias por todo. Perdóname papá - pedí con más llanto.

- Yo ya te perdoné. N-No seas como aquel delincuente, gánate lo tuyo.

- Voy a cambiar, lo haré - dije seguro.

- Te van a...necesitar...c-cuídalas, Thiago también.

- ¡Papá no te despidas!

Sonrió lo más amplio que pudo, fue ahí cuando dió su último suspiro.

Abracé a mi madre y a mi pequeño sobrino que estaban destrozados ante esta gran pérdida, el arrepentimiento comenzaba a invadir.

- ESTA ES TU MALDITA CULPA - gritó mi hermana para mi.

- ¡Mami mami, tío!

Sentía las manos de Yanelis en mi costoso traje, faltaba poco para dejar de tocar el suelo ante su agarre.

No me atrevía a decir nada, las palabras no me salían con el dolor de la muerte de mi padre.

- Deja de cagarnos la vida. ¿Por qué no te largas a vivir tu vida y nos dejas en paz? - preguntó llorando.

- Perdóname, eres mi hermana yo también te necesito.

- Escúchame bien, yo para ti dejo de ser tu hermana en este preciso momento, conmigo no cuentes más - dijo decidida.

- ¡No puedes darme la espalda!

- Y no te quiero cerca de mi hijo, te acercas y me vas a conocer Erick - amenazó en un susurro.

Tomó a su pequeño en brazos sacándolo de ahí, sentí como si estuvieran quitándome a mi propio hijo.

- Tenemos que salir - dijo mi madre abrazándome.

- Perdóname mamá, no me dejes solo - pedí.

Me quise arrodillar pero no me lo permitió, estaba ahogandome entre tanto cargo de conciencia.

- Claro que sí mi pequeño, no te dejaré solo, una madre no abandona.

- Gracias, te juro que voy a cambiar, voy a estudiar, voy a trabajar, voy a ganarme mis cosas - dije.

Asintió sonriendo dentro de lo que podía.

Hicimos todo lo necesario para lo trámites, mi padre ya estaba descansando y teníamos que darle su correspondiente sepultura.

Nos adelantamos a casa para preparar todo y poder recibir el cuerpo de nuestro padre, sin pensarlo tomaría el lugar del hombre de la casa.

- ¿Christopher? - pregunté al verlo.

- ¿Necesitan algo? - preguntó mi madre para aquellos policías.

- Chris, qué pasa.

- Por eso no te quisiste casar ¿verdad?

- ¿A qué te refieres?

- Quisiste estafar a mi hijo, pero no te salió tu jugada Erick - habló mi ex suegro detrás de él.

- Es él - indicó Christopher.

- NO TOQUEN A MI HIJO - gritó mi madre.

- Erick Colón, queda detenido por estafa al señor Christopher Vélez.

- ¡Yo no hice nada!

- Pensé que si me querías, pero siempre estuvo tu ambición primero - reclamó.

- Y yo pensé que te había quedado claro lo que siento por ti.

- No lo escuches Christopher.

- VIEJO DE MIERDA TE VOY A MATAR - grité en contra de su padre.

Sentí como jalaron mi brazo para ponerme las esposas, mi madre intentaba hacer lo posible pero no lograba su objetivo.

- No te preocupes hijo.

- Yo no hice nada mamá - dije.

- Lo sé, no dudo de ti - respondió en llanto.

Miré a Christopher quien dejaba caer lágrimas, apenas cruzó mirada conmigo negó alejándose, lo había perdido.

Mi Gran Solución - ChriserickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora