Iba un tanto nervioso, con Christopher ya estaba acostumbrado a expresarme, pero no con sus padres.
- Tampoco te voy a presentar al presidente y la primera dama, cálmate - pidió sin soltar mi mano.
- ¡Cariño cómo estás! - exclamó su madre.
Noté la elegancia hasta en la forma de abrazarse, al parecer eran bastante reservados.
- Hijo - saludó su padre.
- Amor, mis padres - dijo apegándome a él.
- Yenny Paulina Muñoz de Vélez - se presentó.
- Un gusto, Erick Colón...
- De Vélez - añadió Christopher.
- ¿Esto es algo formal? - preguntó su padre.
- Sí, estamos en planes aún.
- Pero no te veo la argolla precioso - dijo ella tomando mi mano.
- Es que quiero algo exclusivo para él, mi prometido no llevará cualquier anillo, se merece cosas grandes - respondió besando mi frente.
- Leonardo Vélez, un gusto - extendió su mano.
- Igualmente.
- Pasemos, tenemos cosas de que conversar.
Miré a Christopher en lo que seguíamos a sus padres, sentía que esta mentira no los iba a convencer por completo.
- No habíamos quedado en eso - susurré.
- Es una mentira blanca.
- Pero ahora van a pensar que nos casaremos, Christopher.
- Bueno, nos casamos y ya.
- ¿Qué?
- Supongo que se quedarán aquí - interrumpió la señora Yenny.
- No, nos estamos quedando en un hotel, necesitamos privacidad mamá.
- Entiendo, cuéntanos de ti Erick.
- Eso, cuéntanos a que te dedicas, que haces, cómo conociste a mi hijo - añadió su padre.
- ¿Esto es un interrogatorio? Es mi prometido, no lo asusten.
- Amor no hay problema - dije sin seguridad.
Les comencé a contar de mi, no podía decirle mi procedencia por lo cual comenté lo que habíamos acordado con Christopher, de otra manera no iba a ser bien visto por ellos.
- Vaya, no pensé que a tus dieciocho años tuvieras interés en los negocios. ¿En dónde trabajan tus padres?
- Mucha pregunta ¿no?
- Sabes como es tu papá cariño.
- Deberíamos pasar a comer, con Erick tenemos planes y no queremos desperdiciar el tiempo.
- Vamos, preparamos lo que tanto te gusta mi vida.
- ¿Tú? Lo dudo mamá - bromeó.
Sonreí ante eso, se notaba que ella era un amor de persona con Christopher, quizás la distancia y el no verlo frecuentemente era algo que la llevaban ser así.
- Erick - llamó mi falso suegro.
- ¿Sí?
- Dime algo. ¿Qué buscas?
- No comprendo de qué habla.
- ¿Tú crees que yo me voy a creer todo ese cuento de ti y de todas las falsas mentiras que dijeron?
Miré viendo que no estaba Christopher, el señor Leonardo no me quitaba la mirada de encima.
- No le mentimos, no tendríamos por qué.
- ¿Estás seguro? En nuestro entorno no hay nadie que se apellido Colón Arista, manejo al pie de la letra cada información de mis empresas.
- Quizás le falta averiguar más - respondí.
- ¿Cuánto quieres? Eso buscas de seguro, dinero.
Por primera vez sentí que esa frase me molestó, en sí su forma en la cual lo expresó.
- No tengo necesidad de dinero, mi prometido me da todo lo que quiero y necesito.
- Vete olvidando de eso, no te acepto para mí hijo y soy capaz de mover todo lo que esté a mi alcance para sacarte de su vida, aprovechados como tú a mi familia no entran.
- ¿Sabe qué? Se tendrá que aguantar, porque le guste o no me casaré con mi amado novio.
- Atrévete y te juro qué...
- A mi no me amenace, que si me busca por las malas, por las malas me va a encontrar, suegrito - encaré.
- ¿Y ustedes? - preguntó Christopher acercándose.
- ¡Amor! Nada, solo estábamos platicando del gran hijo que tiene, osea tú - respondí con un beso.
Su cara de odio y desprecio por mí no intentó ocultarla, pero si esperaba que yo me dejé pisotear estaba totalmente equivocado.
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Mi Gran Solución - Chriserick
FanficSí el dinero no compra la felicidad. ¿Por qué disfrutamos tanto con él?