Capítulo 17

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Los seguí acompañando a sus reuniones y eventos, su idea era mantenerme lo más ocupado posible.

El Erick altanero, rebelde y con aires de superioridad cada vez se iba calmando más, permanecía oculto al menos frente a Christopher.

Habían días en los cuáles extrañaba mucho a mi familia, con Thiago hablaba solo cuando tomaba a escondidas el celular de Yanelis, nadie respondía a mis llamadas y eso solo me hacía ver que estaba solo.

- ¿No vas a comer?

- No, creo que algo me cayó mal - dije algo adolorido.

- Si te ves pálido. ¿No quieres que te lleve con un doctor?

- No, tampoco es para tanto.

- Preparale algo más liviano - ordenó para su empleada.

- ¿Me puedo levantar? Quiero recostarme un momento.

- Claro. ¿Seguro que no quieres ir?

- Seguro - dije con un intento de sonrisa.

Caminé a paso tranquilo, hace tiempo no me enfermaba a tal magnitud de quedar pálido y desanimado.

Miraba a mi alrededor y veía todo lo que siempre deseé, pero ya no me sentía a gusto, había un vacío que no podía llenar con nada.

Busqué en mi celular las fotos que tenía de mi familia, cada una tenía su recuerdo y me dolía saber que no aproveché esos momentos como realmente debí hacerlo.

Dejé caer las lágrimas, no recordaba la última vez que había llorado así, de a poco me daba cuenta de la fría persona en la que me había convertido.

Con mis ojos cerrado intentaba hacer el menos ruido posible, aunque dudaba que se escuche entre tanto espacio vacío.

- No es un simple dolor ¿verdad?

- No te escuché pasar - dije secando mis lágrimas.

Su mano se posó en mi cintura acariciando de una forma suave, era lo único que faltaba, su lástima.

- ¿Pasó algo?

- No, nada.

- Confía en mi, puedes hablar conmigo también - dijo de una forma tierna.

- No eres el más indicado en estos casos.

Su mano libre tomó una de las mías, fue extraño sentir aquel apretón que para mí fue un gesto confortante.

- Yo no soy malo, quizás en lo sexual soy bastante especial pero si necesitas que alguien te escuche o quieres platicar de cualquier cosa dímelo - comentó.

- Es complicado, nosotros tenemos una relación solo de placer mutuo, son pocas las veces en las que hemos mantenidos conversaciones profundas y siempre terminamos teniendo relaciones.

- ¿Ya no te sientes cómodo? He intentado estar más calmado y...

- No es eso.

- Qué es entonces.

Mis labios comenzaron a temblar sin yo poder contener las emociones, tenía una acumulación de cosas que por más que lloraba no se acababan.

- Extraño a mi familia - solté.

- ¿No quieres hablarles o qué te acompañe a verlos?

- Ellos no me quieren ver, ya ni mis llamadas contestan.

Se acercó un poco para sentarme y envolverme en sus brazos, quería llorar menos y eso solo me hizo aumentar la pena.

- Creo que no me gusta verte así, es raro - comentó.

- Es que ya no aguanto más, llevo mucho tiempo evitando convencerme de que no me afecta pero a este punto ya asumí que los necesito.

- ¿Quieres que te lleve con ellos?

- No me quieren ver.

- ¿Eso te duele?

- Sí porque fui un idiota, nunca me faltó nada y siempre quise más, los perdí a ellos, extraño a Thiago y tú solo me ves como un objeto, a nadie le importo - añadí.

El que calla otorga, y su silencio me dió la razón, tenía de todo pero la soledad estaba siendo mi peor castigo.

Sus labios parecían dejar pequeños besos sobre la tela de mis hombros y en cambio yo cada vez humedecía más su fina camisa.

- No creas que esto no me llega, estamos conviviendo y quiera o no si te he tomado cariño Erick, si te estoy haciendo daño dime y paro.

Mi Gran Solución - ChriserickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora