- Ya era hora.
- Lo siento, me quedé dormido - respondí.
- Suelo causar esos efectos después dé.
- Solo tenía sueño.
Me senté frente a él esperando el desayuno, aún sentía el peso de mi cuerpo, necesitaba más que ese descanso nocturno.
- Un detalle, me olvidé comentar algo.
- ¿Algo de qué?
- Tu alimentación vas a cuidarla.
- ¿Qué? Me parece una estupidez, no puedes decidir eso por mi.
- Soy algo preocupado en ese aspecto, no eres mujer, sabes que por donde te meto...
- No necesariamente tienes que ser tan detallista, si lo pudieras evitar - pedí.
- ¿Por donde tenemos relaciones? En fin, quiero que nos cuidemos bien.
- Eso ayer no te importó.
- De todos modos, agradece que estoy pensando en ambos, no quiero una sorpresa en medio de una penetrada.
- Hubieras hablado conmigo de esto después de desayunar, créeme que me estás quitando hasta el hambre.
- Eso se arregla.
- ¿Tan necesitado estás?
- El sexo nunca está demás, lo de ayer estuvo bien para empezar, me dejaste satisfecho.
- Qué linda tu forma de halagar, increíble - reí.
Noté la presencia de una señora, por su uniforme supuse que era la empleada de la casa, más razón para vivir mi vida sin preocupaciones de nada.
- Provecho.
Me esperaba algo más contundente, aunque la verdad la fruta no era algo que no me gustara comer.
- Quiero que nos vayamos de vacaciones.
- ¿Nos? Te quedé gustando - señaló.
- Uy si, mucho.
- ¿A dónde quieres ir? Latinoamérica, Europa, Asia, quedarte dentro de Estados Unidos, dime.
Dentro de mi impresión se me pasaban muchos lugares a los cuales siempre deseé ir, no tenía una idea por donde inclinarme.
- No lo sé. Quizás sería bueno un lugar que ninguno de los dos conozca, sería más divertido.
- Buscaremos algo, apenas llegue.
- ¿A dónde vas?
- Hay algo que se llama trabajo.
- Por cierto. ¿Qué haces?
- Vengo de una familia de negocios, mi padre invierte con distintas personas, marcas y lo que te puedas imaginar.
- ¿Eres un hijo de papá?
- Si lo fuera no trabajaría.
- Entonces...¿No vendrás conmigo?
- Mi jefe soy yo, las cosas se hacen a mi modo, que los trabajadores se ganen el sueldo ¿o no?
- Me caes bien Christopher, muy bien - sonreí.
- Porque te conviene, interesado - respondió.
- Nos conviene, que aquí ambos estamos entregando cosas, a nuestro modo pero cuenta.
- Veremos lo de tu visa, mañana iremos al banco y un par de cosas más.
- ¿Al banco?
- Te daré una tarjeta, así no me pides dinero cada vez que quieras o necesites algo.
Sonreí ampliamente, era precisamente lo que necesitaba para comenzar a asegurar mi futuro, solo Dios sabía hasta cuándo duraría esto.
- Que te vaya bien - dije al verlo de pie.
Me miró sorprendido, quizás no esperaba eso.
- Nos vemos al medio día.
- Avísame.
Elevó una de sus cejas en lo que esperaba frente a mi.
Me acerqué tomando su rostro para despedirme como él quería, sus labios eran suaves por lo que no se me hacía incómodo.
- Trata de no acabar con mi casa - pidió antes de salir.
- Lo que tengo que hacer por dinero, dame paciencia y resistencia Dios, es demasiado exigente - hablé.
Sí bien lo nuestro era totalmente de acuerdo mutuo, mi interés estaba solo en su dinero, mi buena vida dependía de él y tenía que dejar de lado hasta el más mínimo orgullo.
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Mi Gran Solución - Chriserick
FanfictionSí el dinero no compra la felicidad. ¿Por qué disfrutamos tanto con él?