- ¿En dónde estabas? - pregunté de inmediato.
- Fui por esto, es para los dos - comentó.
- Quiero ver.
- Llegando a casa.
Me ayudó con las bolsas de las tantas cosas que había comprado, por un momento me sentí culpable por gastar tanto, pero a la vez muy satisfecho.
Hice una mueca al recordar a Thiago, ahora que no lo vería posiblemente lo iba a extrañar mucho.
- ¿Te faltó algo?
- No.
- ¿Y esa cara?
- No me despedí de mi sobrino - respondí.
- Tampoco es como que no lo vayas a ver más.
- No me llevo bien con mi hermana, ese es el problema y con esto de seguro no va a dejar que me acerque.
- Dale tiempo, tampoco estás haciendo nada malo, quieres un mejor futuro y cada quien que lo busque a su modo.
Sentí su mano en mi muslo mientras seguía conduciendo, ya no era novedoso que lo haga, era bastante atrevido en sus actos.
- ¿Es aquí?
- Sí, supongo que quieres conocer la casa.
- Eso es obvio - respondí sonriendo.
Estaba alucinando ante esa gran casa, el césped parecía adornar perfectamente el lugar y los detalles de cada cosa eran únicos.
Me bajé admirando todo a mi alrededor, creo que mi impresión era evidente.
- Ven - pidió extendiendo su mano.
La tomé sin problema dejándome guiar por él, me sentía como en un sueño.
Me mostró cada parte de esta, realmente todo lo encontraba aquí y eso me entusiasmaba en gran cantidad.
- Creo que pasaré mucho tiempo aquí - comenté mirando la piscina.
- Puedes hacer y deshacer a tu gusto.
- Está increíble, me gusta.
- Vas a dormir conmigo.
- ¿Contigo?
- ¿Algún problema?
- No, ninguno - sonreí fingido.
- Así me gusta, finalmente quién paga decide.
- ¿Puedo ver al menos cómo es? Si no me gusta ve pensando en que cambiaré varias cosas.
- Tampoco abuses, es mi espacio.
- ¿Tuyo? Nuestro, vete acostumbrando Christopher - aconsejé.
- Tienes tu carácter, tu firmeza, eso es bueno.
- ¿Me vas a enseñar que compraste?
- ¿Ahora?
- Para que esperar.
Las ansias me estaban haciendo acelerar todo, quería comenzar a disfrutar ya de todo lo que Christopher me podía brindar, esto era solo un acuerdo económico y debía aprovecharlo.
- Ábrelo - entregó.
- No pesa mucho - comenté.
Metí la mano sintiendo una textura conocida. Saqué una sudadera en color rosa pastel junto a unas medias y unos ligueros, muy parecidos a los que usan las mujeres en situaciones llevadas al erotismo.
- Para recibir, hay que dar.
- ¿Quieres que me ponga estas cosas? Christopher, soy hombre esto es de mujer - comenté.
- De hecho no, son de hombres.
- No pensé que tenías estos gustos.
- Soy un Sugar Daddy, el placer también me entra por la mirada y esto...me excita.
Miré todo de nuevo, no quería utilizar algo que me hiciera ver cómo una pequeña especie de prostituto sumiso.
- ¿Me puedo dar un baño?
- Claro. Quiero que te bañes, te pongas todo esto y me esperes sentado en la cama, tienes cuarenta y cinco minutos.
Asentí sin decir nada. Me guió hasta la que era su habitación, una muy hermosa pero que poco pude apreciar, estaba con los nervios al máximo.
- Esto es vergonzoso Christopher - comenté.
- Se te pasará con el tiempo. ¡Ah! Y no me digas Christopher.
- Así te llamas.
- Cuando estemos intimando para ti...soy tu Daddy.
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Mi Gran Solución - Chriserick
FanfictionSí el dinero no compra la felicidad. ¿Por qué disfrutamos tanto con él?